-the only way out of hell, is to accept what you fear most-

1.6K 96 75
                                    

El incesante golpeteo de su lápiz contra la sólida madera del escritorio, era perfectamente perceptible en la habitación por tal silencio. Éste último era bastante exigido por la bibliotecaria con el fin de una mejor concentración a la hora de leer, mas era tanta la escasea de sonido que con el más mínimo movimiento el ruido era inevitable.

Yoongi decidió visitar aquel lugar una vez más, cualquier sitio carente de personas era de su atracción acudiendo a estos seguido. En ese instituto no eran muy fanáticos de la lectura, aprovechando aquella oportunidad para estar solo. La soledad era su mejor amiga.

Su ánimo ese día no era el mejor, por ello se alejaba de sus escandalosos amigos aunque fuese por un rato. Sentía como en su interior florecía paulatina la desagradable sensación decaída que albergaba constante. La aguda depresión que asimilaba su mente era la culpable de su terrible estado, siendo dócil a cualquier escena, debilitandolo en segundos.

Hacía el vano intento por distraer su mente con algo de su música, mas sus playlist no se caracterizaban específicamente por alegrar sus días, siendo estás que con solo el inicio incita el llanto. Tal vez era masoquismo, pero en algún momento había que sacar el dolor de uno u otra forma.

Su lápiz y cuadernos expuestos en la mesa eran un bobo intento por disimular estar haciendo algo y no ser obligado a asistir a clases. Las matemáticas podrían ser su materia preferida, pero los asuntos en su mente no lograban procesar correctamente un simple dos más dos.

Esta vez era resultado de sus latentes recuerdos, amenazando tortuoso el debilitarle y así apagar aun más sus ansias por luchar estar bien o, al menos, aparentar estarlo. Poco fue el tiempo en lograr retener sus lágrimas, estás descendían sin sentimientos al deslizarse por un rostro sin expresión. Las cristalinas gotas que desbordaban sus ojos marrones  eran bastante cercanas a Min, siendo otras de sus grandes amigas.

La melodía de Labrinth acariciaba doloroso su canal auditivo, incitándole a empeorar su moral, sin embargo aun prevalecía en sí una leve firmeza que le eludia el pésimo sentimiento. Quería resguardarlo ya que odia verse en el espejo con aquel ya conocido aspecto demacrado. Aparte, despreciaba la sensación de lástima que el resto le otorgaba, ya que el resto no estaba muy acostumbrado a ver un alfa tan vulnerable.

Dañinos pensamientos y erróneas suposiciones merodeaban insistente cada rincón de su cabeza, lastimando en severo sin esfuerzo. La cantidad de problemas eran suficientes para acudir al dolor una vez más, ya habían sido varios sus estados de pánico o decaimiento que con el mínimo resulta bastante fácil dañarse.

Pero seguía vivo, era lo importante. O el único problema.

Una cabellera rosa se asomó curiosa por el marco de la puerta de la biblioteca, examinando con cautela los lugares que alcanzaba a ver. Ingresó cuatro pasos en puntillas investigando más a fondo el lugar. La certeza de que se hallaba ahí no flaqueó ni un momento, integrándose más adentro del lugar con total cuidado. El sitio más alejado y escondido fue encontrado una vez más por el pelirosa después de escabullirse de la bibliotecaria.

Un enorme pero amparado estante era colmado por cuantías infinitas de libros, sintiendo como el regocijo nacía cual flor en primavera. Eran variadas las tonalidades que mostraban los lomos de estos, mas la suciedad y la vejez detonaban el producto reluciendo un descuidado estado.

Sus insaciables ojos avellana indagaban emocionados los títulos de cada uno de los libros, buscando el suyo con desesperación. Un eufórico chillido se escapó de sus labios al encontrar su objetivo, recibiendo a cambio un sonoro «shhh» por parte del resto de personas que se encontraba cerca. Con la timidez carcomiendole de pronto se encogió de hombros, escondiendo con disimulo el furioso rubor acentuado en sus mejillas.

Dulce tormento ❁ [yoonmin; oneshot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora