Olor a sangre.
El olor a sangre lo había guiado hasta una vieja edificación abandonada al otro lado del muro ubicado en la misma calle en la que había acordado reunirse con Suho. Lo peor, es que no era el olor de sangre de animal, era el aroma indiscutible de sangre humana y fresca.
Luego de saltar al otro lado del muro, escuchó el llanto desesperado de unos niños y se dio prisa para empujar una vieja puerta de madera entreabierta y entrar. El suelo de madera crujió bajo sus pasos apresurados. El olor a sangre se hizo más intenso; acababan de derramar una buena cantidad de ella. Lay dedujo que probablemente acababan de asesinar a alguien, sin embargo, ese olor no provenía de donde los niños lloraban.
El guerrero continuó caminando porque priorizó encontrar a los niños que lloraban de manera tan desgarradora. En una de las habitaciones encontró a un hombre de mediana estatura vestido de negro y frente a él habían dos niños atados de pies y manos. No prestó atención a nada más, pues la cólera que sintió al ver esa imagen lo obligó a jalar fuerte del cabello del sujeto y enseguida lo lanzó hacia atrás para alejarlo de los niños.
Lo golpeó en la cara una y otra vez hasta que sus puños se tiñeron de rojo, él hombre dejó de forcejear, quedando inconsciente sobre el piso y el alfa se levantó dirigiéndose hasta los niños para liberarlos de sus ataduras.
—Nunca más me voy a portar mal, señor, lo prometo —le dijo uno de los niños, el cual no parecía tener más de cinco años. Estiró sus pequeños brazos para treparse al guerrero como si su vida dependiera de ello y eso, por desgracia, era más literal de lo que Lay hubiese querido.
A Yixing se le oprimió el corazón y rodeó al pequeño con sus brazos fuertes, brindándole la seguridad que él tanto necesitaba aunque solo fuera por unos segundos.
—Todo va a estar bien, yo te protegeré —susurró, dejándolo otra vez en el suelo y permitiendo que se aferrara a él, mientras se ocupaba de liberar a la niña que permanecía callada y anonadada. La pequeña apretó los ojos haciendo una mueca de dolor, que llamó la atención de Lay.
—Qué tenemos aquí. Fractura de muñeca —murmuró con solo tocar las pequeñas manos de la niña— De ambas.
"Hijos de puta" pensó, refiriéndose a las personas que inescrupulosamente habían roto las manos de una niña de cinco años. Activó su poder curativo con el fin de pasar algo de analgesia a la pequeña en tanto que lograba sacar a ambos niños de ahí, luego la trataría como era debido y la curaría.
—¿Ustedes son los únicos que están aquí? —les preguntó.
La niña negó con la cabeza y se puso a llorar de manera silenciosa.
—¡Señor, cuidado! — chilló el niño, apuntando hacia la espalda de Lay. El guerrero se puso de pie y rápidamente llevó a los niños tras su espalda para protegerlos con su propio cuerpo ante cualquier cosa que los pudiera amenazar.
Frente a él había dos hombres armados con pesadas barras de hierro salpicadas de sangre seca. Ninguno era el hombre que él había golpeado, éste seguía inerte en el piso. Se dio cuenta de que su idea de escapar con ambos niños iba a ser más difícil de lo que pensaba ya que no podía adivinar cuántos hombres había en ese lugar y que tan poderosos eran.
Alcanzó a esquivar los golpes que iban directo hacia él, retrocedió sobre sus pies y arrastró a los niños consigo. Las barras de los hombres golpearon duro contra el suelo dejando grandes hundimientos en el piso de madera. Yixing se preguntó qué habría pasado si lo hubiesen golpeado a él o a los niños con esa fuerza y concluyó que probablemente a él le habrían fracturado algo de un solo golpe y los niños ni siquiera habrían sobrevivido. Recordó otra vez el olor a sangre y las lágrimas de la niña cuando le preguntó si acaso habían más niños en ese lugar y no le quedaron más dudas sobre lo que estaban haciendo aquellos hombres en esa casa vieja y abandonada:
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ÁNGEL NEGRO [EXO FANFIC AU]
FanfictionFinalizada. Nueve jóvenes que estaban destinados a ser invencibles guerreros fueron divididos por la traición. Un ente desconocido, apodado el ángel negro, está llevando el caos a los pueblos. Es entonces cuando comienza la búsqueda de los guerr...