Recuerdos de un pasado mejor

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Desde la proa de un destartalado catamarán, la brisa matutina golpeaba su rostro, trayendo consigo el olor a río, tierra mojada y podredumbre. El aroma a podrido era una constante en la vida tal como la conocía. Se podría creer que tras tanto tiempo de estar flotando en el ambiente, el olor se volvería costumbre, pero no. Unas ligeras arcadas lo invadieron, que el sabía muy bien que desaparecerían pronto, en cuanto su cabeza anulara ese funesto hedor. Estaba pensando en el motivo de haber despertado antes de la cuenta, el sudor frío que aún le corría por la espalda tonificada por años de trabajo duro y entrenamiento forzado. No podía quitar de su retina, como en una superposición de imágenes, esos ojos color café al sol del mediodía.

-Noah! Vení a desayunar macho ¿O te pensás quedar parado ahi para no hacer nada todo el día?El grito de su padre, de voz estentórea y nasal, lo sacó de su ensimismamiento, pero esos ojos permanecieron un momento más en su cabeza.

-Voy pa, no grités que vas a espantar a todos los peces, otra vez...- Un largo día comenzaba, un día el cual rezaba, esta vez, ver llegar a su fin con todos con vida.

-Entonces ¿cuáles son los planes para hoy Papá?-Para empezar tenemos que atracar en el huerto, las lechugas deben estar listas para cosechar, ni hablar de los recolectores de agua, además es hora de remover la tierra para plantar las papas y por supuesto al perla negra le hace falta el mantenimiento mensual, no nos olvidemos que..

-Paaaa, porqué se llama perla negra el bote?- La mirada inquisidora del joven y travieso Teo no vaticinaba nada bueno,

-Bueno, el perla negra era un barco legendario de una película que le gustaba mucho a tu padre de joven en la cual...-

-Pero este bote está hecho pelota! No puede ser legendario si es un coñazo jajaja.-

-¿Como Hecho pelota!? De donde sacás esas expresiones! Mirá mocoso, más respeto con el perla negra, y más respeto cuando hablás con tu padre, y a este atorrante de lucas lo voy a poner en su lugar!- A Noah le costaba bastante contener la risa, más aún sabiendo lo que se venía, pero hizo un esfuerzo grande para no terminar escupiendo el pescado frito que tenía en la boca. Su padre tomó el bastón que siempre tenía a mano y decidió desquitarse con el techo de la cabina

-Lucas, Lucas, bajá ahora mismo! Que es eso de enseñarle a maldecir a Teo! Bajá ahora mismo antes de que sub...-Su frase fue interrumpida por una catarata de tablones que se desprendió del techo mismo, y fueron a parar sobre el desayuno. Esto fue demasiado para Noah, que terminó rociando a su hermano menor con el contenido de su boca, riendo sin parar. Los insultos de su padre distaban mucho de ser lo correctos que quería que fueran los modos de su hermano.Las risas de los hermanos Montenegro se intensificaron cuando el tan nombrado lucas hizo su aparición de la manera menos ortodoxa posible.

-Pero que sucede tíos! No veis que me estaba hechando una cabezadita, luego de haber montado guardia toda la noche?- La cabeza del español asomaba por el hueco que había quedado tras el incidente con el bastón

- Y además que es eso de andar haciéndole daño al pobre perla? Como si no tuviese suficiente con ser viejo, mohoso y obsoleto para que tu vengas a darle tu toque mágicooooolee- Terminó de decir eso y esquivar un bastonazo todo en un mismo movimiento.

-Hala tío que no hace falta ponerse violentos, ya bajo ya bajo- Las carcajadas solo se habían detenido porque no quedaba aire en los pulmones para reír.

-Pues bien a que se debe tanto alboroto? Qué han hecho con este pescado chavales? Porqué lo hacen enojar a su padre? luego ven que termina haciendo estas cosas, madremíaaaa- otro bastonazo que casi da en el blanco.

-Lucas, la cortás de una vez o el próximo va enserio- Todos los anteriores habían ido en serio, sólo que el objetivo era muy escurridizo. Y consciente de su clara ventaja, Lucas seguía tentando su suerte

-Pero mira que desperdicio, pero bueno todavía sirve, todavía sirve, le quitamos esta astillíta por aquí, soplamos un poco, le removemos el madero de mil ochocieeeeeentos, mmmmfiquifimooo-Leandro agitado, se había dado por vencido en sus intentos por noquear a su amigo.

-Tomátelas, andá a vigilar el río, los demás deberían estar volviendo en cualquier momento, antes de que te haga hacer guardia en el medio del río-

-Ppfffff for fufuesto, jefe, pero que buen pescado! Sazonado con madera de la antigua greciaaaaaa- -Y vos, por gracioso, andá a revisar las redes a ver que pescamos-La aguda risa de Teo se paró en seco

-Siempre me mandás a mí, las cosas mas aburridas las tengo que hacer yo y estoy cansado de que sea siempre lo mismo, no puede ser que yo tenga que andar revisando todas las puñeteras redes- Seguía despotricando mientras se movía por la embarcación.

-Este chico me va a sacar canas verdes un día de estos--Jjajaj, ay papá, te hacés mala sangre de nada vos-los cachetes sonrojados de Noah lo hacían ver muchos años mas joven que esos 18 que tenía en ese momento

-¿Yo los hacía renegar así cuando tenía su edad?- La pregunta había tomado desprevenido a su padre que respondió sin darse cuenta

-Ah no, vos eras mil veces peor, la volvías loca a la gorda con tus maldades, me acuerdo esa vez que estábamos en la plaza y te le escapaste, te buscó por todos lados y resulta que te habías escondido detrás de un bebedero para comerte una manzana que había sacado de la basura, mi dios, estuvo llorando toda la noche tu mamá, angustiada por lo que podría haberte pasado y que cómo era tan descuidada y, y...-De pronto la realidad lo golpeó en el pecho, de manera casi tangible, Leandro paró en seco

- Hmm, andá a fijarte que pasó con el faro, desde acá no alcanzo a ver si está funcionando o no- El tono de voz había cambiado por completo, había perdido toda expresión, neutro.

-Pa, porqué nunca me hablás de ella?-La angustia se reflejaba en la mirada de ambos

-No hay nada que hablar Noah, andá a hacer lo que te digo- La conversación estaba cerrada, a cal y canto.

-Bueno, parece como si quisieras olvidarla!- El mayor de los hijos arrojó esa frase como un dardo envenenado, y se alejó del lugar, siendo consciente y a la vez no, de lo mucho que habían dolido esas palabras. Si se hubiese dado vuelta, si hubiese mirado a los ojos apagados de su padre se habría arrepentido en el momento. Pero la sangre joven hierve más aprisa y la de Noah dos veces más. Se arrepentiría más adelante, cuando quizá fuese demasiado tarde.  

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⏰ Last updated: Nov 07, 2017 ⏰

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ChacaritaWhere stories live. Discover now