(Escucha el track mientras lees ;) )
Ahí estábamos los dos, con nuestras miradas fijas en el suelo mojado a causa de la lluvia.
Empezó a soplar un viento fuerte y frío, y unos escalofríos recorrieron mi columna vertebral.
Levanté los ojos hasta llegar a Jimin. De estatura él era más alto que yo, pero más bajo que todos sus amigos. Eso hacía sentirme super bajita, aunque midiese 1,70.Jimin me miró asustado. Asustado por las palabras que diría, por mi reacción.
Mil recuerdos rondaron mi cabeza en ese instante.
Cuando conocí a Jimin, cuando fuimos al parque juntos, cuando comimos el helado de menta y chocolate...
Todo eso se resumió en cinco segundos y ni siquiera me di cuenta.Jimin me miró una ultima vez, antes de desaparecer en la oscuridad.
Sabía la respuesta a su pregunta, la sabía desde hacía mucho tiempo.
Corrí tras él.
Había llegado lejos, aunque solo se fue hacía poco. La oscuridad de la noche no me permitía ver bien, a parte de que no había traído gafas.Una canción rondaba mi cabeza durante todo ese tiempo.
I fall in love to easily.
I fall in love to fast.
I fall in love with you again.
I fall in love to terribly hard.La canción tenía sus años, pero a mi me seguía fascinando. Y lo más increíble es que me acordase de ella ahora.
Busqué a Jimin por toda la zona cercana y lo encontré sentado en un banco, enfrente del lago.
El reflejo de la Luna, irregular y marchito, iluminaba la hermosa cara de Jimin.
Su pelo rosa me parecía blanco y su piel pálida.
Se giró al escuchar mis pasos. Me miró durante unos instantes antes de dirigir su mirada otra vez al lago.Me acerqué al chico y sin decir nada me senté al lado suyo.
Fijé mi mirada esta vez al lago.En una tarde habían pasado muchas cosas, y muchas cosas pasaran en el futuro.
Me apoyé en el hombro de Jimin. Este se estremeció al sentir el contacto de mi cabeza contra su hombro.
Pero luego apoyó su cabeza en la mía.
Nos quedamos en esa misma posición durante mínimo quince minutos.
No pude decir exactamente cuanto tiempo estuvimos así. El tiempo simplemente pasaba y nosotros estábamos sentados en ese banco, mojado y frío.Por fin me decidí que es lo que quería en realidad y fijé mis ojos en Jimin. Él levantó la cabeza cuando ya no sintió mi cabeza en su hombro.
Miré a sus suaves y esponjosos labios y por fin me acerqué para besarle. Fue un beso rápido y fugaz, nada importante si se podía llamar así. Pero para mi y Jimin ese beso fue el comienzo de todo.
Cuando me separé, entendí que quería saborear sus labios un poco más y esta vez el beso duró muchísimo más.Nuestras lenguas se removían mientras el tiempo pasaba. No quería separarme de él, y él no quería separarse se mí.
Todos esos años queriendo estar con Jimin, estar a su lado y no separarse nunca. Todos esos años admirándole en silencio y observándolo desde lejos, poniéndomela celosa con cada chica con la que estaba. Pero supongo que eso ya ha acabado.
Notaba su respiración cada vez más pesada y acelerada y me separé de él otra vez para descansar. Aunque no me separé de él por completo. Le abracé mientras él rodeaba sus brazos alrededor de mí.
-No sabes cuanto llevo esperando este momento. No sabes lo que tuve que pasar para que ahora me besases...- dije yo, con una pizca de tristeza en mis palabras y entonación.
-Y tu no sabes cuanto tuve que aguantar a esa puta solo para darme cuenta del tiempo y dinero que he perdido totalmente. Pero lo más importante es que jo te dejaré ir, nunca.- al acabar esa frase me abrazó más fuerte., hasta que parecía que todas las piezas rotas de mi ser se han pegado juntas y no se volverán a separar.
Pero el frío me heló los huesos y pedí a Jimin que nos fuésemos a casa.
Cuando llegamos, pude apreciar una simple nota en la mesa de la cocina:
-Volveremos pronto. Tu hermano se ha roto la mano mientras entrenaba en fútbol. Estamos en el hospital.
No te preocupes.
Besos,
Mama.Supongo que ahora estaba con Jimin, a solas, en mi habitación. Sentí una presión y agobio increíble.
-¿Quieres Netflix and Chill?- pregunté a Jimin con una pizca de maldad en mi mirada.
-No puedo decir que no.
Los dos nos acurrucamos debajo de las mantas del sofa y encendimos el Netflix. Nos pasamos viendo algunas series y películas que se estrenaron hace poco y me dormí en los brazos de Jimin.
Sin duda- pensé- Los brazos de Jimin son el mejor sitio dónde esconderse.