*Narra Thomas*
-Han pasado cinco meses ya desde que hice mi promesa, mi plan marchaba como lo había planeado, al principio se me hizo duro conseguir un trabajo, empecé de limpiar coches en las calles, a luztrar zapatos, debo admitir que no era fácil hacer dichos trabajos al principio, el dinero era poco, pero debía conseguir algo para comer, pagar las cuentas del agua y el gas. Temuti pagaba la renta, pero lo demás debía encargarme yo, ese era nuestro trato a petición mía, claro. Luego de haber terminado con dichos trabajo, pedí empleo en un pequeño restaurante como camarero, me iba bien, tenía un sueldo, no era gran cosa, pero me ayudaba mucho, sobre todo con los ahorro para el viaje y para sustentar en dicha travesía.
Los días pasaban, tanto lento, como rápidos, entraba de 6:00 AM al trabajo y salía de 10:00pm a 12:00am de el cuando en esos días el establecimiento estaba lleno de comensales.
El pequeño local crecía, ya que tenía un buen servicio, se podría decir que ya no era un pequeño local, sino un verdadero restaurante. Yo por mi parte ya no era un simple mesero, ahora era gerente de administración, al principio se hizo difícil, pero mi jefe, Gregori, me ayuaba y explicaba que hacer, hasta que aprendí a manejar mi puesto. Cuando el no iba al local me hacía cargo yo de administrar el establecimiento, con mi puesto pude reunir la cantidad necesaria para irme a mi antiguo pueblo, aunque me gustará el lugar y mi empleo, debía cumplir mi promesa, no soy hombre de romperlas.
Me dirigía a la oficina con la carta de renuncia en mano, mi jefe, Gregori era un hombre muy bueno, durante estos cinco meses aprendí a conocerlo, era un hombre alto, con cabello color azabache, y ojos cafés oscuros, era de mediana edad, pero lo que hacía a Gregori un gran hombre, era su personalidad, era muy alegre, siempre trataba a su personal de empleados como si fueran de la familia, incluyendome, era amado y respetado por su carisma, lo extrañaría, debo admitir, me ayudo y aconsejo, fue como un padre en tan poco tiempo, nunca lo olvidaria.
Toque la puerta y escuche detrás de ella un “adelante", tome el pomo de ella con un cierto nerviosismo, si, estaba nervioso, no sabía su reacción y eso me ponía los pelos de punta. Gire el pomo y entre, Gregori al verme sonrío.
-¡Vaya! Que sorpresa, ¿En que te puedo ayudar Thomas?- dijo mientras se quitaba sus lentes y los depositaba en su escritorio.
Tome asiento delante de él y lo mire, posando el papel en el escritorio para que el lo viera.
-Vengo a presentar mi renuncia- mire su reacción, demostraba asombro- no me lo tome a mal, señor Gregori, usted se ha portado muy bien conmigo, y se lo agradezco, solo que debo irme por motivos de viaje, usted sabe, planes- dije rápidamente para quitar un poco la tensión.
El me miro y sonrio.
-Tranquilo, eres un buen muchacho Thomas, eres como el hijo que nunca tuve, creo que te lo he dicho- me miro- entiendo tu situación, aunque sea un poco lamentable que debas irte, eres uno de los mejores empleados y también eres parte de esta familia.
-Lo se, señor Gregori, le aseguro que cuando vuelva el primer lugar en visitar será este restaurante, acá se hace la mejor tarta de manzana que he comido- dije y los dos reímos.
-Muy bien, Thomas, espero verte pronto y que te vaya muy bien en tu viaje.
-Gracias señor- me levante de mi asiento dándole la mano, el sonrió y me miro.
-Espero que puedas conquistar a esa chica- dijo y me guiño un ojo.
Frunci el ceño, sin saber a que se refería, nunca le conté nada sobre Ella. Lo mire y el solo soltó una carcajada.
-No soy tonto, muchacho, he visto ese brillo en tus ojos cuando te quedas perdido en tus pensamientos- dijo- ahora ve, ella te espera. Sonrei
-Adiós, señor Gregori- dije y me fui
-o-o-o-o-o-o-
Llegue a casa después de terminar mi última jornada laboral en el restaurante, estaba exhausto, tome una ducha, cocine algo para cenar, después de hacerlo lave mi dientes y me dirigí a mi habitación con la intención de dormir. Me recosté en la cama, había sido un día agotador, debía dormir unas cuantas horas y descansar, mañana sería el tan esperado viaje y debía prepararme para ello.
Cerré mis ojos y sonreí cuando a mi mente vino un recuerdo de ella, su sonrisa, sus penetrantes ojos esmeralda, debía cumplir con mi promesa, se lo habia prometido, luego de unos segundos caí rendido en un profundo sueño con el recuerdo de Ella.
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Te encontré
SpiritualLa vida es dura, pero siempre hay alguien que nos ayuda a superarla, solo debemos encontrar a la correcta Esto trata sobre un chico con un pasado oscuro y una chica que convierte su futuro en luz. Espero les guste Cloe Parkersuntt, una chica de 23...