Versos de una Poetisa Selénica

28 4 0
                                    

Entre los cantos premonitorios de las amazonas,
un bebé despierta el caos en la era primigenia.
Alzada en brazos está, por su triste salvadora,
quien invoca a los dioses para un pacto acordar.
Bajo un firmamento estrellado, son escuchados los lamentos,
por una dama de azabache mirada.

¡Oh, diosa de la noche! Yo que siempre evoque tu recuerdo.
No soy más que una pagana sierva,
que anhela que su protegida,
tenga un futuro menos incierto.

Conquistados hemos sido, por señores de otras razas.
Rogamos, reina mía,
que cruces los hilos del destino,
de este tu reino bastardo.
Tu misericordia, es ahora,
lo único que, la victoria, nos dará.

Nix acude rápido al llamado,
pues se trata más que de una simple mortal.
Los oráculos ya le habían profetizado, que aquella muchacha
sería su paladín para el poder,
a la feminidad sagrada, otorgar.

Dotó de blanca tez a la niña, y le designó a Artemisa,
su crianza en el campo de batalla.
Y cortando un poco de su túnica para amarrarlo a su muñeca,
un maquiavélico poder le concedió.

Selene, la recién nacida, sería capaz
de usar el espíritu de la diosa,
para las almas de otros poder atrapar.
Huyendo de las llamas que consumían Atenas,
la diosa Artemisa se llevó a la bebe,
brindándole los bosques vírgenes,
cual refugio de su atroz marchitar.

Creció en la gracia de la paz, lo puro de la castidad y la sangre del enemigo.
¿Y si su madre pudiera verla? Inconcebible, en los campos elíseos ella yacía atrapada.

"Selene, la de las manos violetas. Fueron tus manos teñidas,
por la oscuridad de la noche.
Acompañando al séquito de la gemela virgen has crecido,
ocultandote de los dioses del Olimpo.

Una vida dedicada al culto y a la venganza, se te ha trazado,
más se te prohíbe, por amor, caer.
Sería un delirio infinito para Nix saber que su elegida,
pone en duda, su cometido, acatar.

Eras sanguinaria e imponente, mas alguien ha podido cautivarte.
¿Ha sido ese mozo, de risa sonora y suave andar?
Por él, reniegas de tus hermanas y, en el olvido, dejas a tu señora.

Ríes ahora, desgraciada, porque has sido egoísta,
conseguiste tu felicidad; alto precio la vida te cobrará.

Solo puedes salir de día, vivir lejos del verdor de los árboles.
Cuidando a tus hijos de los cazadores y de la oscuridad,
que te recuerdan el antiguo latido de tu palpitar.

Una noche, llega lo que más has temido,
los monstruos de la edad de hierro han atrapado
a tu amado esposo y herederos.

Coges el cuchillo, ¿recuerda bien su deleite?
Sales y te enfrentas a ellos.
Bravo, la de las manos violetas, ha triunfado.

Epifanía oscura; ¿acaso lo habías olvidado?
Nix ha marcado tu desenlace, desde hace infinidad de años".

La diosa estira su brazo y alza en los cielos a la ingrata,
hacia el éter, que llora por el amargo final.
Ahora, muchos años después,
Selene acompaña eternamente a la noche,
esperando algun dia, a sus hijos, volver a ver.

Mientras, inspira por las noches a todo elocuente,
que anhela el poder alcanzar,
y es un recordatorio de que siempre,
debes elegir entre la felicidad del hogar,
o el poder en tu cabeza, portar.

GahliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora