Soy tan viejo que no recuerdo cuantos años tengo, he vivido mil historias junto a los enamorados, otras mil junto a los que jamás pudieron estar juntos y por ultimo otras mil historias junto a las personas que siempre se quedan solas, hay tantas historias sobre mí y el amor, pero hoy les contare la historia del día en que yo me enamore.
Luna, ese es mi nombre o al menos así me llaman ustedes, es un buen nombre lo tengo que admitir, sin embargo, tengo que decirles que han vivido equivocados toda su vida ¡Porque yo soy hombre!, si así es, soy hombre, déjame adivinar ¿no lo puedes creer? ¡Pues créelo!, ahora aclarado esto quisiera hacerles una pregunta ¿Por qué nunca me preguntaron si era hombre o mujer? No les costaba nada preguntar, un día solo llegaron y dijeron ¡tú vas a ser la luna!, así de fácil, no pudieron ponerme un nombre más masculino ¿cómo, no sé? ¡Pedro! O ¡Juan! Ahora que ya aclaramos este pequeño asunto les contare sobre el día que yo me enamore.
Año 1632, Europa se encontraba en la plena guerra de los treinta años, sin duda una de las épocas más sangrientas de la historia, pero no es ahí donde se lleva a cabo mi historia, el lugar es Hechingen, Alemania, más precisamente en el castillo Hohenzollern, este hermoso castillo se encuentra sobre una colina en el pueblo, era temporada de invierno, los arboles de todo alrededor se cubrieron de un blanco brillante y los caminos se tapizaron completamente de nieve, era un hermoso lugar, estaba a punto de oscurecer, los animales diurnos regresaban a sus madrigueras, cuevas y nidos, en cambio los nocturnos comenzaban a dejar los suyos, fue entonces que escuche la voz más hermosa que había escuchado, cantaba tan sonriente, pero en su voz se podía escuchar tristeza, podía notar que tenía un gran dolor en su corazón , cantaba tan sonriente, sin importar que el viento helado de aquella noche rozara su rostro, cantaba tan sonriente y después ya no cantaba, el dolor era tan grande que la mujer se recargo sobre un árbol, llevo sus manos a su rostro y después comenzó a llorar, he visto llorar a muchas personas, pero sentí que su dolor era diferente, así que aislé mi mente de todo lo demás y me concentré solamente en ella y al parecer sintió mi presencia, por que inmediatamente levanto su mentón, me miró fijamente y después me pregunto: tú que has vivido tanto tiempo, tu que has visto tanto sufrimiento en este mundo, tu que has visto derramarse tanta sangre, tu que siempre has estado tan sola ¿Cómo haces para mantenerte estable? ¿Por qué no pierdes tu brillo? ¿Por qué no te despedazas? No pude contestarle, no porque no quisiera, no supe cómo hacerlo, entonces su llanto ceso, se puso en pie y me dijo "quisiera ser tan fuerte como tú" mientras sonreía, sus ojos se llenaron de brillo y su cara se ilumino de paz por completo, entonces me di cuenta que nunca había visto a una persona tan fuerte como ella, nunca había visto unos ojos tan hermosos nunca había visto a una mujer tan perfecta, se dio la vuelta y siguió con su camino rumbo al castillo, al llegar a las puertas, salieron disparadas flechas de todas las direcciones y atravesaron por completo todo su cuerpo, cayó al suelo y su sangre rápidamente cubrió el brillante color blanco de la nieve en un rojo escarlata, con una sonrisa miro al cielo nocturno y entonces, ¡sentí dolor! Un dolor que nunca antes había sentido, entendí el sufrimiento detrás de su canto, ella estaba lista para morir, no entiendo por qué, pero sin duda me enamore de ella, llámenme loco si quieren, pero ¿quién no se enamoraría de alguien que sonríe sin importar el dolor? ¿Quién no se enamoraría de alguien que sonríe a la adversidad? Yo me enamore y aunque el recuerdo de ver morir a la mujer esa noche me atormentara por la eternidad, su sonrisa me acompañara el resto de la misma.
YOU ARE READING
El día que la luna se enamoro
Fantasyuna pequeña historia de tantas que la luna a tenido.