9.- Y MÍRAME, QUE PROFUNDO CAÍ

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Habían pasado dos semanas desde que ingresaron a Alex. El médico todos los días decía exactamente la misma frase, "se recuperará pronto", pero nunca decía cuando y el pronto agotaba mi paciencia. 

Estas dos semanas me pasaba los días y las  noches allí. Solo iba a casa a ducharme y a buscar más ropa. Sofía había venido un par de veces con la niña y yo la cuidaba cuando ella no tenía con quien dejarla, pero nada más. 

Mi hermano se pasaba bastante a menudo y siempre me decía que me convenía salir a respirar, aunque solo fuera un día. Pero yo no podía permitirme eso, si no sabía cuando iba a despertarse exactamente. ¿Y si yo no estaba y justo se despertaba? No, no. No podía arriesgarme. 

Estos últimos días, no se por qué tengo la sensación de que dentro de muy poco tiempo se recupera. No se si es paranoya, por llevar tanto tiempo aquí encerrada o qué se supone que me pasa, pero tengo un leve presentimiento de que en muy poquito tiempo la tengo aquí conmigo otra vez, con lo cual no podía irme ni un solo minuto de su lado. 

Un whats app hizo que me descolocara. "¿Comemos juntos? Necesito hablar contigo... es urgente"

Pude notar sin mirarme a ningún espejo que mi cara empezaba a quedarse pálida, y más, y más. Empezó a formarse un nudo en mi garganta que difícilmente me dejaba respirar. No contesté, bloqueé el móvil y lo dejé encima del silloncito. No sabía qué hacer. ¿Voy o  no voy? Claro que si es importante tendré que ir, porque sino... Pero ¿y si no voy? Total, la excusa es fácil... Mi cabeza estaba hecha un lío y yo no sabía que hacer. Y claro, no estaba allí Alex  para decirme lo que tengo que hacer... 

En ese momento una lágrima recorrió mi mejilla. Y a ella le siguieron un montón más. Caían y caían sin poder paras. Mi angustia era tan grande que era costoso respirar, ya me era costoso todo. No podía dejar de pensar en lo rápido que hubiera solucionado Alex mis dudas, en lo rápido que me hubiera calmado solo mirándome a los ojos... Fue como si todo me estallara en la cara.  Ahora que ella no estaba en condiciones, pasaba todo y más. 

Como siempre que me sentía sola por no estar ella, me senté en el hueco que quedaba libre en su cama, cogí sus manos y empecé a cantar como pude. La voz se me quebraba más que nunca pero al recordar aquel audio en el que cantamos juntos, me calmaba y era capaz de pronunciar algunas palabras más. Podemos sacar la conclusión de que, realmente sin Alex no soy nada. 

No puedo recordar cuanto tiempo le canté, solo se que me quedé profundamente dormida a su lado. 

Cuando me desperté, era mi hermano el que me miraba y cuando vio que abría los ojos sonreía. 

-Que marmota eres hermanita.

-Calla, calla... Me he quedado sopa.- dije riendo como pude

-¿Por qué no vas a comer algo? 

-¿Qué hora es? 

-Pues... son las tres.- dijo enseñándome su reloj, por si no le creía

-Yo es que... no tengo mucha hambre la verdad.

-Tienes que comer algo Malú. Llevas con el cuento de que no tienes hambre desde... pf... es que ya ni me acuerdo.- Y tenía razón. Solo por no irme de la habitación no comía nada a no ser que me lo trajeran. 

-Vale, vale... iré ahora a por un sándwich o algo.

-No, te vas a una cafetería y comes bien. ¿Estamos? 

-Si pesado.- Contesté. Luego cogí mi móvil y se dio cuenta de que algo no iba bien. 

-¿Qué te pasa?

-No... nada... Mira.- Le enseñé el whats app de antes, junto con los más recientes que eran "Contéstame por favor" "Solo será un momento". Y así. Su cara también cambió al instante. Mi hermano entendía que esa no era una gran noticia, era normal que me pusiera así ¿no?

-¿Piensas ir? 

-No lo sé...- dije agachando la cabeza.- ¿Crees que debo ir?

-Pues... Es complicado... Podrías ir y ver que es lo que quiere... Si luego no quieres hablar con el, te vas. 

-Ya... Sigo sin saber que hacer.- reí levemente y me llevé las manos a la cabeza. Mi hermano estuvo atento y vino a abrazarme en seguida.

-Si no vas nunca sabrás lo que quiere enana... Además, eso te servirá de distracción, durante un rato no pensarás en lo que le pasa a Alex y te viene bien. 

-En eso tienes razón pero... ¿Y si lo traigo aquí? Es que... no quiero salir del hospital José...

-En ese caso dile que venga y quedáis en la cafetería de aquí, aunque te advierto que la comida es malísima.- dijo gracioso

-Me arriesgaré.- dije sonriendo. 

Abracé a mi hermano y contesté al mensaje. Le puse que viniera a la cafetería del hospital. No le dije por qué ni creo que se haya enterado tampoco de lo de Alex, pero no es algo que el necesite saber. Mi hermano dijo que se quedaría con Alex mientras yo estaba abajo, lo cual me dejaba bastante más tranquila. Cuando el otro llegó, me mandó un whats app y bajé a la cafetería. 

Hizo el amago de abrazarme, pero yo no me moví, por lo que se apartó. Como podéis comprobar, su visita no me hace especial gracia, la verdad. Y menos en este momento en el que tengo cosas más importantes de las que preocuparme... pero en fin. 

-Gracias por venir Malú... Lo que tengo que decirte es muy importante. 

-Pues empieza. 

-¿Por qué me tratas tan mal? 

-¿Perdona? Te trato como te mereces y da gracias que estoy aquí. 

-Como quieras... Bueno, yo...- se quedó apalancado en el "yo..." y me estaba poniendo de los nervios. 

-¿Tu qué? 

-Yo necesitaba verte para proponerte una cosa. 

-Mejor me voy.- me levanté con tanta rapidez que casi estaba en la puerta, pero cogió mi mano y me retuvo. 

-¿Ni siquiera vas a escuchar lo que voy a decirte?

-Pues habla de una vez. 

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora