Capitulo 26

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Eso seguro, pensó Pamela al recordar los magníficos músculos y la forma en que se tensaban cuando... Territorio peligroso, pensó. Acabaría sonrojándose y eso era algo que nunca hacía en presencia de Harry. Se puso a la fila del mostrador detrás de Melissa y Mauro, y Harry se acercó detrás de ella, su presencia tan evidente como si la estuviera tocando.

Kimberly miró a Harry por detrás de Pamela.

-Cuando sea mayor, voy a casarme contigo-

-Eso me convierte en un hombre afortunado-

Pamela se estremeció al imaginarse aquellas palabras en otro contexto diferente al de una niña pequeña.

-Eso si no me caso con Buddy, de mi escuela del domingo -añadió la niña con solemnidad-- Siempre está intentando besarme-

Pamela se rió y bromeó con seriedad.

-¡Eh, pequeña rompecorazones! No puedes declararte a un chico y al minuto siguiente anunciarle que vas a casarte con otro. Tienes que tomar una decisión-

-Entonces prefiero al tío Harry-

-Gracias, Kimmy. ¿Puedo darte un beso?- 

-Claro. Tú no babeas como Buddy-

-Eso intento- Harry se inclinó hacia adelante y la besó-. Ya está, ya es oficial-

Estaban de broma, se dijo Pamela así que no tenía sentido aquella opresión que sentía en el pecho ante la idea de que, algún día, Harry se comprometería de verdad. Y sin duda, la invitaría a la boda, porque después de todo, eran amigos íntimos

Pamela posó a Kimberly en el suelo y le pasó su helado de chocolate antes de agarrar el suyo.

-Gracias, Evie-

Cuando la niña se fue a la mesa donde estaban todos los demás, Pamela se dio la vuelta hacia Harry, que estaba más tentador que cualquier helado de chocolate. Sus cuñadas estaban muy ocupadas en charlar y evitar que los niños cometieran algún desastre, así que no les prestarían ninguna atención.

Pamela sintió unas repentinas ganas de hacer una diablura y le dirigió una mirada lánguida a Harry.

-Aunque me encantaría aprovecharme de ti, éste es mi favorito-

Entonces pasó la lengua por el borde del cucurucho.

Harry la miró con sorpresa. 

-Así, si lames la parte de arriba, puedes sorber todo el helado -dijo, demostrando su técnica sin dejar de mirar a Harry

Él siguió mirándola, agarrado al mostrador con tanta fuerza, que los nudillos se le pusieron blancos.

-¿Señor Styles? ¿Sabe ya lo que va a tomar?-

Harry no apartó la mirada de Pamela.

-Ah, sí. Lo mismo que ella-

-Ya va-

-No puedo creer que estés haciendo esto -susurró.

-¿Comer un helado? -sonrió con inocencia-. Eso es lo que hace todo el mundo en el Creamy Cone-

-Pero no de esa manera-

-Exactamente de esta manera. He comido millones de helados así-

-Pero no justo después de...-

Pamela bajó la mirada a la altura de su cintura y se sintió halagada por el ligero bulto.

-No sé de qué estás hablando-

-Oh, claro que lo sabes. Tienes suficiente imaginación -dijo Harry en voz baja-. Te encanta torturarme, ¿verdad?-

-Estamos empatados. Tú disfrutaste jugando cuando entramos, aparentando hacer el tonto con Kimberly-

-Eso era .......-

-Señor Styles. Aquí tiene su helado. Ah, las otras señoras dijeron que pagaría usted toda la cuenta-

-Sí, sí-

Le costó un gran esfuerzo apartar la mirada de Pamela y concentrarse en sacar los billetes para pagar y guardar la billetera.

-Si hubiera sabido lo que ibas a hacer con él, no te habría invitado-

-Lo justo es lo justo-

Mucho más contenta que cuando había pensado en su posible matrimonio, Pamela se alejó hacia la mesa.

Harry jugó de forma pésima al póquer al día siguiente y los hermanos Blakely le tomaron el pelo acerca de su última conquista e insistieron en saber su nombre.

Su última conquista. Se rió ante la ironía mientras metía una manta y dos toallas en la silla de montar el jueves por la noche para su paseo con Pamela. Más bien, era Pamela la que lo había conquistado a él. Le daba miedo poner nombre a lo que estaba sintiendo por ella, pero no se la podía quitar de la cabeza ni un solo minuto y aquello no era buena señal.

Proyecto de Verano (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora