-¿Que tal?
Se acerca Antonne con un chocolate a medio comer.
-Bien y tu?
-La tarea de escritura creativa me mato anoche.- levanta las manos con exageración.- Te lo juro, habré dormido 2 horas cuando mucho.
Se pone la capucha de su sudadera roja, tira la envoltura del dulce que comía y camina junto a mi a través del campus.
-Te entiendo. Dormí por igual o menos.
-Ya se, aquí te matan con trabajos tras trabajos. Ojalá fuera matemáticas y no crear historias en una noche.
-No sabes lo que dices. En mi escuela anterior lleve 2 materias de ciencias aplicadas y estaban fatal. No miento cuando te digo que prefería escribir toda una saga como Game of Thrones a seguir viendo fórmulas y números.
- En ese caso, me quejaré menos. Por cierto ¿que clase tienes?
-Historia de la lengua inglesa
-Yo igual.
-¿En verdad?- comenzaba a sorprenderme la coincidencia de horarios y materias.
-No- ríe y me da un empujóncito- en realidad mi clase es al otro lado del campus pero quiero acompañarte a la tuya.
Caminamos riendo y diciendo tonterías cuando un par de chicos saludan a Antonne.
-Hey chicos, ella es Colette. Colette ellos son Harry y Kyle.
-Hola.- los saludo a ambos pero fijo mi vista en Harry porque es imposible no hacerlo. Es alto y peli negro. Delgado y musculado. Sus ojos son de un impresionante azul turquesa que no puedo quitar mi mirada de ellos. Por su parte Harry sonríe y me besa la mano al saludarlo.
-Nueva ¿no es así?- me pregunta Kyle.
-Si, soy estadounidense en realidad.
-Déjame adivinar- contesta Kyle y cierra los ojos- ¿Neoyorquina? ¡No! ¿Texana? Alto eres... ¿de Los Ángeles?
-Mal en todas- sonrío.
-Seattle o Portland.- contesta Harry con sus manos en los bolsillos del pantalón aún sin quitarme la vista.
-¡Oh vamos Harry! Tú no estás jugando.
-No lo está pero acertó. Soy de Portland.
-Demonios. ¿Como lo supiste?
Por fin retira la mirada de mi cara y se dirige a su amigo.
-Fácil. Tiene un pin en su mochila que dice en mayúsculas. "Amo Portland". Imposible no verlo.
Me miro la mochila por detrás del hombro y me pregunto cómo es que vio mi pin si está enfrente mío.
Continúan haciendo bromas entre los 3 y veo la hora. Solo 5 minutos antes de mi clase.
-Nos vemos chicos, debo irme.- me despido con la mano mientras me alejo con pasó apresurado. Pero escucho zapatos correr tras de mí y me giro. Harry se acerca y mi dice rápidamente.
-¿Quieres tomar un café la siguiente hora?
-No estoy fuera de clases hasta las 2.
-Está bien, te veo en el estacionamiento a las 2.
-Nunca te dije que si quería.
-Pero me lo diste a entender.- sonríe mostrando unos perfectos dientes- anda, dime que sí y te dejaré ir a tu clase.
-¿Pero que ustedes los ingleses no prefieren él te que al café?
-Si, pero eres nueva y necesitas tu café americano para sentirte cómo en casa ¿no?- suspiro y me doy por vencida.
-Está bien. A las 2 entonces.
Me da un beso en la mejilla y se aleja corriendo. Sigo caminando a mi clase y me envuelvo en ella.
Las clases se me hacen años y me aburro todo el día. Hoy no tuve clase con el profesor Bowman por lo que no lo he visto desde ayer.
A las 2 en punto voy caminando al estacionamiento para ir con Harry. Cuando doblo la esquina lo veo recargado sobre su auto esperándome. Al verme sonríe ampliamente y me contagia. Le devuelvo la sonrisa y apresuró mi paso.
Se levanta y me hace un ademán para subir al mini cooper azul.
Ya estando adentro le digo.
-¿Adonde exactamente me llevas?
-Es una sorpresa, te gustará.-me giña el ojo.
Pone en marcha el auto y salimos de la universidad hacia calles que nunca había visto.
-Y eres Colette...
-Colette Elliot.
-Ah muy bien, yo soy Harry Keaton. ¿Puedo preguntarte algo que supongo la mayoría pregunta?
-Vamos, hazlo.
-¿Que hace una americana en territorio inglés?
-Bueno, tengo una beca para mi maestría acá.
-¿Maestría de...?
-Literatura inglesa. ¿Y tu?
Lanza un silbido.
-Una lectora empedernida. ¿Yo? Estoy en periodismo. Quizás algún día trabajemos juntos¿que te parece?
-Sería genial- reímos juntos.
-¿Es tu auto?
-Si, mis padres me lo regalaron de cumpleaños hace un par de meses. ¿Te gusta?
-Me encanta.¿Cuantos cumpliste?
-26. Supongo que tienes ¿25?
-No me digas que tengo cara de niña. Pero si tengo esa edad.
-¿De niña? ¡Para nada! Más bien de señorita educada y pura. Como de convento.
-¿Que? ¡No!
-Así es la vida Colette. Yo quiera tener el rostro de Chris Evans y tengo esta.
Señala su lindo rostro y me río.
-No, la tuya me gusta más.
- Basta que me lo creeré. Mira, es aquí.
Estaciona el auto enfrente de una callecita empedrada. Nos bajamos y pone una mano en mi cintura para dirigirme hacia al fondo de esta. No es una calle, es un callejón viejo pero remodelado muy a lo vintage. Una cafetería pequeñita está al final y entramos pero está llena.
