Al entrar al piso, me quedo parada en la entrada ya que supuse que el estúpido y violento de Matías estaba por aquí, pero el silencio está apoderándose de toda la vivienda. Suelto mi bolso de Gucci encima del sofá y me dirijo hacia mi habitación. El dolor de mi cabeza aún estaba presente, por lo que decidí relajarme tomando un largo y cálido baño. realmente necesitaba despejar mi cabeza de todo lo que había pasado hoy. Cogí mi ropa y todo lo que necesitaba. Puse el agua a correr y rápidamente me desvestí para introducirme dentro de la bañera.
Con todo preparado y una vez dentro quise dejar la mente en blanco, pero no pude. La sonriente cara de Matías aparecía en mi cabeza una y otra vez, acompañado de la cara de irá que tenía hoy cuando me propició el golpe que me hizo caer inconsciente. realmente no sabía que pretendía, o era demasiado amable y simpático, o todo lo contrario, se volvía un chico súper frío, arrogante y prepotente.
Cerré mis ojos como último intento de relajación, solo estaría un momento ya que ya llevaba lo suficiente dentro el agua, y esta se empezaba a enfriar.
Abrí mis ojos sobresaltada cuando escuche una voz masculina detrás de la puerta del baño ¿Qué hora era? había oscurecido, de seguro me quede durmiendo. La voz del chico la reconocí al instante, era Matías.
- Sí, sí.. he dicho fiesta. aquí en mi piso, este fin de semana - dijo Matías supongo que por teléfono, ya que no se oían contestaciones por parte de nadie más.
Mire a la puerta e hice amago de levantarme. Ese intento se quedo solo en eso, ya que vi que no le puse el cerrojo a la puerta y el pomo se estaba girando. Matías iba a entrar. Como acto reflejo me volví a meter en la bañera, ya con el agua helada y cerré las cortinillas del baño para que no supiera que estaba ahí. Necesitaba saber de que fiesta estaba hablando.
La voz de Matías se palpaba más cerca, era obvio que ya estaba dentro del cuarto de baño. La adrenalina se estaba apoderando de mi y mi corazón palpitaba rápido. Que no me pille por favor.
- ¿Y qué más da? No dirá nada. Es una cría, para las nueve estará acostada. - dijo en tono de burla.
- No os echará como la otra vez, yo vivo aquí desde que ingrese en la Universidad. hago las mejores fiestas, y una niña de 19 años no va a hacer que eso cambie. - prosiguió y note como la ira y las ganas de estrangularlo se apoderaban de mi. era obvio que hablaban de mi.
- Venga sí avisa a los chicos, y comprad cervezas, del resto me encargo yo - hablo mientras se echaba desodorante. - El sábado a las 11 de la noche. Sí, intentaré que salga y vuelva tarde, venga chao.
Salió del cuarto de baño y cerró la puerta tras de sí, pocos segundos después se volvió a escuchar una puerta cerrarse. esta vez era la de la entrada. Se había ido. esta era mi oportunidad.
Cogí mi teléfono y marque el número de Ana. Esta respondió al momento.
- Ana, soy Natalia - dije ansiosa.
- Sí, Natalia ¿ qué pasa? - me dijo.
- Este sábado, fiesta en mi piso. Corre la voz. Sería a las 10:30 puntualidad traed todo el alcohol que podáis.
- ¿Enserio? Natalia mola mucho. No te preocupes traeré a la mejor gente de la Universidad, será la mejor fiesta. - dijo ilusionada.
-Eso espero - dije y colgué el teléfono.
Rápidamente también le escribí un mensaje a mi mejor amiga de mi otra Universidad, Noemi.
"Fiesta Sábado noche en mi nuevo piso. 10:30 puntualidad. Avisa a los demás. Te echo de menos <3"
Su respuesta llega casi instantáneamente.
"Suena bien, avisaré a todos. Les va a hacer mucha ilusión. Te echo mil de menos Nati. te veo el finde. <3"
Todo preparado para este sábado. Quien ríe el último ríe mejor ¿no? Pues le daremos a Matías un poco de su propia medicina.
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¿Él y yo bajo el mismo techo?
Teen Fiction".. Sabes de sobra que si me lo propongo no te podrías resistir a mis encantos. Sólo mírate, estoy a unos escasos centímetros de ti y ya puedo sentir como el calor y el nerviosismo se apoderan de tu cuerpo Natalia. ¿Apostamos? ¿O no? "