—Ay... Querido, mírate—Habló la mujer, luego de unos interminables segundos en los que tan solo se miraron—Estás tan grande... Luces como todo un hombre—Sonrió, mientras se acercaba al rubio, y acercaba sus manos a modo algo temeroso
—A-Ah... Y-Yo... ¿Gracias?—Rió nervioso—Este... Bueno, tengo veintitrés años ahora, es... Un poco obvio que luzco diferente
—Rió nuevamente, en realidad no sabía qué decir, pero supo de inmediato que ese comentario había estado de más
—Lo sé—Ella también rió—Pero es que hace tantos años que no te veía...—Suspiró—Con tan solo mirarte me siento orgullosa, cariño.
Foxy sentía que se iba a morir, es que en serio, ver la sonrisa en el rostro de Golden era impagable, estaba tan feliz que sentía que iría a explotar en cualquier momento.
—Pues... Yo... Bueno, al menos tengo una vida estable—Sonrió ladino, aún algo nervioso
—Así veo, y...—Antes de terminar su oración, recordó algo importante para ella—¡Golden Freddy Leyton! Preséntame, por favor, si tienes pareja quiero saber quién es—Sonrió con emoción
Golden rió levemente, volteó, se acercó al pelirrojo, tomó su mano y lo acercó a Sam
—Mamá, él es Foxy—Dijo—La persona que más amo en el mundo, y con la que estaré hasta que la muerte nos separe—Sonrió
Las mejillas de Foxy se volvieron de un fuerte rojo, pero nada pudo borrar la sonrisa de su rostro
—Ho-Hola—Dijo—U-Un gusto.
—Foxy—Habló ella—¡Cielos! Me gusta mucho tu nombre—Rió un poco—Mucho gusto, yo soy tu suegra, suegrita querida—Sonrió—Qué lindo eres, qué suerte que tiene Golden, a propósito, dime ¿Te trata bien? ¿Es bueno contigo? ¿Te mima mucho?
Foxy rió nervioso—N-No se imagina cuanto—Desvió la mirada, algo avergonzado
—¡Ah, en serio! Golden, estoy tan orgullosa de ti ¡Solo mírate! Qué lindos son juntos, qué alegría me da verlos.
Ella, tras unos pocos segundos, estiró sus brazos hacia su hijo, a lo que Golden, sin duda correspondió.
Cuántos años había fantaseado con tal escena. Cuántos años había esperado volver a sentir tal calidez tan única. Cuántos años se había sentido miserable y solitario, solo por no tener tal presencia tan especial junto a sí. Y en ese momento, en el que volvía a tener aquellos delicados y únicos brazos rodeándolo, por fin se sentía totalmente bien, por fin tenía ahí a su madre, abrazándolo con fuerza.
Se sentía tan afortunado, tan completo, tan fantástico. La calidez de su madre lo rodeaba y lo hacía sentir seguro, lo hacía sentir nuevamente un niño ahora que estaba en brazos de su madre tras tantos años.
—Un gusto volver a verte, Golden—Murmuró ella
—Igualmente, mamá—Respondió él, también en un murmuro
—Agradéceme luego—Rió Joy, sacándole ciertas risitas a los demás presentes.
—Oh, entonces, son como... Un amor de las películas ¿No?—Sonrió ella, una vez que se habían sentado en el sofá, y Joy ya se había retirado.
—Algo así—Rió Golden—O sea... Me casé con mi amor de la adolescencia—Dio un pequeño codazo al sonrojado pelirrojo
—Son muy lindos—Rió Sam—En serio, mi yerno me encanta, querido.
—Créeme, a mí también me encanta—Sonrió ladino, haciendo que el sonrojo en las mejillas de Foxy se volviera aún más potente
—E-Eres un idiota—Masculló avergonzado
Es que, joder, apenas estaba conociendo a su suegra, y Golden no había parado de hablar de él, de lo lindo que era, de lo mucho que lo amaba, etcétera, etcétera.
Una enorme sonrisa se formó en el rostro de la mujer, y es que sonreír se le hacía inevitable. Había vuelto a ver a Golden después de tantos años, y encontrárselo viviendo una vida plena y feliz era la mejor de las sorpresas y alegrías en el mundo. Y es que ¿Para qué madre no sería alegre el volver a ver a su querido hijo después de tantos años? Además de que ella siempre había anhelado ver a su hijo enamorado, y ahora se lo encontraba viviendo tan enamorado de una persona que prometía ser fantástica. Y es que como se observaban entre sí, y como se sonreían, era simplemente conmovedor. Una escena por la que, como madre, se sentía inmensamente orgullosa, no habían mejores palabras para describir lo que el ver a su hijo tan innegablemente enamorado y ya como todo un adulto, le hacía sentir. Y es que, tras años viviendo con ese monstruo al que alguna vez ella amó, el haber llegado hasta ese punto era todo un logro.
Aprendí algo de mí que debo arreglar :^)
Soy muy celosa y al mismo tiempo insegura. Se va agregá a la lista de cosas de mí que necesito mejorar :^))))
También aprendí que en serio soy una hacedora, o sea, me paso todo el día hechada, pero siempre estoy haciendo algo, estoy escribiendo, estoy revisando capítulos, estoy preparando algo (Que algún día mostraré xd), estoy poniéndome al día con alguna serie, etc. Siempre estoy haciendo algo, y si no me estreso, y me pongo de mal humor :^)
Bueno, ayer fue un día de reflexión (?
