CAPITULO XI EL ELEMENTO PSÍQUICO EN EL TRASTORNO MENTAL

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Personalidad, individualidad y reencarnación.— Los tres grandes instintos.—

Histeria.— El neurótico.— Enajenación orgánica.— Las endocrinas.— La sangre.—

Contactando el Invisible.— Concepto Qabalístico de los Reinos Invisibles.— Los

Qlippoth en relación a la demencia.— Conciencia en relación a las Esferas.— El

Psiquismo del psicópata.— Área común de la psicología y el ocultismo.— Métodos

ocultos de tratar con la demencia.— Obsesión.

Hemos visto en un capítulo anterior que los desórdenes nerviosos y mentales

pueden estimular un ataque psíquico, especialmente si el sujeto está familiarizado

con la terminología del ocultismo. Debemos considerar también la parte jugada por

el ataque psíquico en los desórdenes nerviosos y mentales. Pero antes de que

podamos embarcamos en esta sección de nuestros estudios, debemos dar una

breve explicación de la naturaleza de los trastornos nerviosos y mentales y la

distinción entre ellos. No entraremos en consideraciones académicas, pues estas

páginas no están escritas para el psicólogo profesional ortodoxo, que tiene una

abundancia de libros de texto a su disposición, sino para la persona cuyo interés

está primariamente en materias ocultas, y que llega al estudio del tema sin el

equipamiento de los tecnicismos de la psicología y la psicofisiología, dos ciencias de

las que es extremadamente necesario al menos un conocimiento trabajable en la

persecución del ocultismo práctico.

En el curso de una encamación la mente es edificada sobre los cimientos de los

rasgos del Yo Superior, o Individualidad, que es el alma inmortal que se desarrolla

en el curso de una evolución. La mente, por lo tanto, es parte de la personalidad —

la unidad de encarnación— comenzando en el nacimiento y disolviéndose a la

muerte, siendo absorbida su esencia por la individualidad, que evoluciona por ella.

La mente es esencialmente el órgano de adaptación al ambiente, y es cuando

esa adaptación falla que comienzan los problemas neuróticos e histéricos. Cada

criatura viviente es el canal para una corriente de fuerza vital que procede del

Logos, el Creador de este universo. Esta corriente está dividida en tres canales

principales representados para nosotros como los tres grandes instintos naturales,

Auto-conservación, Reproducción, y el Instinto Social. Estos son los motivos

principales de nuestras vidas. La presión de la vida misma está detrás de ellos, y si

se contrarían más allá del poder de compensación (considerable como ése es) son

como torrentes cuyos canales son bloqueados, y que en consecuencia se desbordan

y hacen un pantano de la tierra adyacente.

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