La puerta permaneció abierta después de que la mujer entrara y viera a su hija despierta, su felicidad fue tan grande que se olvidó por completo de todo lo demás y no dudo en abrazarla.
Del otro lado de la habitación Karin logro observar como ambas mujeres mantenían un abrazo lleno de amor y melancolía, ninguna de las dos pudo evitar llorar al reencontrarse tras años de permanecer lejos. Aun desde aquella distancia podían transmitir aquel amor familiar que sentían la una por la otra, algo que a Karin le resultaba por completo desconocido, aquello era algo que alguna vez tuvo, pero que ya había perdido y sobre todo, olvidado.
Aquella situación fue demasiado para ella, por lo que sin decir ninguna palabra o hacer algún ruido se retiró de la escena para darles su espacio. Aun así la mirada de Benko se posó en aquella niña mientras aún tenía a la suya en sus brazos, la mirada de Karin le transmitió un gran dolor que parecía cargar con ella por mucho tiempo, aquello le resulto sumamente triste, pues solo era unos años más grande que Takara y sus ojos reflejaban mil y una emociones negativas, en donde predominaban la tristeza, confusión y el miedo.
Y Benko no se equivocaba, Karin no había tenido la mejor vida, siempre estuvo rodeada de personas con las intenciones incorrectas y con las habilidades de manipular a alguien tan vulnerable como lo fue alguna vez. Es verdad que intentaba con todas sus fuerzas dejar atrás todo lo que hizo y mejorar su vida, pero olvidarlo todo era algo que no iba a poder hacer sola.
Sobre todo teniéndole miedo al mundo y a sí misma.
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La relación de Karin con Benko logro avanzar durante los siguientes días, en los que Takara permaneció internada para seguir controlando su salud. Benko fue quien dio el primer paso trayendo comida a Karin, puesto que ninguna de las enfermeras o siquiera alguien le llevo nunca algo para que pudiera alimentarse e hidratarse, y aquello logro hacerla enojar de sobre manera al ver como nadie cuidaba de aquella niña que a sus ojos era indefensa, a pesar de las incontables veces que le advirtieron de ella.
Tras una semana de permanecer en aquella habitación siendo cuidada por Karin y su madre, finalmente se le dio de alta a Takara, quien no podía estar más feliz por salir de aquel horrible y aburrido lugar en el que le hacían prueba tras prueba sin ningún resultado, razón suficiente para hacer enojar a su madre. Aunque Karin tuvo que calmarla sin poder decirle que era lo que le pasaba a su hija, pues aquello podía ser difícil de comprender no solo para ella, para cualquiera también al ser algo que contados tenían el conocimiento.
Como Karin cumplió con nunca moverse de aquel lugar estuvo ahí para cuando madre e hija salieron de la habitación, por lo que Takara al verla le sonrió completamente feliz y se acercó a agradecerle por haberla traído a casa y cuidarla todo ese tiempo. Benko asintió a todo lo dicho por su hija y de repente pareció darse cuenta de la realidad.
—¡Cariño! ¿Tienes donde quedarte? —preguntó hacia Karin preocupada.
Ella negó de inmediato pues no planeaba quedarse por más tiempo, sobre todo al saber que Takara estaba a salvo junto a su madre.
—Podrías quedarte con nosotras, el cuarto de Takara tiene suficiente espacio —intento persuadirla con una sonrisa maternal que Karin nunca había presenciado.
Ante las súplicas intento volver a negarse, sin embargo, Takara se unió a ellas, por lo que le fue imposible negarse. Sobre todo al ver como Benko la miraba, aquella sensación de calidez jamás la había sentido y eso la hacía sentir como una niña queriendo refugiarse en los brazos de su madre y sentir por primera vez que alguien la protegía.
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Las cosas en Sunagakure parecían continuar algo tensas, pues durante aquel tiempo en el que la menor estuvo internada, no hubo quien en la aldea que no se enterara de la presencia de aquel monstruo que aún permanecía en sus tierras. Fue cuestión de tiempo para que aquello llegara a los oídos de los hermanos Sabaku No, quienes recién llegaban a su hogar para encontrarse con más problemas dentro. Algo que por obvias razones no querían, no después del incidente con los exámenes chunnin y la muerte de su padre, el Kazekage.
No tenían idea de porque ella estaba ahí ni que era lo que quería, pero si tenían en claro que debían averiguarlo antes de que otra tragedia.
Ajena a cualquier tipo de situación que se estuviera dando en la aldea, Karin decidió salir de aquella casa a despejar sus sentimientos, Benko era el tipo de madre con el que siempre soñó tener, ambas era la familia unida y amorosa que jamás tuvo, y ahora que estaba siendo incluida en una, le generaba sentimientos que nunca había experimentado.
Se encontraba sentada sobre una roca grande, alejada de todos, sobre pensando todo y el cómo se había desviado de su camino por salvar a alguien que en muchos aspectos era igual a ella. Sumida en sus pensamientos no logro darse cuenta de que alguien se encontraba vigilándola en la lejanía.
No era secreto que la visión de Karin estaba incompleta pues uno de sus ojos no funcionaba para ella, por lo que no pudo darse cuenta de que alguien se acercaba con sigilo por su derecha. Aquel pelirrojo había sido obligado a perseguir el aura extraña que emanaba el interior de Karin, pues a la bestia que portaba en su interior se encontraba intrigado pues jamás en su vida la había sentido.
Dándose cuenta de que ella tenía una venda en su ojo y que no podía verlo, tuvo la idea de acercarse aún más, le causaba curiosidad el que ella fuera conocida como alguien tan peligrosa, a pesar de tener la misma edad. Aunque él también lo era por el Shukaku encerrado en su interior, no sabía qué la hacía a ella tan peligrosa, no veía nada en ella que encendiera sus alertas, no obstante el Shukaku se encontraba alerta y curioso al mismo tiempo.
No tenía idea de que podía pasar, pero estaba a punto de descubrirlo.
Karin no podía ver que alguien estaba muy cerca a ella, pero su don si logro sentir la presencia de aquella persona desde que tuvo la osadía de aparecer, sin embargo, no la alerto del posible peligro que la acechaba, sino hasta que logro percibir el chakra del Shukaku dentro de él.
Inesperadamente, sintió un fuerte dolor en su ojo derecho, obligándola a quitarse aquella venda sin entender el porqué de aquel repentino enojo. Bajo de la piedra y miro a su alrededor hasta que se topó con un pelirrojo bastante cerca de su posición, se quedaron mirando fijamente con curiosidad hasta que el dolor se intensificó al punto de tener que tirarse de rodillas sobre la arena sosteniendo su ojo rogando porque el dolor se detuviera.
Aquella reacción dejó al pelirrojo confundido y alerta al no saber qué hacer, no entendía qué pasaba y solo podía ver como ella se encogía del dolor. Se acercó con la intención de ayudarla, pero se detuvo abruptamente cuando la arena al rededor de ella se tornó de color negro obligándolo a mantener la distancia, lo único que pudo hacer fue ver como la arena dejaba de tornarse negra y ella terminaba desmayada por el dolor.
Es un milagro que suba dos capítulos tan seguido jaja, espero que lo disfruten. Los tqm y felices fiestas.
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ashes with blood. ⧽ 𝗴𝗮𝗮𝗿𝗮.
Fiksi PenggemarKarin nació con un el don de su madre y desde entonces su libertad fue negada. Permaneció varios años rodeada de personas que solamente querían utilizarla y dañarla, solamente era una de las armas de su aldea, no tenía sentimientos, no tenía pensami...