Una cálida noche de Noviembre que reflejaba en su resplandor el cielo estrellado y su cálida brisa, Harry Styles se encontraba postrado a su cama de sábanas color champán, y hermosos cojines. El muchacho de rizos color chocolate y ojos verdosos, había tenido un accidente a sus veintidós años de edad cuando salía de su editorial, el castaño recuerda que ese día era lluvioso, las nueves amenazaban con romper el cielo y la humedad invadía toda la ciudad. Cuando quiso cruzar la calle sin prestar demasiada atención, una motocicleta con velocidad extrema choco contra el cuerpo del rizado, dejando en él toda la médula espinal atrofiada, y con ello una parálisis que se extendía desde su columna vertebral hasta los pies.
Con el paso de los años, Harry experimento cuatro ataques de neumonía, debido al estar todo el tiempo en una silla de ruedas especial para su cuidado, sus pulmones se llenaban de agua.
Mediante tratamientos de tetriplejia, para que sus músculos y huesos no se atrofien comenzó a mover levemente el dedo pulgar e índice, su aparato reproductor no funcionaba por lo tanto al hacer sus necesidades, necesitaba de mucha ayuda. Por esta razón su médico personal, Mark Becher, es el encargado de todos sus cuidados. Su vida se vió de forma amarga cuando especialistas de todo el mundo, le dieron a entender que nunca en su vida volvería a caminar. No podría volver a sentir, es como si su cuerpo estuviese bajo un efecto hormigueante que hace no sentir hasta el más mínimo toque.Su madre se recostó en la orilla de la plácida cama, logrando que se hundiera parte de esta. Melisa, la sirvienta de la casa, mejor conocida como la segunda madre para el rizado. Trajo el té de manzanilla para Harry. La mujer castaña y de ojos resplandecientes acercó la taza de porcelana china, a los gruesos labios de su amado hijo, para que tomara un poco del líquido aumente.
-¿Aún consideras ir al jardín japonés? -pregunto de forma repentina su madre-, no me parece que sea buena idea Harry.
La voz de la mujer reflejaba verdadera preocupación, su único hijo era lo que más apreciaba en la vida, por más que esta le haya quitado la posibilidad de caminar y de llevar con él una vida normal.
-Madre... si eh dicho que iré- el rizado suspiró-... iré quieras o no, Fitch me espera.
Fitch era el abogado que contrato la familia Styles para llevar el caso del ruloso, ya que su causa estaba todavía en tribunales. Pero por condiciones de salud, él no podía asistir.
-Harry... mucho movimiento te hace mal, además, el jardín japonés no es lugar para charlas judiciales- opinó Anne.
-El jardín me distrae de todo, madre. Aunque tenga que estar con el tanque de oxígeno, lo seguiré visitando hasta que me muera. De solo ver los jazmines... y su hermoso aroma- suspiró pesadamente-, soy feliz.
Anne negó repetidas veces, hasta que dejó la habitación.
El rizado hace ya menos de catorce semanas le había diagnosticado cáncer en la tibia, al igual que una leve neumonía.
Harry ya no estaba para seguir cargando con toda su dolorosa vida. Le había dado un plaso de tiempo a su madre de tres meses, si en esos tres meses no lograba que su vida cambiará de forma drástica, se tendría que dar por vencida con todos los tratamientos. Y cuando el rizado se refería a un cambio 'drástico' era que todo en entorno a él cambiara.Harry tenia un afán con la palabra 'amor' el por que de esto se remotaba a cuando era pequeño y por primera vez había visto la película "Titanic". Esa película en la cual una bella mujer de clase alta y un hermoso hombre de clase baja, se fusionaban en su amor verdadero, en que después de todos los prejuicios, ellos en una pequeña parte, fueron felices. Aunque ello conllevara la muerte de Jack, y la tristeza de Rouse. La escena en la que los dos personajes tienen sexo, no sólo fue deseo, también fue la petición de hacer el amor. ¿Y qué es verdaderamente hacer el amor?, es cuando buscas en la otra persona el dulce sabor de sus labios, y cuando miras a sus ojos y puedes ver sus pupilas dilatadas, llenas de pasión. Cuando sientes que la hora a llegado, cuando sientes que ya puedes soltar esas benditas cadenas que arrastras contigo mismo por mucho tiempo. Cuando sientes que no sólo quieres dar el siguiente paso, sino hacerlo fluir en tu sangre. El rizado lastimosamente nunca pudo sentirlo. A su edad considerable todavía era virgen, y confiaba plenamente, que su último deseo seria hacer el amor.
