Capítulo I

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—¡Tiene que estar bromeando!— se quejó Gabe furioso, golpeando el escritorio con los puños, con sus uñas casi incrustándose en sus palmas, haciendo un esfuerzo inhumano por controlarse.

¡Ésta definitivamente no era su semana! ¿Y el horóscopo de Garrett decía que algo maravilloso llegaría a su vida por estos días? ¡Y un cuerno lo maravilloso! Primero había comenzado con el viernes anterior y la estúpida fiesta de la fraternidad rival, Iota Alpha Chi, donde había tenido que soportar que Theo y Liam se manifestaran públicamente como pareja. Vale que él había estado feliz de romper con Liam, lo que de alguna manera se había sentido un tanto liberador después de casi un año encerrado en una relación en la que ninguno de los dos había sentido verdadero cariño, pero de eso a que el rubio se lanzara a los brazos de su peor enemigo había un largo y oscuro trecho ¡¿De verdad, Liam?! ¡¿No podías encontrar a alguien más en una universidad con miles de estudiantes?!

Luego, como no podía ser de otra manera, todo el campus se la pasaba hablando de la nueva parejita, "Thiam" (como la habían nombrado), susurrando a sus espaldas sobre el "increíble" cambio que había hecho Liam ¡Oigan, que él también tenía lo suyo! No se la pasaba haciendo pesas, pero tenía su cuota de músculos. Y su belleza latina, que era un plus doble. Pero no, todo el mundo parecía especular en su contra.

Y, obviamente, él no se iba a quedar atrás, manifestando que el rubio había caído bajo, que sólo había hecho una "rebaja" de la calidad al elegir a Theo. Sin embargo, eso no funcionó a su favor, amentando los rumores en su contra. Y lo peor había acontecido menos de veinticuatro horas atrás en la biblioteca, cuando Liam y Theo le había refrendado en su cara sus noches fogosas, noches que Liam siempre le había negado a él ¡¿Y ahora se sumaba el entrenador?!

—No. Y es mi palabra definitiva— respondió tajante el profesor Finstock.

—¡No puede hacerme esto!— gritó sulfurado con su límite sobrepasado, arrojando al piso carpetas estudiantiles, una pila de exámenes y alguna cosa más al alcance de su brazo derecho (entre ellas, la taza del profesor) justo en el momento en el que la puerta se abría dando paso a varios estudiantes.

Ambos se quedaron mirándose fijo, ignorando a conciencia la multitud de estudiantes que comenzaban a aglomerarse, la siguiente clase del profesor Finstock que si Gabe mal no recordaba traía a los amigos de Liam ¡Genial! Nuevas tonterías iban a comenzar a circular sobre él y la supuesta (aunque cierta) rabia que mantenía sobre Theo y Liam. Pronto, los murmullos sobrepasaron el silencio ensordecedor, tal como las cigarras en plena noche veraniega.

—No lo repetiré. Es mi última palabra. Ahora bien ¿Vas a levantar lo que tiraste?— inquirió el también entrenador del equipo de Lacrosse, señalando el suelo a la derecha del chico, extrañamente más relajado que de costumbre.

Y Gabe no supo si fue la extraña tranquilidad que manifestaba o la negativa refrendada una y otra vez, pero entrecerró sus ojos dándole una última mirada rabiosa al hombre y se marchó pisando con odio, empujando a varios alumnos que se encontraban en su camino a la salida ¿Si el entrenador se vengaría más adelante? Seguramente, pero a esas alturas ya ni le importaba.


~*~*~*~


Jackson observó a su amigo morderse las uñas y tachar con odio un papel una y otra vez y suspiró abrumado. Ahora entendía por qué Garrett había alegado tener una cita urgente para el almuerzo, cuando siempre solía dedicarles ese tiempo a ellos. Gabe enojado era peor que una horda de cazadores desquiciados. Observó hacia todos lados una ruta de escape, pero enseguida suspiró resignado, diciéndose mentalmente que un buen amigo no te abandona en las malas y escucha pacientemente tus rabias, incluso si éstas provenían del más peligroso de su banda.

Reglas para una tutoría secretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora