Capítulo Único

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Un día después, pero aquí está mi pequeño escrito para Kaito en su cumpleaños.

Desde hace un tiempo he querido escribir algo relacionado con los hermanos Tsukigami, y por fin lo logré. Es algo sencillo, lleno de amor fraternal, y está narrado al punto de vista de Haruto...

¡Espero les guste!

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Cuando Haruto tenía tan sólo tres años, se enteró por boca de sus padres que tendría un hermanito. Él, a su corta edad, se emocionó un montón debido a que su sueño era poseer un hermano, un compañero, para jugar. Agradeció a sus progenitores y prometió que cuidaría de aquel bebé por siempre.

Durante el embarazo de su madre, Haruto no dejó de preguntar cuándo nacería el bebé, típico de un niño de su edad que no conocía el arte de esperar. Además, acompañaba a su madre a casi todas partes, y cuando su vientre estuvo más crecidito le hablaba al bebé de todo lo que harían cuando naciera por fin.

Y cuando Haruto apenas cumplió cuatro años, justo un día después, se convirtió oficialmente en hermano mayor de un bebé llamado Kaito. Ese fue uno de los días más emocionantes de su vida y, también, el mejor obsequio que podía recibir.

Para Haruto fue un poquito decepcionante no poder jugar con el pequeño recién nacido tal como lo deseaba, pero eso no impidió que pasara mucho tiempo junto a este. Le mostraba peluches, descubrió rápidamente que a Kaito le gustaba el pingüino de peluche que su abuela le obsequió al nacer, y conversaba con él de todo un poco. Después de todo, el pequeño Kaito reconocía ya la voz de su hermano mayor.

Cuando Kaito aprendía a caminar, Haruto estuvo siempre a su lado apoyándolo en sus primeros pasos. Lo llevaba de la manita por varios rincones de su enorme hogar, y lo socorría cuando accidentalmente caía. Hubo día en el que, encontrándose en el jardín rodeado de juguetes, el pequeño Kaito decidió ir solito por su peluche de pingüino que tanto amaba. Se levantó como pudo del suelo y pasito a pasito se encaminó hasta el juguete... Pero apenas dados un par de pasos, el bebé cayó al suelo y comenzó a llorar. Haruto, quien se mantuvo observándolo todo el tiempo, corrió hacia su hermanito y lo abrazó, calmando el llano con un pequeño beso en su frente.

El día en que Kaito tartamudeó su primer "Haru" este se llenó de alegría. Ya el pequeño decía mamá, papá y otras palabras sencillas y justo el nombre de su hermano se le salió en una tarde luego de su merienda y deseaba que el mayor lo llevara a tomar la siesta. Desde ese día, Kaito llamaba siempre a su hermano para que jugaran juntos y lo acompañara a todas partes. Fue entonces cuando se volvieron más inseparables que nunca y Haruto no podía estar más contento por tener un hermanito tan adorable y bueno.

Cuando Kaito comenzó a asistir a la escuela, Haruto obtuvo una razón más para sentirse orgulloso de su hermanito. Kaito era un niño muy tranquilo, inteligente y obediente y las maestras estaban encantadas con él. Pero, Kaito no era muy sociable y le costaba hacer amiguitos... Por ello, debido a la cercanía de sus escuelas, Haruto iba a visitarlo en cada recreo (luego fue regañado, pues no era bueno para el pequeño depender tanto de su hermano)

Debido a que sus cumpleaños eran seguidos, en más de una vez se realizó una sola fiesta para los dos, sobre todo cuando era un fin de semana. Y ambos hermanos la pasaban muy bien, celebrando juntos un año más de vida. Aunque, cuando cumplieron cierta edad, las fiestas en conjunto se terminaron.