-Tranquila, parece que los de esa mesa ya se van. ¿Que quieres tomar?
Miro por arriba del mostrador de madera y leo el menú. Tardó en decidir.
-Mmmm... un mokaccino y el struddel de manzana.
Se acerca a la cajera y hace el pedido mientras yo me adelanto a un par de chicas que querían ganarnos el lugar. La mesa está junto al ventanal que da hacia la calle. Las personas se ven cerca pero se sienten lejos. Me agrada este lugar.
-Esto es tuyo.- me pone mi café y mi postre enfrente y se acomoda en su pequeña silla.
-Gracias por invitarme- le digo dando un sorbo a mi café.- no conocía este lugar y es bonito.
-De que.- me mira extraño durante un par de minutos.
-¿Que? No me digas que tengo bigotes de crema.- me limpio la boca con mi servilleta.
-No, no es eso. Eres muy linda.
Me sonrojo aunque ya se por donde va esto. La verdad Harry es guapo, y aunque no lo conozco ya me agrada. También tengo ganas de jugar su juego, así que contesto coqueta.
- ¿Ah si?
-Si. Me gustan tus ojos.
- Y a mí los tuyos.
-¿Tienes novio?- pregunta precavido.
-No, solita estoy muy bien por el momento. ¿Y tu?
-No por ahora. No se después- mi mira pícaro.
- Afortunada la que se quede contigo.
-Más bien, afortunado yo sí me quedo con quién estoy pensando.
Me río, estas cosas no van conmigo así que cambio de tema.
-Muy bonito tu auto.
- Gracias. Después del café ¿puedo llevarte a tu casa?
-¿En ese? Claro que si. - señalo el vehículo.
Continuamos platicando durante una hora más o menos. No era una conversación en si, solo coqueteo inofensivo pero me divertí un rato. Además creo que me gusta así que no le veo lo malo. Cuando terminamos me invitó a dar una vuelta por un parque cercano de ahí, y nos llevamos otra hora.
A las 6 en punto estaba estacionando su auto enfrente de mi departamento.
-¿Quieres pasar?
-Está bien, solo un rato.
Entramos a la casa y el toma asiento en mi sofá.
-¿Puedo ver las fotografías?
Me pregunta apuntando a los portarretratos en mi mesita de centro. Asiento con la cabeza y toma uno.
-Es mi madre y yo, el año pasado en Nueva York.
-Es linda como tú, te pareces a ella.
Sonrío. Deja la foto y toma otra.
-¿Tu padre?
-Si. Esa fue la navidad pasada.
-¿Es maestro? Tiene pinta de serlo.
-Lo era. Murió hace un año. Un mes después de que tomarán esa foto.
-Oh, lo siento mucho. Debió haber sido un gran hombre.
-Lo era. - le hago una mueca que pretende ser una sonrisa pero creo que no me salió muy bien, por lo que decido ponerme en pie.
-¿Te molesta si voy a mi habitación y me pongo algo más cómodo?
-Para nada. Te espero aquí.
Lo dejo sentado en el sofá y me encierro en mi habitación. Lanzó un suspiro al cerrar la puerta y me quito el abrigo y la blusa que traía puesta. Camino hacia el baño y me lavo la cara. Necesito refrescarme para olvidar cualquier pensamiento melancólico y portarme así con Harry. No quiero arruinarle la tarde.
Busco un suéter y me lo pongo justo cuando suena el timbre. Me quedo quieta esperando que Harry abra y saber quién es.
Escucho que hace lo que pienso y habla con alguien pero no distingo claramente su voz.
Voz de hombre, eso es seguro.
Me pongo rápidamente el suéter y salgo para ver quién es.
Cuando me acerco detrás de Harry me sorprende ver al profesor Bowman en la puerta.
-Colette- me saluda con gesto serio.
-Profesor. Pase, hace frío afuera.
Harry se hace a un lado para dejarlo pasar. Y el profesor lo mira con ceño fruncido. Ambos están a la misma altura por lo cual se ven a los ojos. Después de su reto de miradas Andrew saca un tupper y me lo entrega.
-Mi esposa lo manda. Es un poco de comida. Espera que te guste.
-Muchas gracias profesor, no debieron molestarse. ¿Quiere tomar te? Siéntese en el sofá, le preparo algo.
-No, gracias por la oferta pero debo irme. Tengo que atender unos asuntos.
-Oh. Claro, no hay problema. Nos vemos mañana.
-Hasta mañana Colette. Señor Keaton, con su permiso.- se despide de ambos y sale del apartamento.
Cuando Harry cierra la puerta me dice.
-Vaya que es malhumorado.
-No lo es seguido. Debe estar ocupado. Aunque se notaba un poco molesto.
-¿Ah no? De lo que yo lo conozco así es. No es que tengamos una buena relación como tú y el. Más bien...-sopesa lo que va a decir- no somos muy afines.
No le digo nada y llevo la comida a la cocina. Harry me sigue y cuando dejo las cosas en la mesa me toma la mano.
-Gracias por salir conmigo. Me encantó.
-Gracias por todo. ¿Te veo mañana?
-Por supuesto. Descansa.
Me besa la comisura de los labios y se va.
Vayaaaaaa. Esto de venir a Londres me está gustando cada vez más.
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Sobre todas las cosas.
Romance¿Tan escandaloso es un romance con diferencias de edades? ¿Porque no pueden aceptar el hecho de que alguien puede amar a una persona que incluso le dobla la edad? ¿O viceversa? ¿Cómo evitar tener sentimientos por alguien que no debes? ¿Acaso esto no...