Encuentro (Mors)

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"Ha sido así desde que era niño. Siempre la misma farsa. Siempre la misma asquerosa situación."

Me llamo Mors hijo del diablo y un demonio del inframundo de "reficul world", mi "lord devil" se llama reficul y mi madre Sin. En el pasado el amor de mis madres fue tan grande y fuerte que hasta el dios elux se enteró. Esta, indignada ante la situación de que uno de sus ángeles se enamorara de un ser inferior como un demonio, decidió tomar cartas en el asunto. Su enojo fue tan grande, que decidió exiliar a todos lod demonios de su mundo. Mi madre reficul se opuso, ante esto el dios la castigó exiliandola y convirtiéndola en un ángel caído. Tambien fue asi como este inframundo fue creado, siendo mi madre reficul convertida en el diablo jefe de este lugar.

Muchas décadas han pasado de eso hasta que nací. Al principio, todo era tranquilo y próspero. Mis madres me cuidaban como su mayor tesoro, aunque hubo veces que me di cuenta...
Me di cuenta como te arrastrabas detrás de ella, como rogabas por un poco de amor de aquel que tuviste en el pasado.

¿Por qué tuviste que aceptar esto madre?
¿Por qué no querías perder a lord devil?
¿Que tiene ella que todo el mundo le deja hacer lo que quiera?

Hubo una época donde mi lord devil hasta era mi ejemplo a seguir, pero ahora. Ahora que me he dado cuenta del daño que le haces a las personas que supuestamente más quieres, me canse. Ya no quiero estar en tu casa, es hora de ser yo el que comience a alejarme. Porque no lo soporto, simplemente no lo puedo aguantar. No solo por mi madre sino también ese idiota que volviste tu amante.

Lzet al principio lo odiaba, porque pensé que era el que te había alejado de mi madre. Luego me di cuenta que no era así. Tú siempre has sido una egoísta que los dejaba atrás, te ibas a otros mundos a divertirte y no regresabas en meses, yo siempre los veía lamentándose, pero estos al percibir que estaba cerca daban una sonrisa para tranquilizarme. A pesar de que por dentro murieran de soledad no querían preocuparme. Eso era lo que me daba mas pena.

¿Por que eres asi my lord devil?
¿Por qué no te das cuenta del daño que haces?
¿Por qué Lzet y mi madre no dicen nada?

No lo entiendo. Y tampoco entiendo porque me siento tan oprimido en este lugar, no solo es mi lord devil, algo en mi estaba cambiando.

-¿Cariño una vez mas te vas?

La voz de mi madre me sacó del trance en que estaba, no entendía qué hacía.
¿Por que estaba nuevamente en el teleportador? ¿De que estaba huyendo?
Los diablos y dioses eran los únicos que podían saltar por los cosmos y llegar a otros mundos. A pesar de ser hijo de un diablo yo no tenía capacidades sobresalientes a un demonio común, por lo tanto dependía como los demás de estos aparatos mágicos para moverme entre los mundos. Por suerte era el hijo del dueño del lugar, por lo tanto no necesitaba un permiso especial para ocuparlo. Y gracias a ello había hecho algunos conocidos muy cercanos.

-si madre, he quedado de ver a Glasses hoy, volveré en la tarde-mentí, la verdad es que solo quería huir de casa un poco.
-ya veo, me alegro que hagas amigos-me dio una sonrisa.

Me gustaba verla sonreír. Pero no en esta situación, ya que yo sabía que esas sonrisas eran falsas como todo lo que me rodea en este mundo, estaba harto. Me gustaría huir y nunca más volver, pero no puedo. Mi madre quedaría sola, no puedo abandonarla. No aun.

-¿asi que tambien vas a ver a glasses?

Esa voz la conocía, por la puerta de entrada aparecía aquel que me tenía un tanto confundido, ver a lzet me molestaba. Y no entendía porque. A pesar de saber que él no era el culpable de que mis madres se separaran, no lo soportaba debido a que algo se acunaba en mi corazón sobre lzet y eso me asustaba.

Ferviente atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora