Capítulo catorce

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Menos mal alcanzamos a pagar e irnos sin que los Dolan me cacharan, no quería imaginarme cuanto me hubieran puteado después de verme con mi ex que le pegó al capitán de fútbol americano -o más bien, ex-capitán-.

Salimos del Jumbo con el carrito y nos tocó descargar.

Vamos al Forever a cachar tú traje de baño? -dijo mientras agarraba como tres bolsas.

Ahora lo decí -tomé las bolsas que quedaban y le clavé una mirada de odio, proveniente de todo mi ser.

Oh espérame aquí, yo bajo a guardar todo y vuelvo al toque -me quitó las bolsas que tenía y vi como se iba. Busqué un lugar donde sentarme por mientras que esperaba al Brandon.

Saqué mi celular y lo desbloquee, eran 10 pa las 5 y todavía no salíamos ni del mall. Abrí Insta y decidí subir una foto a la historia, me tomé una selfie y coloqué; "cuándo te dejan sola en el Costanera", la subí y guardé el teléfono.

Jenni? -una familiar voz masculina me hizo mirar hacia mi costado, era este weon otra vez. Qué haci aquí sola?

Me paré de donde me habia sentado. -He... estaba esperando a la Britany... que pasó al baño -le mostré una sonrisa más falsa que la cara de la Lissett.

Ah, no queri que las vayamos a dejar? -se ofreció amablemente.

No, no te preocupi, andamos con el Juanpa, gracias -le toqué el hombro.

-Ya, me llaman cualquier... -tenía que llegar este weon justo ahora.

-Wena po Ethan, nos volvemos a encontrar -dice el Brandon tratando de sonar amable, pasando su brazo por el hombro del Ethan.

- ¿No andabai con el Juanpa? -preguntó medio confuso.

-Si pero acuérdate que fue al baño, con mi amiga... -ahora me interrumpió el Brandon.

- ¿Quién es el Juanpa? -por la chucha, mi ex y mi andante reunidos nuevamente, ya se me acababan las excusas.

Es el weon del carrete de ayer, acuérdate po -lo agarré. -Ahora tenemos que irnos para otro lado con los chiquillos, así que ahí nos vemos -me iba despidiendo de él mientras llevaba agarrado al Brandon de la polera a la escalera mecánica.

- ¿Por qué chucha no te quedaste callado? Casi dejai más la cagá -seguía con mis manos sobre su polera, y con una mirada desafiante sobre sus ojos, haciendo que todas las personas se nos queden viendo.

-Me sorprendió encontrarmelo aquí.

Pensándolo bien, a mi igual. Vive al extremo de Santiago y viene a comprar una silla de guagua toda cagá a un Jumbo de Providencia.

Lo solté finalmente y actúe normal, como si nada hubiera pasado. Entramos al Forever y me enamoré otra vez; la ropa aquí está cada vez más linda pero tan cara, corrí al tiro hacia los percheros buscando algo que me gustara pero el Brandon ya había encontrado un traje de baño.

- ¡Cacha este! -me mostró uno de una pura pieza con el medio escote y un calzón que empezaba recién desde la cintura.

- ¿Tai weón? Ni cagando me coloco esa wea -lo dejé plantado y seguí buscando uno que me gustara y me sintiera a gusto.

- ¡Esteeee! -grité sacando un bikini de color azul -o más bien celeste flúor- del perchero y corriendo a los probadores.

-Búscame un vestido o un padeo porfa -le dije antes de encerrarme en el probador número 4.

Va a llevárselo? -me preguntó el cabro que ordena.

Si -asentí y con la media sonrisa me acerqué al castaño, agarrando el vestido blanco que tenía en sus manos.

La típica mina piolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora