Un día de Muerte.

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¿Cuántas veces pasaría lo mismo

con la Catrina mayor del reino en lo alto?

Un primero y dos del mes de noviembre

perdido estaba Muerte, provocando en Sabiduría un sobresalto.



—¡Que lo busquen en los desiertos, debajo de las piedras y en todo lugar!

En las montañas, en los bosques, en los rincones del mar!—

El dios sabio se frotaba el rostro, estaba iracundo y no atendía

no se daba cuenta que Vida con mucha gracia se reía.

No era para menos, puesto que todos los años era lo mismo

solo el primer dios sabía el punto exacto donde se encontraba el señor del abismo.



Ni presto ni perezoso, el joven de piel verde observó su entorno

miles de mariposas de colores se paseaban con gran bochorno

y es que no todas estaban vivas realmente

el dios Benefactor podía notarlo fácilmente.

Bastó con que siguiera a una, aquella que parecía errante

una polilla blanca con las alas marcadas se salía del grupo, muy campante.

El camino del bicho era incierto, de eso Vida estaba seguro

perfecto para ir al encuentro del dios desobediente que desapareció en lo oscuro.



Poco a poco más polillas aparecieron en el camino

algunas muy temerosas de que el joven  les negara su breve destino.

Pero Vida tan solo sonreía y negaba con movimientos de cabeza

El solo quería ser parte de esa nueva empresa.

Fue así como por fin encontró un extraño portal

un arco triple lleno de flores y ninguna se parecía al clásico rosal.



—¿Cempasúchil, mano de león, incluso albahaca?—

el dios estaba desconcertado, no podía entender las intenciones de "la flaca".

Aún así no se detuvo, siguió el camino atiborrado

Un día de Muerte (Especial Día de Muertos AMOLAD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora