El no iniciado y el exorcismo.— Aclarado de la atmósfera psíquica.— Liberándose
del magnetismo.— Agua fluyente.— Incidente de la tubería.— Electricidad y
bacteriología.— Fórmula para preparar agua bendita.— Fenómenos físicos.—
Cómo impedir materializaciones.— Magia etérica en el Este.-- Precauciones a
tomar contra ella.— Disposición de los productos secundarios del cuerpo.—
Substancias empleadas en la Magia Negra.— Uso de ajo para la purificación.
Al escribir para el lector general un recuento de los métodos a usar al combatir
un ataque psíquico, me acuerdo de esos excelentes manuales sobre medicina y
cirugía que un iluminado Consejo de Comercio insiste en que sean proporcionados a
los capitanes de los barcos, junto con un aparador lleno de remedios, inofensivos u
otros. Cuando surge una emergencia, el patrón digno lee el capítulo que cree que
incide sobre el caso a mano y se pone a trabajar lo mejor que puede. En estas
ocasoónes el factor personal es grande.
Igual lo es al tratar con el problema psíquico. Se necesita una amplia experiencia
para el diagnóstico, y facultades especialmente entrenadas y poderes
especialmente desarrollados para contender con las condiciones que pueden
encontrarse. Este libro está más en la naturaleza de un manual de primeros auxilios
que de un tratado sobre el tratamiento.
Debemos tener presente también que igual que la droga potente es efectiva en
las manos del experto pero peligrosa en las manos del aficionado, así las fórmulas
ocultas más potentes necesitan equipamiento especial para su uso. Más aún, una
fórmula que es usada indiscriminadamente por el no iniciado está expuesta a
perder su potencia y volverse inútil. La popular expletiva que G. B. S. introdujo en
la sociedad educada en su drama, Pigmalión, es el gastado remanente de la una
vez poderosa imprecación, "Por Nuestra Señora". Más aún, no hay dos casos
iguales, y el caso claramente delimitado y típico es una rareza y un tesoro. El
sentido común, la aptitud natural y la experiencia son el mejor equipamiento del
exorcista.
Habiendo hecho su diagnóstico y estando listo para proceder con el manejo del
caso, el exorcista tiene que conseguir tres cosas: debe reparar el aura de su
paciente, aclarar la atmósfera de su entorno, y romper su contacto con las fuerzas
que están causando el problema. Estas tres cosas son interdependientes, y ninguna
de ellas es la primera o la última. Está cerca de lo imposible el curar un aura
dañada si no aclaras la atmósfera; y la atmósfera no permanecerá clara largo
tiempo si no puedes romper los contactos.
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AUTODEFENSA PSÍQUICA
EspiritualDION FORTUNE AUTODEFENSA PSÍQUICA PSYCHIC SELF-DEFENCE