Proyección etérica. —Experiencia con el cuerpo etérico proyectado de un adepto.
—Repercusión. —Elementales artificiales. —Experiencia de la proyección accidental
de un hombre-lobo. —Método de su desrucción.
Antes de que podamos dejar el tema del ataque por seres humanos encarnados,
debemos considerar el asunto de la proyección etérica. En este caso no sólo está la
mente en funcionamiento, sino también algo que es casi físico: suficientemente
físico, en cualquier caso, para dejar contusiones en la carne de la víctima, en el
mobiliario de alrededor, hacer al menos una cantidad considerable de ruido.
Cuando tales manifestaciones tienen lugar, es obvio que estamos tratando con
algo más substancial que la mente, pues aunque la mente puede influenciar a la
mente, y a través de ella al cuerpo hasta un grado al que en el estado presente de
nuestro conocimiento es difícil ponerle límites, la mente no puede manipular
directamente la materia: es decir, no puedes destrozar una ventana por medio de
un pensamiento. Debe haber algún vehículo físico que pueda ser manipulado por la
mente si es que han de forjarse efectos en el plano físico. El cuerpo viviente es un
instrumento así; es manipulado por la mente cada vez que tiene lugar un
movimiento involuntario, y las operaciones de la curación espiritual son
simplemente una extensión de este principio a los músculos involuntarios y los
procesos fisiológicos no dirigidos ordinariamente por la mente consciente. El
ocultismo mantiene que la mente afecta al cuerpo por medio del doble etérico,
como se le llama, la "mente mortal" de los Christian Scientists. Podemos concluir no
sin razón que cuando se produce una acción física a distancia por medios ocultos,
se hace empleando este doble etérico.
El doble etérico es primariamente un cuerpo de tensiones magnéticas en el
armazón de cuyas mallas toda célula y fibra del cuerpo físico es mantenida como en
un bastidor. Pero intermedio entre éste y el cuerpo físico denso tal como lo
conocemos, está lo que puede llamarse el material bruto a partir del cual la materia
densa se condensa. Este era llamado por los antiguos Hylé, o Primera Materia, y
por los modernos Ectoplasma. Es este ectoplasma proyectado el que produce los
fenómenos cuandoquiera que hay en cuestión manifestaciones físicas. Puede ser
proyectado como largas varas, que operarán hasta una distancia de una docena de
pies o así; o puede ser proyectado como un nubarrón nebuloso, conectado con el
médium por un tenue hilo. Esta nube puede ser organizada en formas definidas,
teniendo la semejanza de la vida y actuando corno vehículo para los deseos
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AUTODEFENSA PSÍQUICA
SpiritualitéDION FORTUNE AUTODEFENSA PSÍQUICA PSYCHIC SELF-DEFENCE