Me gustas tú - Yoonseok

Único

Hoseok había observado a YoonGi más de lo normal en esos últimos tiempos, lo suficiente para percatarse de que algo no iba bien con su amigo, de que había algo en su mente que estaba perturbandolo y por ello su actitud de todos los días había cambiando radicalmente las últimas semanas, usualmente solía ser un chico con buen humor, aún si no sonreía seguido y la mayoría del tiempo estuviera ocupado con el trabajo, solía seguir los chistes que hacían los menores del grupo o se prestaba para alguna partida de videojuego a las que JungKook solía obligarlos a jugar, a veces mínimamente escondía su mal humor en una sonrisa alegre o simplemente intentaba ser amable con los demás, talvez no lo parecía pero detrás de toda aquella faceta de chico duro, YoonGi era en realidad un amor de persona, pero algo había cambiado en el mayor, y ese algo lo traía muy preocupado.

A las dos de la mañana escuchó las llaves siendo introducidas en la cerradura de la puerta, todos estaban plácidamente durmiendo a excepción de él, Hoseok uso la escusa de quedarse viendo un dorama para que nadie sospechara que en realidad solo quería esperar a su hyung y comprobar que llegase bien. Así había estado haciendo últimamente, todos los días.

Se quedó expectante a la aparición del pelinegro por el pasillo pero pasados unos cuantos minutos y no conseguir nada decidió levantarse él mismo y caminar del comedor hasta la puerta para averiguar que ocurría, los separaba un pasillo no muy largo pero si estrecho, repleto de fotos y algún que otro trofeo.

Al acercarse pudo notar un bulto en la oscuridad tirado en el suelo a un rincón de la pared, justo frente a la puerta de entrada, la cabellera de YoonGi estaba despeinada y los dedos del mayor estiraban de forma violenta los mismo en un acto de frustración e impotencia, escuchó unos cuantos sollozos de su parte, un débil temblor que se apreciaba desde las sombras y Hoseok no supo si acercarse de sopetón y consolarlo o dejarle su espacio para él mismo, porque sabía el carácter que este se guardaba, y cuanto odiaba verse débil frente a cualquiera, lo que menos quería en ese momento era incomodarlo, pero a la vez se sentía impotente quedandose parado y alejado tan sólo observando. Así que decidió prender la luz del pasillo y enfrentarlo.

La cabeza de YoonGi salió en un rápido movimiento de la seguridad de sus manos y piernas, el menor pudo observar por una mínima de segundos el rostro de su hyung, traía un corte que a la vista no parecía muy profundo en la mejilla, la sangre se mezclaban con el sinfín de lágrimas que caían por sus ojos y su mirada era de total desolación, su corazón se ablando, no podía soportar ver a su persona favorita en el mundo en un estado como aquél. Esta vez no dudo, solo se acercó con rápidos pasos al mayor y se agachó a su altura, para ese entonces YoonGi había vuelto a esconder su rostro entre sus brazos, pero esta vez estaba tenso y su mano, que también portaba algo de sangre seca, temblaba en sincronía con su agitada respiración.

— Ey —el menor trató de sonar cálido, aunque le era difícil cuando su garganta tenía un pequeño nudo al solo pensar que algo iba mal—, YoonGi.

— No le cuentes a NamJoon que vine a esta hora y... En estas condiciones —ahora que se encontraba cerca, Hoseok pudo oler el familiar aroma del alcohol saliendo a borbotones de la fina boca de YoonGi en cada palabra—, por favor.

Dado que el mayor se encontraba en posición fetal Hoseok decidió, luego de dar un suspiro, sentarse como indio frente suyo, pero con las piernas entrelazadas a las pálidas y delgadas de YoonGi, una simple acción que los dejó cara a cara y con una lejanía mínima, casi inexistente.

— Mírame —tomó su mano temblorosa y quitó lentamente el brazo de su rostro, YoonGi se dejó hacer, y Hoseok hizo lo mismo con la otra extremidad, pronto se encontraban con sus manos entrelazadas y el rostro sonrojado del mayor frente suyo—, mírame —repitió, y así lo hizo—. ¿Puedes contarme qué te sucede?