El frío invierno congelaba la sangre de los inocentes y en el abismo se alcanzaba a escuchar un grito de alguien noble sin piedad, la sangre corría a través de la alcantarilla e impetuosos sonidos de huesos quebrarse. Sintió sus manos manchadas y sus dientes lastimar su paladar, sus pupilas estaban dilatadas y ante un grito despertó.
-Era e-ella- Los ojos esmeralda de Bill se situaron en el único hombre que se había ganado su confianza, el oficial Donald negó con la cabeza y retiró las esposas de las muñecas del muchacho para que tomara la iniciativa de poder desnudarse para darse una ducha sin la preocupación de tener que saciar los deseos de alguien mas, el hombre se giró para esperar
-¿Y estarás listo?-
-No regresaré, n-no puedo qu-quitarle lo que tiene-
Observó el agua caer mientras que el nerviosismo tomaba el lugar de la tranquilidad en sus manos, cerro sus ojos pensando en lo que diría pero no había nada que decir.
***Sacó las prendas del maletero que le habían otorgado horas antes y se dispuso a colocarse los pantalones de vestir marrones junto a una camisa blanca, las mismas que llevaba la noche del asesinato de Víctor.
Sintió la necesidad de girar su mirada a un lado de la última celda por la gran sensación de alguien observándole, en efecto. Aquél hombre salió de entre las sombras con una sonrisa en su rostro, y supo que le darían una buena despedida.
'Maldita sea' pensó al verle cruzar las rejas y estar a tan sólo seis pasos frente a él.
-¿El pequeño Skarsgård ya se va?- Se burló entre dientes sin dejar de mirarle y Bill sólo se inmuto a ver al costado encima del hombro del pelinegro -¿Vas a extrañarme?- Con sus dedos sujeto con fuerza la barbilla del muchacho obligándole a colocar sus ojos esmeraldas en los marrones del moreno -¿Vas a pensar en mi cuando estés solo?- Inhaló profundamente cerca del cuello del castaño y sonrió -Por que yo en ti todas las malditas noches- Deslizó su lengua desde los gruesos labios de Bill hasta terminar en el lado izquierdo de su mejilla y él solo cerró sus ojos -Extrañaré la forma en como inocentemente dejabas que te tocara- Suspiró -En como tenía que sujetar tus malditas manos para poder chupar tu maldito pene- Se burló golpeando la espalda del chico contra la pared y apretando con fuerza sus genitales para después dejarlo caer al suelo. Llevó una de sus manos acomodando su cabello y con una sonrisa pateó las costillas de Skarsgård -Espero se lo cuentes a todo el circo- Le tomó del costado de la camisa, provocando que esta se elevara un poco para así poder introducir su mano al pantalón del muchacho -Espero se lo cuentes a ella- Rió nuevamente pero esta vez sin parar -Espero le digas como su amado tenía que soportar que le hicieran sexo oral para no ser violado por los presos- Dejó de tocarle para esta vez reventar los dos botones inferiores de la camisa y pasar su lengua por todo su torso, hasta llegar a sus labios y fundirlos contra los suyos en un fuerte y húmedo beso que Bill trató de evitar, pero fue en vano. Le soltó con brusquedad levantándose del suelo para dirigirse a la salida de la celda -Iré a visitarte a ese circo- Guiñó su ojo izquierdo desapareciendo por fin y Bill limpió rápidamente sus lágrimas, levantándose antes de que le encontraran de aquella manera, acomodando su camisa bajo el pantalón para ocultar los botones que ya no se encontraban ahí. Tomó la fotografía bajo la cama introduciéndola en uno de los bolsillos del pantalón para marcharse por fin de ahí.
***El oficial Donald estrechó la palma de su mano contra la del castaño y una pequeña sonrisa se situó en el rostro de ambos, para después dar dos pequeñas palmadas en el hombro del muchacho.
-No pierdas las riendas del camino, Skarsgård- Miró al circo -Dicen que los hombres nobles terminan ganando el corazón de las mujeres fuertes- Bill sonrió viendo al hombre marcharse nuevamente dentro de la construcción. Sería un pesado día si quería dormir en un techo, por que no volvería al lugar que no se inmuto a salvarlo.