Secretos de una infame

1

Caminaba por la calle, con la mirada perdida pensando en lo que podía pasar si alguno de sus aberrantes secretos se descubrían, quien podía creer capas de semejante aberración a una dulce, carismática y tan tranquila joven como lo era Elissa, pero eso era lo que los demás podían ver, ¿O a caso la pequeña niña de papi es una doble cara?

Su mirada seguía perdida, como si algo la obligará a mirar más allá de la superficie terrestre, pero quién podía tener la cabeza en un solo lugar cuando sus secretos eran más grades que sus cuentas bancarias, pero recuerda pequeña Elissa, puedes perder todo menos la cabeza y la llave de tus secretos.

-Elissa Carrington- reaccionó rápidamente a esa voz, saliendo de su burbuja mental- qué sorpresa verte... Otra vez.

No sabía quién era, una sombra se dibuja en su memoria sobre él, lo había visto en otro lado, peor no recordaba quién era, ¿dónde carajos lo había visto? ¿Él era Chisopher? ¿O Dany o a caso era...?

-Marcus-salió de sus labios creyendo que lo había pensando, pero no, ahí estaba en carne y hueso el mismísimo Marcus Steven.

-Ese mismo soy yo lindura-sonrío mostrando aquella misma sonrisa que se le había borrado el día que en su boda vio a Elissa y a Joan tomarse de la mano, era fácil recordar una sonrisa tan macabra.

Todo rebotó a su mente, aquella noche, lo que había pasado, con quien la había pasado, lo que había hecho y como lo había hecho, pero ese era un secreto que estaría oculto en una sonrisa macabra un secreto que los medios no podían descubrir un secreto que la familia Carrington y Steven podían saber.

-Un placer verte después de todo Marcus-sonrío con la mirada aún un poco perdida-.

-Lo mismo opino preciosa.

Y sus sonrisas chocaron, creando un chispa inmediata de tentación y oscuridad.