- Cuénteme, Señor Feroz- le dijo el juez- ¿Cuál es su reclamo?
- Quiero que se indemnice por el daño moral, histórico y económico que he sufrido por parte de la familia Roja – respondió el lobo feroz
- Por lo que tengo entendido fue usted quien ha conspirado en contra de esa ilustre familia.
- Señor Juez, quiero que tomen nota de mi declaración, y luego vea si es admisible mi querella.
- Por favor, tomé nota de lo que le diga don Lobo- le dijo a la actuaria.
Todo ocurrió hace muchos años, mi familia y yo vivíamos felices en las inmediaciones del bosque, comíamos lo justo y necesario, nos relacionábamos lo mejor posible con otras manadas, y manteníamos en equilibrio el ecosistema.
Todo iba bien, manteníamos a raya a las pandillas de ratas, conejos y liebres, las cabras se mantenían en el monte, los osos podían dormir tranquilos en invierno, y las manadas pastaban en las verdes praderas, transitando solo por los pasos habilitados, incluso la familia Roja vivía en armonía, cortando uno que otro árbol que utilizaban para sus viviendas, muebles y calefacción. Sin embargo, de un día para otro quebraron el pacto. Bastaron un par de generaciones para autoproclamarse dueños inexorables de nuestro bosque.
Empezaron construyendo una que otra casa al interior del bosque, traían gente extraña y luego lo vendían como proyectos inmobiliarios en espacios verdes, generalmente lo compraban ancianos buscando calma lejos de las grandes ciudades. Además, cortaban grandes espacios de bosque y los llenaban de trigo, maíz, y otras especies que hacían crecer las pandillas de conejos, liebres y ratas, cuando queríamos ponerle freno, nos perseguían, nos disparaban, nos asesinaban, nos quitaban nuestras pieles para hacerse abrigos, nos cortaban las cabezas y las lucían sobre sus chimeneas. Las manadas empezaron a cruzar por cualquier parte, cambiando el curso de los ríos, provocando grandes inundaciones.
- Señor Feroz, tranquilo, tome un poco de agua- le dijo el Juez viendo claramente que lobo feroz apenas aguantaba su nudo en la garganta - Si quiere deja hasta ahí su testimonio – añadió.
Lobo Feroz, aunque estaba evidentemente afectado por el relato, continuo:
Mi reclamo no es tanto por lo anterior, sino por la forma en que han demonizado a mi familia. Aún puedo recordar el día del incidente en que no conforme con asesinar a nuestro hijo, lo llenaron de piedras en su estómago y lo lanzaron al río para que no pudiéramos encontrar su cadáver. Todo para arrebatarnos el único lugar del bosque en el que estábamos viviendo.
Aún recuerdo cuando llegó Caperuza, con su vestido rojo y una canasta llena de comida para saciar a nuestra famélica manada, hambre que ellos habían provocado arrinconándonos. Señor Juez, ¿Sabe cuál era el precio?... Dejar nuestro ancestral hogar, abandonar donde vivieron nuestros abuelos y abuelas, donde nacieron nuestros hijos y murieron nuestros padres, a cambio de saciar nuestra hambre. Dijimos que no, pero nuestro ingenuo hijo, viendo la hambruna de los cachorros pactó con Caperuza, pero lo engañaron, lo citaron al restaurant "La casa de la Abuela" y junto al dueño del aserradero, lo asesinaron. Pero llenaron de mentiras los diarios, la televisión, el cine y la mente de los niños, dijeron que nuestro hijo había embaucado a "Caperucita", que había atacado a la abuela y que el leñador las había salvado.
¡Señor Juez, por favor, haga justicia! – gritó finalmente el Señor Lobo Feroz
El Juez que hace rato estaba atento al relato, fue interrumpido por una llamada que le comunicaba que estaba dentro de la lista para ser parte de la Corte Suprema, él sabía que la familia Roja era cercana al Presidente, y que dependía de su decisión con el lobo feroz, si iba ascender en su carrera o permanecer donde se encontraba. Sin embargo, a diferencia de muchos de los suyos que se dejan presionar, él se mantuvo consecuente a sus ideales, expresando al lobo feroz:
- Señor Feroz, declaramos admisible su demanda, y haremos todo lo posible para que se haga justicia.

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Caperucita Roja: ¿Quien es lo malo, lo bueno y lo feo?
Truyện NgắnTodos tienen que contar su versión