Con sus padres como actores, y ambos hermanos yendo a algunas funciones de vez en cuando, estos decidieron en una tarde aburrida realizar su propia obra musical. Haruto tenía ocho y Kaito cuatro años, y con una increíble creatividad crearon una pequeña función. Haruto, quien ya estaba en clases de teatro, enseñó a su hermanito lo básico y este lo aprendió realmente rápido... No había duda que la sangre Tsukigami estaba llena de talento. Esa noche, cuando sus padres llegaron a casa, los recibieron con una alegre presentación acerca de dos lunas hermanas que gustaban jugar y cantar. Los señores Tsukigami se sintieron realmente conmovidos, y hasta la madre soltó un par de lágrimas de la emoción por aquel detalle de sus dos hijos.

La infancia de ambos hermanos fue bonita, llena de más cosas buenas que malas, y Haruto no dejaba de agradecer el hecho de poseer un hermano pequeño para jugar, consentir y, por qué no, sobreproteger...

Pero, cuando Kaito entró a la secundaria las cosas cambiaron. Se veían mucho menos y las palabras de cariño hacia Haruto se extinguieron dejando sólo un trato formal, como si fueran un par de conocidos. Y Haruto no se quejó, tampoco quiso presionar a su hermano, pues supuso que de eso se trataba crecer. En el fondo, sabía que ese día llegaría en algún momento. Además, nada iba a cambiar su vínculo fraternal y para Haruto eso era suficiente.

Haruto se convirtió en una estrella demasiado pronto, gracias a su dedicación y gran talento. Se dio a conocer más, participando en un proyecto tras otro, y llegó un momento donde prácticamente perdió contacto con su hermano. No lamentaba lo que sucedía, después de todo cumplía su sueño, pero de cierta forma estaba preocupado por Kaito que parecía cada vez más distante...

Al pisar la preparatoria, Kaito se había convertido en un muchacho bastante solitario. Siempre trabajando duro, sin contar con alguien más, demasiado concentrado por superarse y salir de la sombra de su hermano en que las personas lo habían colocado. Por ello, Haruto se sentía un poco culpable... Pero sabía más que nadie que su pequeño hermano brillará con su propia luz y será reconocido como él lo era.

Luego, Kaito fue seleccionado en el equipo Otori junto a otros cuatro muchachos realmente peculiares pero, por sobre todo, muy buenas personas. Gracias a eso, Kaito comenzó a dejar parte de aquella seca actitud y logró hacer amigos, sentirse parte de un equipo. Fue entonces que la preocupación de Haruto, siempre sobreprotegiendo al más joven, se redujo y pudo sentirse más tranquilo...

Y lo comprobó por sí mismo al asistir como guía al campamento de los muchachos de segundo año de preparatoria, quienes entrenaban para el clásico musical de "Shadow & Lights" a celebrarse en verano. Ahí se encontró con su hermano menor, ya hecho un hombrecito, totalmente renovado. Lo vio con su equipo y otros compañeros, compartiendo puntos de vista de su entrenamiento y otras cosas más triviales, y se sintió contento de que su presentimiento haya sido cierto... Además, también se dio cuenta de cómo Kaito conversaba con Uozumi, ese que parecía rudo pero tenía un corazón de pollo, hasta el punto de sonreír y mostrarse agradecido por los consejos que recibía. Entonces, Haruto sintió celos porque él fue durante mucho tiempo el modelo a seguir de Kaito y quien recurría por su sabiduría. Pero bueno, sus celos eran inofensivos comparados con lo tranquilo que se sentía por el progreso de su pequeño hermano. Porque Kaito seguirá siendo su hermanito, así este tenga más de cuarenta años.

Y Haruto estaba completamente aliviado, porque su hermanito tenía muy buenos amigos y un vínculo especial con aquel quien era su mejor amigo desde la secundaria...

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Notas finales: Bueno, fue todo por ahora... ¡Espero les haya gustado! gracias por leer y me disculpo por si hubo algún error :(

Si te gustó, ¡Házmelo saber! ;3

A través de los AñosWhere stories live. Discover now