Ten cuidado mientras duermas

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 Presentación.


Hola mi nombre es Alice, tengo 15 años y estoy secuestrada. Estoy en el sótano de una casa que supongo, está a 40 minutos de mi casa (lo sé por el tiempo que pase en el coche). Es un sitio bastante oscuro, hay un colchón bastante estropeado en el que he estado durmiendo durante supongo unos 7 días, está un poco manchado por la sangre que he estado soltando estos días; también hay un cuenco con agua y otro con un poco de pan duro que dejó mi secuestrador. Por cierto el secuestrador es el actual novio de mi madre. Creo que lo mejor es que os lo cuente todo desde el principio.

Hace un año mi padre falleció por un ataque al corazón. Unos meses después mi madre conoció a un hombre que se portaba muybien tanto conmigo como con mi madre.

Su nombre era Jorge, tiene 43 años, es bastante alto, tiene el pelo marrón igualque sus ojos y físicamente parece estar bastante en forma para la edad que tiene. Bueno después de un tiempo el llego a mudarse a mi casa; al principiotodo iba bien, él me ayudaba con los deberes, jugábamos a la play...


Pero un día que mi madre trabajaba yo estaba en mi cuarto haciendo un trabajo y note que estaba viniendo, llamo a la puerta y lo deje entrar. El empezó a hablar conmigo

-oye quería hablar contigo sobre una cosa-dijo él poniendo una voz muy seria y un tanto preocupante

-¿Ocurre algo?-pregunte

-Solo quería decirte que tengas cuidado

-¿Cuidado con qué?

-Cuidado cuando duermas

Dijo eso y salió de la habitación.

Por la noche me fui a dormir tranquila puesto que pensaba que era una broma. Estaba casi dormida cuando empiezo a escuchar unos pasos acercarse a la puerta de mi habitación, asustada decidí meter la cabeza bajo la sabana a sabiendas de que no iba a servir de nada. Pocos segundos después noto que alguien abre la puerta lentamente, ya casi temblando decido asomar un poco la cabeza para ver que ocurre, en ese momento Jorge me tapa la boca impidiendo que pudiera chillar, me la selló con cinta y me puso un saco en la cabeza. Al cabo de un rato me sacó del coche, me tiró al suelo del sótano y me ató a unas barras de metal que había en la pared, me quitó el saco de la cabeza y la cinta.

-¿Qué estás haciendo?-pregunté llorando y casi sin poder respirar.

-Te dije que tuvieras cuidado mientras duermas, podrías haber escapado-me dijo con una sonrisa en el rostro.

Seguidamente cogió una especie de aguja y me inyecto un líquido un tanto amarillo y espeso. Rápidamente noté como el líquido se extendía por mi cuerpo y me quemaba.

- ¿Qué me has hecho?-dije gritando de dolor.

-Oh tranquila, solo es algo para que no te aburras-me dijo y se fue. Intenté gritarle algo para que no se fuera y me sacara de aquí pero no pude. Al cabo de un tiempo el dolor se fue desvaneciendo haciendo que me entraran ganas de dormir.

Bueno pues así llegué hasta aquí.

Me desperté algo sobresaltada con la esperanza de que todo hubiera sido un mal sueño pero no, ahí seguía, lo raro es que no estaba atada. Decidí levantarme para buscar una forma de escapar o algo que me sirviera para al menos comunicarme con el exterior y pudieran rescatarme, pero nada, estaba claro que Jorge lo tenía todo muy bien pensado. Decidí sentarme en una esquina y esperar a que pasara algo. De repente note una sombra acercarse a mí, mire hacia el frente esperando a que fuera Jorge pero no era algo que no había visto nunca y por lo tanto me asustaba bastante, era como una mezcla entre un fantasma y un monstruo, tenía los ojos muy grandes y negros, una boca y unos dientes que parecían capaces de comerte de un solo bocado, su piel era más blanca que la nieve y era tan alto como la altura del sótano. Di un grito de miedo y empecé a correr por todos lados buscando una salida

-¿A dónde vas?-me preguntó ese ser con una voz un tanto tranquilizadora

-¿Qué eres?-pregunté casi sin voz-¿Vas a hacerme daño?

-Puede-dijo poniendo sus ojos de color rojo. En ese momento se lanzó sobre mí y empezó a darme golpes con sus enormes manos y a darme mordiscos. No podía hacer nada más que gritar de dolor, él era más grande y fuerte que yo era inútil intentar algo. Sin darme cuenta el monstruo desapareció y lo único que había a mi alrededor eran cristales. Andando por la habitación de di cuenta de que no la había visto del todo bien y había una especie de espejo enorme ahora roto. Decidí acercarme a verlo y cuando lo hice volví a ver a aquel ser

- Ten cuidado mientras duermas- me dijo y desapareció.

Los días avanzaron así, Jorge venia, me inyectaba aquel líquido y tiempo después aparecía aquel ser para intentar comerme.

Uno de esos días Jorge vino mientras el monstruo me atacaba. Jorge se unió a el, me pegó y seguidamente me violó; realmete nunca pensé que una persona podría llegar a ser tan mala ni que yo llegaria a odiar tanto a una persona. Mas tarde me ató y se puso a conversar conmigo

-¿Qué tal lo estás pasando?

-¿Por qué haces esto?-fue lo único que pude pronunciar ya que la sangre que me salía de la boca me provocaba arcadas

-Diversión, ¿a ti no te gusta divertirte?

-¿Me estás diciendo que te lo pasas bien matándome poco a poco?

-¿Por qué no?

-Eres un monstruo- dije escupiéndole parte de la sangre que me salía de la boca en la cara. Él enseguida me agarró del cuello y me apretó contra la pared-Ten cuidado con lo que haces preciosa no creo que quierasque tenga que venir mas veces al dia a visitarte,¿no? -dijo con una sonrisa. Esta vez hizo algo diferente y me inyecto más líquido en el brazo. Cuando intentaba dormirme note que algo volvía a acercarse a mí, yo pensaba que era el monstruo de nuevo pero no, era una especie de mujer vestida de blanco. Se acercó lentamente a mí con una sonrisa tranquilizadora

-ven con migo-dijo con una voz tan dulce que haría confiar en ella hasta a un ratoncillo. Me acerqué corriendo a ella con una sonrisa, pensaba que por fin saldría de allí, que por fin volvería a ver a mi madre pero cuando ya estaba casi a un metro de ella sacó un cuchillo y empezó a clavármelo en las costillas, luego apareció el monstruo que ya conocéis y además más espectros que no había visto en mi vida, todos empezaron a morderme, arañarme, acuchillarme y demás cosas que ni siquiera yo entendía. Solo podía pensar en una cosa, mi vida se había acabado. Llorando empecé a pronunciar unas palaras que no recuerdo demasiado bien

- mamá, te quiero... Espero que estés bien... Papá, ya voy contigo... No creo que les quede mucho...- cerré los ojos y cuando los volví a abrir yo ya estaba muerta pero me di cuenta de que no habían sido los monstruos quienes me mataron, fui yo misma. Vi un cristal clavado en mi cuerpo, supuse que ese cristal pertenecía al espejo. Al ver mi cuerpo me di cuenta de todo lo que había pasado; el líquido que me inyectaba Jorge seria alguna especie de droga que hacía que yo viera aquellos monstruos que me hacían tanto daño. Yo misma me hacía daño sin darme cuenta.

Bueno ahora no sé qué decir, supongo que lo único que puedo decir es:

Te cuidado mientras duermas.


Ten cuidado mientras duermas.Where stories live. Discover now