Las agujas del reloj corrían, ya casi no quedaba tiempo, su vida era... tediosa. El mismísimo infierno. Y sabia que algún día llegaría la hora de tocar con sus manos las nubes y rozar su con su nariz el viento. Ese día llegaría, y en ese preciso instante sabría que estaría haciendo el amor.
Quería sentir que era que toquen su cuerpo con deseo, que besen sus labios con pasión, y que pueda sentir el dulce aroma a vainilla cuando llegue a su punto máximo. Quería saber y sentir lo que todos llaman "hacer el amor", y no era un deseo pecaminoso o deseo carnal él que precisamente Harry quería, con sólo saber que una de las tantas personas del mudo exterior pudiese hacer que toque las nubes con sus manos, ya seria la gloria para una persona al borde de la muerte.
Por el rabillo del ojo miró la ventana está era completamente azulada, y de ella colgaban pequeños puntos blanco que asemejan las dulces estrellas, esos pequeños bichitos que iluminan el cielo, y hacen que contar cada uno de ellos sea una misión imposible de lograr.
Para el rizado cada pequeña estrella, era un ser que abandonó la tierra para ir a un lugar mejor, para encontrar la paz que en su hogar no pudo obtener. Y él sería parte de ese cielo estrellado, él quería ser la estrella más luminosa de todas, para que pueda iluminar cada rincón de las personas que estén llenas de tristeza. Para que pudiese saciar el vacío de cada uno de ellos.
Con su voz gruesa- heredada de su padre, Des Styles, quien es un hombre de negocios muy importantes y dueño de uno de los museos de Londres más famosos, o como él lo llamaba "Great British Paradise"-, llamó a Melisa, que en menos de los que la luz pudiera viajar llegó al lado de la cama.
-¿En que puedo ayudarlo?- pregunto de forma estricta.
-Meli, ya te eh dicho que no seas tan exigente contigo misma- en verdad Harry amaba, a esa simple mucama de cuarenta años como si de su propia madre se tratase.
-Lo siento pequeño.
-¿Me podrías alcanzar el bolígrafo y el cuaderno?, por favor- pidió el rizado, Melisa asintió y tomó en sus manos el cuaderno de tapa color índigo y el bolígrafo de cobertura negra. Trajo una pequeña bandeja que la situaba a la altura de las clavículas del muchacho, colocando encima de la bandeja de mármol el cuaderno color índigo y el bolígrafo en la boca del castaño.
Harry, era escritor. Su carrera fue destinada a la edad de los dieciséis años ya que las más grandes obras de Shakespeare era su fuente de inspiración para sus historias de amor, entre príncipes y doncellas, o solo historias de dos simples campesinos que se enamoraban secretamente, y mantenían sus sentimientos a flor de piel, siempre y cuando sea dentro de cuatro paredes. Cuyas historias nunca fueron reveladas, porque no es muy bien visto que dos hombres se enamoren entre sí. No se considera algo que quepa dentro de lo 'normal'. Pero... ¿qué es ser normal dentro de todo?. Esa palabra sin significado alguno, fue creado por alguna persona que decidió llamar "normal" a lo que se ajusta como un concepto que se toma como natural. >Pero sería mucho mejor si dejáramos de llevarnos por los ideales que pretende que la sociedad cumpla, y ser nosotros mismos- o eso es lo que quería creer Harry.
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Bueno, aquí les traigo una fic, me gustaría que comenten si es que debería agregarle algo, o no, ya que soy "nueva" en todo esto de escribir, pero no me podía resistir a una de mis ideas.
Todo está basado en hechos reales.
○Besos atentamente:
-evilDamask
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Mi último deseo/l.s 2017 [En procedimiento]
FanfictionSolo un último deseo es el que quiere cumplir antes de partir lejos de todo lo que lo rodea. No sabe si es el deseo de encontrar el amor, o de hacer el amor, el que lo evoca a desesperarse tres meses antes de su partida. -"Señor Tomlinson, m-me gust...