☞CAPITULO NO.5

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Usaba unos jeans, botas y una blusa roja con un blezzer negro. Cambie de bolsa ya que estaba empapada la que llevaba, estaba tomando una sombrilla cuando escuche el sonido del carro de Alex, salí con mi sombrilla y subí a la camioneta.

- Hola de nuevo- dijo dando en marcha a nuestro destino.

El llevaba otros jeans y una blusa azul marino manga larga que le acentuaba muy bien, se dio cuenta que lo miraba y me puse roja.

- ¿Te gusta lo que miras Samantha? Si quieres puedes tocar no ahí ningún problema-

-¿ La verdad?- le dije y el asistió con su cabeza- Si- me quede unos pocos segundos en silencio muy pocos - tu camioneta está súper genial cuando arregle mi carro lo venderé y compraré una como esta-

- Si aja la "camioneta"- dijo haciendo comillas en el aire.

- Ya se por que chocas-

- Haber Samantha ¿Por qué choco los carros?

- Por que no pones atención a la calle, te la pasas baboseando- al terminar de decir eso me puse el cinturón de seguridad.

- Deberías ser más agradable con tu chofer , es más deberías de estarme besando en este momento- empece a reír tan fuerte que me pude haber orinado en los asientos de su camioneta.

- Chofer ehh?- pensé ¿por qué debería de pagar taxis cuando el puede ser mi chofer hasta que me entreguen mi carro?- okey, Alex Evans serás asignado a ser mi chofer hasta que me entreguen mi carro, ya que fuiste el causante que mi carro esté en el mecánico-

- Pero sólo de la UNi ¿okey?- me quite un peso de encima y le tendí mi mano para cerrar el trato.

- Trato hecho "Chofer"-

- Pero me deberás besar al final del día -

- Ni en tus sueños, sepa cuantas personas has besado- puse una cara de repulsión, pero era jugando yo tampoco tenía la cuenta de cuantas personas había besado.

Llegamos a la UNi y se estacionó pero no nos bajamos.

- O sea ¿que sí no tuviera tantas babas me besarías?-

Y me baje de la camioneta con mi sombrilla en mi cabeza claro, no quería mojarme otra vez.

Llego Iván por detrás de mi y me beso como siempre, me pregunto como iba mi día y todo eso le platique todo lo que había pasado desde el día de ayer. Y nos quedamos de ver en un antro de la ciudad.

Entramos a clases, sólo tenía que entregar un trabajo y regresaría a casa. Pese que sería rápido pero había mucha gente entregando el trabajo y como ya era finales de semestre todo mundo andaba loco y luego el maestro dijo que no calificaría nada si no se formaban y eso. Me tarde como 2 horas para entregar un simple trabajo, por que al señor de le ocurrió ir revisando a cada persona que iba a calificar, se que suena obvio pero pudo llevárselo a su casa y no tenernos aquí esperando.

Salí estresada y lo bueno que era viernes. Alex estaba recargado en la camioneta.

- Al fin te apareces, ¿por que tardaste tanto?-

- Tenía que entregar un trabajo y eso-

- Bueno, sube- le pego a la camioneta y subió.

Ya una vez dentro empezamos a hablar sobre como habíamos obtenido nuestros departamentos, a el se lo regalaron como regalo de cumpleaños cuando cumplió 20 y ahora tenía 25 años ya que no se decidía por alguna carrera se cambió demasiadas veces y pues al final de decidido por arquitectura . Llegamos a mi depa. Ya había parado de llover hasta el momento.

- Oye deberíamos intercambiar números -

- ¿Y eso?- pregunte aunque sí se lo daría era más que obvió lo necesitaba el para que no ocurriera lo de hoy de que me tarde por el maestro.

- Para que no se repita lo de hoy, Samantha creí que eras más inteligente-

- Lo soy- tome mi celular y le pedí su número, le marque y ya agendo mi número de celular.

-Okey, se ve muy noche pero apenas son las 6:00 pm-

- Hay Alex creí que eras más inteligente, es obvio que va a volver a llover por eso el cielo está a sí- mientras le decía eso me había quitado el cinturón y me baje de la camioneta.

El bajo la ventana de la camioneta y dijo:

- Ningún adiós o gracias Samantha-

Me acerque hasta la ventana de la camioneta y le dije:

- Adiós Alex, gracias- en un tono sensual y luego le sonreí.

- No te conozco muy bien Samantha y ya te odio- abrí la puerta y le di un abrazo y un beso en la mejilla y luego vi una casa de campaña en sus pantalones.

- De nada - cerré la puerta de la camioneta y camine hacia mi departamento.

No tenemos ningún remedio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora