Por segunda vez me encontraba parada frente aquella puerta, mi mente ahora tranquila me permitió pensar que debía hacer. Mis pies me llevaron a la casa de Janette involuntariamente y sentía la necesidad de hacerle saber lo ocurrido con Kaden, quizás podía ayudarme. Aún estaba dentro de la hora establecida para visitarla por lo que decidí hablar con ella. Necesitaba apoyo de una persona que conociera a Kaden.
Mi mano se acercó al llamador pero enseguida la puerta se abrió, sorprendiéndome. Janette se encontraba de pie con su mirada vacía, se veía extraña. ¿Me había visto por la ventana?
—Hola, soy yo... De nuevo—dije con una sonrisa tímida y sus facciones se relajaron, abrió la puerta dejándome pasar y nos dirigimos a la cocina.
—¿Qué te trae por aquí, chica?—preguntó mientras me servía un vaso de jugo y luego me lo entregó.
—Su hijo...—murmuré y su mirada se detuvo en mí con seriedad.
—¿Qué sucede con él?—indagó dejando de lado la jarra y entrelazando sus dedos.
—Apareció—sus ojos se clavaron en los mios—, se comportó de una manera muy extraña conmigo, intentó asfixiarme con su brazo y dijo que nos veríamos en la noche, que no intentara huir. Después desapareció. No se me ocurrió otra cosa que no sea acudir a usted—confesé y como si lo ocurrido se repitiese comencé a sentirme nerviosa, con una presión en el pecho.
Janette se mantuvo en silencio como si pensara lo que diría a continuación, parece que el problema era peor de lo que creí.
—Debes alejarte de él...—dijo con voz gélida y sentí temor.
—Pero, no fui yo quien lo buscó... O sea, no ésta vez, intenté encontrarlo por días y hoy simplemente volvió. No le vi el rostro siquiera.
—Pues haz que se aleje—respondió secamente.
—¿Cómo?
—Deberías hablar con Agnes Hood, quizás pueda ayudarte—informó.
—No sé quien es esa mujer y como podría ayudarme, usted es la madre y lo conoce mejor que nadie, debe ayudarme, por favor.
—Hace tiempo que dejé de conocer a mi hijo...
Como si me lo hubiese dicho a mí, una dolor se asentó en mi pecho. Si su propia madre no lo conocía, yo no tenía idea de con quien me estaba metiendo.
Noté que tomaba un papel y anotaba una dirección, sino me quedaba alternativa pediría ayuda a esa mujer.
—No puedo hacer nada por ti, Venus, no sé porqué mi hijo te está involucrando en su vida pero sólo puedo decirte que tengas cuidado—con delicadeza me dio el papel y yo lo abrí; Centro Médico de Maine. Mi ceja se alzó con confusión pero no dije nada.
Escuché el ronroneo de un automóvil fuera de la casa y supe que el tiempo se me había acabado, Janette me miró—. Ya sabes a donde ir.
Sin responder giré sobre mi misma y atravesé la misma puerta del otro día, corrí por el pasillo hasta salir de la casa y salté con más facilidad el cercado.
(...)
El gran edificio se alzaba frente a mí, el sol que atravesaba las nubes se veía reflejado en los vidrios de la construcción. Releí el nombre por tercera vez preguntándome si Agnes era una empleada del psiquiátrico o una mujer loca, Janette no fue capaz de aclararme eso y yo fui una tonta por no preguntarle.
Las personas pasaban por mi lado caminando en distintas direcciones, todo estaba en movimiento menos yo, que observaba con incertidumbre el sitio.
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POSESIÓN LETAL
Mystery / ThrillerEn la ciudad donde Venus nació y vive, comienza a surgir un extraño temor hacia lo paranormal, las personas se tratan de locas entre sí porque afirman sentir como un insólito ente posee control sobre sus cuerpos. Ella no da mucho interés en los suce...