A Orillas de la muralla- Gendry y Arya

740 35 8
                                    

( Si Gendry y Arya hubieran conseguido llegar al castillo negro sin que los emboscaran, y Gendry no supiera que Arya es un chico)

Arya creció y se desarrolló con rapidez resguardada en las entrañas del castillo negro, las experiencias la habían hecho a ello.

El único que la conocía por Arya Stark y que sabía su verdadera identidad era su hermano Jon.

El resto de hombres la llamaban Arry y creían erróneamente que era un muchacho.

Al principio a la niña se le había hecho sencillo sobrellevar la mentira, los niños y las niñas a su edad eran prácticamente iguales. Empezó a hacérsele más tedioso cuando todos empezaron a cambiar, incluida ella.

A los chicos de su edad comenzaron a salirle pelos en lugares que antes eran tan suaves como el culito de un bebé, empezaron a sacarle una, dos o incluso tres cabezas de altura, sus voces se volvieron más graves, y el acné comenzó a aparecer en muchos de ellos.

Ella seguía manteniendo su tono agudo de voz, por lo que tenía que forzar su timbre para que sonara un poco más grave, aunque a sus casi quince años seguía pareciendo un patético intento de niño prepuber. Sus senos se habían agrandado y redondeado, por lo que tenía que ponerse siempre una armadura ancha de hierro y vestir con ropa muy holgada para pasar de inadvertida. Su culo era lo más complicado de tapar, solían gastarle bromas sobre lo respingón que era, sin saber que realmente miraban el trasero de una de las jóvenes señoras de Invernalia.

Su hermano, que tenía baño propio al ser poseedor de un puesto muy importante en el castillo, se lo dejaba casi siempre para asearse.

"Podrías dejar de fingir. Eres una Stark, nadie se atreverá a echarte de aquí por ser una chica, ni ningún idiota te tocará sabiendo que yo soy tu hermano" le dijo en una ocasión Jon. Ella se lo estuvo pensando cuando comenzó a manchar de rojo su ropa interior, teniendo que fingir heridas o roturas de nariz muy a menudo durante muchos de los entrenamientos.

Sin embargo desechó el ofrecimiento no por lo que decía su hermano que ella podría temer, sino porque sabía que si desvelaba que era una chica, ninguno de sus amigos la trataría más como Arry, y no quería dejar de tener esa alocada complicidad que tenía con Gendry, Pastel Caliente y algunos otros.

- Arry, ¿Cuándo vas a crecer? -preguntó Pastel Caliente revolviendo el cabello de Arya cuando estaban sentados alrededor de una de las mesas alargadas del comedor.

Ella se rió con ganas, de forma brusca, como lo haría un muchacho.

- Así se liga más- dijo, de broma.

Y Gendry que estaba callado comiendo de su plato, le dirigió una mirada extraña. Una mirada tan profunda que ni la propia Arya supo interpretar, casi se atragantó con un hueso del pollo que estaba royendo.

La adolescente agachó la cabeza, sintiéndose de repente vulnerable.

Pero Gendry rompió en una ruidosa carcajada que la hizo sonreír y quitar importancia al asunto. Por un momento pensó que el toro la había descubierto.

- ¡y tú qué sabrás lo que es ligar, pequeñajo! -exclamó el joven hombre, agarrando a Arry de los hombros de forma cariñosa.

- Más que tú.- se defendió esbozando una sonrisa traviesa, amaba picar a su amigo.

Arya esos últimos años había adquirido el peculiar gusto de molestar a Gendry cada vez que se le presentará la ocasión, rebatiendo todo lo que él decía y haciendo todo lo contrario a lo que él quería, era muy divertido para ella.

- ¿A sí? Deberías preguntarselo a esa rubia que lo hizo conmigo el otro día cuando nos escapamos al pueblo. - contó Gendry con orgullo.

Una sensación de quemazón invadió el pecho de la pequeña Stark. Se zafó del amistoso agarre de su amigo sobre sus hombros.

Lo que pudo ser (One Shoots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora