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Entrelacé mis manos con las tuyas, extrañaba tu dulce aroma, tu suave piel, tu todo.

Que pena que todo era un sueño.

nunca volviste y nunca lo harás.

Permanecí sentada en el filo de la cama pensando sobre lo que acababa de soñar.

Me había convencido a mi misma de que no iba a volver a pensar en ti.

Aún así no puedo engañar a mi corazón.

Mis lágrimas empezaron a caer.

De nuevo.

—Sun Hee...— Taeyong se incorporó lentamente de su cama— Olvídate de ese idiota, te está haciendo daño.

—No es tan fácil como piensas —más lágrimas seguían cayendo.

Me dijiste que me amabas.

Me dijiste que no podías vivir sin mi.

¿Todo fue una broma para ti?

Limpié las lágrimas.

O al menos hice el intento de limpiarlas.

Me recosté en la cama esperando no tener ningún otro sueño contigo.

Chittaphon.

No quería seguir sufriendo por tu culpa.

¿Por qué seguías apareciendo por mis pensamientos?

(...)

Mis ojos aún seguían rojos, no logré parar de llorar y conciliar el sueño.

Otro día sin dormir.

Todo por tu culpa.

Hoy era uno de esos pocos días que tenía clases por la mañana, me preparé en un par de minutos y decidí salir de los dormitorios de la universidad.

Caminé lentamente por los pasillos, no tenía ganas de nada.

Desde ese día.

Si Cheng se acercó a mí, la expresión de su rostro mostraba preocupación.

—¿Que te ha pasado? —señaló las "pequeñas" ojeras que se encontraban en mis ojos.

—No he dormido bien —mi voz aún se escuchaba ronca.

—¿Has desayunado?

Negué.

—Vamos a comer algo, no puedes ir a clases con el estómago vacío.

Dong Si Cheng, un alumno que se transfirió a mitad de año, al principio no nos llevábamos muy bien, con el tiempo nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común y disfrutábamos de la compañía del otro, así fue como nos convertimos en mejores amigos.

Caminamos hacia la cafetería, quedaban aproximadamente quince minutos para que la clase empezara.

Nos sentamos en una de las mesas esperando por la tostada que Si Cheng había pedido para mi.

—¿Tú has desayunado?

Él asintió.

Empecé a comer tras recibir la tostada de una de las meseras.

Miré hacia la puerta, tú entraste, junto a tu nueva novia.

Hiciste que mi corazón se agitara fuertemente.

Te sentaste en la mesa del lado, ni me miraste.

Os besasteis, si, os besasteis delante mía, ni siquiera tuviste en cuenta mis sentimientos.

—Sun Hee... Vamos a llegar tarde, es mejor que nos vayamos ya.

Si Cheng soltó la excusa, la excusa para salvarme de esa situación que me estaba destrozado por dentro.

Nos levantamos dispuestos a irnos.

Yo no dejé de mirarte.

Aún no me podía creer que me engañaras con ella.

Mi mejor amiga.

Los verdaderos amigos te apuñalan de frente.

Si Cheng me guiaba hacia la puerta mientras tropezaba con algunas sillas.

Parecía estúpida, mirando a la persona que tanto me había herido.

—Olvida lo que acabas de ver, no merece la pena que él siga apareciendo por tu cabeza.

Empecé a caminar de nuevo sin darle una respuesta.

Entré en clase de Literatura y recosté mi cabeza en la mesa, rezando por qué el profesor dejará que tomara una pequeña siesta.

Cerré mis ojos antes de que entraras por la puerta.

No quería verte, aunque a veces no pudiera sacarte de mi cabeza.

Escuché tu voz, estabas hablando con Yuta, uno de tus mejores amigos.

Quería escuchar sobre que hablabais pero no tenía ganas de salir más herida este día.

(...)

—Sun Hee... —escuché una voz llamándome.— Despierta, la clase ha terminado.

—¿Chittaphon? — susurré.

Mis ilusiones siempre fueron muy altas.

—No, soy Taeyong.

Abrí mis ojos y efectivamente era él.

Mi compañero de habitación, quién siempre intentaba que parara de llorar por las noches, quién siempre me animaba cuando no tenía ganas de nada, esa persona a quién le debía un mundo entero.

Me levanté de la silla y agarré mi maleta.

—¿Has estado esperando mucho tiempo?

—Unos diez minutos más o menos he estado intentando despertarte, no respondías y por un momento pensé que debía dejarte dormir, pero el sitio no era muy adecuado.

Caminé fuera de la clase mientras Taeyong me seguía.

—¿Vas a ir directamente a los cuartos? —preguntó cuando estaba a punto de subir el primer tramo de las escaleras de color blanco las cuales iban directamente a las habitaciones.

—No tengo otra cosa que hacer.

—El otro día dijiste que querías ir a comprar ropa. ¿Quieres que vayamos juntos?

Miré hacia atrás, quedando cara a cara.

No era una mala idea y así podía despejarme un poco.

Retrocedí los pocos escalones que había subido y traté de seguir a Taeyong.





Es la primera historia que publico, así que espero que os guste y le den apoyo. 💕

Close to you ||Chittaphon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora