Dolor

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Narra Kuroko

Caminaba detrás del oficial Inoue dentro de la morgue, ni siquiera recuerdo como fue que llegamos aquí. Inoue-san se detiene, abre una puerta y me cede el pasó, dentro de la habitación se encuentran varias camillas tapadas con una sábana azul cubriendo a los cadáveres,  nosotros nos dirigimos a dos camillas y al estar frente a ellas el oficial retira las sábanas.
Una parte de mi quería que todo fuera una confusión y mis padres llegarán a buscarme, pero al ver a las personas bajo las sábanas, no cabe duda.....
-Son ellos - digo en un susurro que apenas y es escuchado por     Inoue-san- son ellos.
Mis ojos se nublan completamente y gritos de agonía salen de mi garganta.
-Son ellos!!!son ellos!!!- me abrazó al cadáver de mi madre y lloro. Lloro sin parar. Inoue-san me sujeta de la cintura e intenta apartarme pero yo me aferró con fuerza.
-Okāsan!!!! Otosan!!!- las lágrimas no dejan de salir y mi cuerpo se siente tan pesado que simplemente se rinde y caigo sobre mis rodillas aun sosteniendo la mano de mi madre.

No sé cuanto tiempo estuve en la misma posición o en que momento Inoue-san me saco de la habitación, todo es como si el tiempo pasara a mi alrededor y yo me quedara atrás.

El funeral de mis padres fue hace dos dias y para mi es como una mancha borrosa en mi memoria, se que pocas personas asistieron y que aparte de mis abuelos paternos nadie me noto. Desde ese día me he quedado con ellos.
La lectura del testamento fue hace unas  horas, al parecer mis padres me dejaron dinero más que suficiente y todos los bienes que ni siquiera sabía que teníamos. Ahora voy en el auto de mi abuelo rumbo a casa para recoger mis cosas ya que me quedare con ellos hasta que sea mayor de edad y pueda recibir la herencia.
Al llegar frente a mi casa la rabia y el coraje sistituyen la tristeza, al ver que en las paredes de la fachada y la puerta esta escrito con aerosol varios insultos "puta""zorra""chupa pitos" etc. Ya me hago una idea de quienes lo escribierón  y me da más coraje su inmadurez además de vergüenza que mi abuelo lo vea.
Una mano se posa en mi hombro-Tetsuya ¿estás bien hijo?- mi abuelo me habla como si no viera lo escrito en las paredes.
-Si Ojisan - le sonrió débilmente y salgo del aunto para entrar a la casa.

Una semana ha pasado desde la muerte de mis padres. Camino por los pasillos de Seirin hasta llegar a mi aula y me siento en mi lugar de siempre, no me sorprende ver a Kagami-kun en otro asiento alejado del mío pero eso no me importa. Las clases transcurren con normalidad hasta que llega la hora de ir al club de básquet. Lo primero que siento al llegar es como Riko-sensei me taclea y me hace una llave de lucha en el piso.
-ahhhh Riko-sensei puedo explicarlo- me quejo.
-Muy bien Kuroko espero que tengas una buena explicación para faltar todo una semana y ni siquiera avisar- Riko se levanta y me ayuda a pararme.
-lo que pasa es que ....- me quedo callado sin saber como decirle lo que paso-
- De seguro tú nuevo amante no te dejo ni levantarte despues de divertirse contigo Kuroko- la voz de Kagami llena el gimnasio y hace que todos volteen a verlo sorprendidos.
- Que dijiste Kagami????- Riko-sensei le pregunta mientras yo lo miro con enojo
- Lo que escuchó entrenadora o acaso Kuroko no les dijo que no es más que una puta- no aguanté  más su mirada burlona y de un momento a otro mi puño se estrelló contra su pómulo, Kagami me miro con rabia y un golpe azotó mi ojo derecho, sin esperar más me lancé contra él, tirandolo al piso soltandole un golpe tras otro, hasta que Hyuga-sempai me separa.
-Kuroko, Kagami controlense- Hyuga me sostenía a mi mientras que Mitobe hacía lo mismo con Kagami.
-Lo siento- dije mirando a la entrenadora y despues a Hyuga para soltarme y salir de gimnasio.

Camino hasta llegar a la casa de mis abuelos, al entrar mi abuela esta en la cocina preparando algo y yo intento pasar sin que me note.
- Tetsuya cariño ¿como te fue hoy?- al parecer no puedo esconderme de mi abuela.
-Bien Obasan- trate de tapar mi ojo con mi cabello, pero ella se acercó a mi y levanto mis rostro para mirarme.
- Por Dios!!! Mi niño ¿quien te hizo esto?- yo solo agachó la cabeza- ven vamos a ponerte algo de hielo.- mi abuela mete hielos en una bolsa, los enrrolla en un trozo de tela y me lo da. - Ahora si me vas a decir quien te hizo eso Tetsuya- me colocó la tela sobre el golpe.
-No fue nada Obasan solo una pelea sin sentido.
- Mi niño tú  no te meterias en una pelea sin un motivo.
- No importa obasan no importa.
- Tetsuya amor, sabes que estoy aquí para ti y que si quieres hablar de algo yo si puedo verte- me acaricia la mejilla y entiendo lo que dice después de todo ella, el abuelo y mis padres son los únicos para los que nunca fui invisible.
- Gracias Obasan- me levanto beso su mejilla y me voy a mi cuarto.
Mientras estoy sobre la cama pienso en lo que hare ahora, los tipos que decían ser mis amigos me creen una prostituta y la persona que decía amarme ni siquiera me dio el beneficio de la duda. Y lo peor de todo mis padres, los pilares de mi vida ya no están aquí para sostener los escombros de mi existencia.

La luz de la sombra (En EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora