Mokita (Tonalidades III)

× Capítulo 3 ×

2:00 pm.

La ojiazul bajó del auto ignorando los llamados del pelinegro, ella jamás aceptó tener relaciones con él y al parecer el chico no logra entenderlo.

- Te estoy hablando -gruñó tomándola fuertemente del brazo.

La piel de la castaña se erizo, su corazón latió con fuerza, sintió miedo de que le hiciera daño, se sintió débil por un momento, miró los ojos azules del mayor, se perdió en ellos, su corazón latía a aún más fuerte y está vez no sabía la razón, su respiración era agitada, aquellos ojos la tenían realmente hipnotizada, tanto, que no sé daba que sus labios rozaba con los de él.

Todo aterrizó cuando el pelinegro mordió su labio inferior.

- No me toques -ordenó-. No quiero saber nada de ti, ni siquiera te conozco, deberías dejar de ser tan patán. ¡Por dios! Solo tengo quince años -dijo alterada.

- Diecisiete -sonrió el mayor-. Somos jóvenes. Podemos divertirnos señorita Curiel.

La menor lo miró asustada, claro que los problemas dentro de su casa eran completamente diferentes a los de la calle. Ella amaba a su padre, era tan ingenua que creía que su padre hacía todo de manera inconsciente.

Obviamente todos sabemos que eso es una completa mentira.

- ¿Sabes mi nombre? -preguntó.

- Todos conocemos la casa de Ignacio Curiel -respondió el ojiazul-. Además, tu medio hermano es un excelente corredor.

Axel Curiel, medio hermano de ____. Ignacio lo abandono dentro de un internado cuando tenía tan solo cinco años, hace poco la ojiazul y él se conocieron. Hubo algo que los conectó de inmediato, quizás fue el llevar el mismo tipo de sangre, lo potente que son sus bellos ojos o simplemente un gran afecto que sintieron el uno por el otro.

Precisamente ____ no sabía en qué parte del mundo se encontraba su hermano.

- ¿Qué tipo de diversión? -cuestionó.

- ¿Cuál es tu definición de diversión? -sonrió Jorge de manera coqueta.

- Te vas a divertir demasiado, cariño -la castaña pasó por un lado para de nuevo, dirigirse al interior del automóvil.

2:00 pm.

El timbre adueñó el hogar de los Canela. El joven sonrió por la puntualidad de su nueva empleada y rápidamente corrió para abrir la puerta encontrándose a la pelirroja temblando por la fría tarde.

- Buenos días, joven Canela -saludó educada.

— Hola —respondió Jos acompañado de una sonrisa coqueta.

Renata se adentró a la que sería su nuevo hogar, "¿Cómo sobreviviria a dormir bajo el mismo techo que un hombre extremadamente guapo?" se preguntaba constantemente, a esta edad las hormonas no se controlan fácilmente y si Canela se atreviera a besarla ella no se negaría.

— Puedes instalarte o ir directamente a dormir, tu habitación es la última del corredor al lado de la habitación de Sofi —avisó el pelinegro—. Tu trabajo solo será cuidarla y alimentarla, no te preocupes por mí y mucho menos quieras involucrarte en mi vida personal.

— Gracias, joven Canela —era extraño que teniendo la misma edad se tratarán de usted, pero bueno, hay que darse cuenta quien es el empleado y quien es el dueño, o al menos esa era la idea de tenía la pelirroja bien metida en la cabeza.

— Me voy, nos vemos luego —el chico beso la mejilla de la pecosa provocándole a ésta un extremado sonrojo en sus mejillas.

— Sí..., sí, sí, sí. Adiós.

Una risa escapó de los labios del chico, se dirigió a la parada del autobús pues su auto aún no estaba del todo compuesto. Recordó a la chica con quien había compartida asiento el día de ayer, “Demonios. Sí que es demasiado bonita”, maldijo en sus adentros.

El autobús paró frente a él, Canela hizo lo que cualquier persona haría: pagó y busco un cómodo asiento para el resto del camino.

Lo que nunca notó fue la intensa mirada de la ojiazul que se encontraba observándo su hermoso perfil desde un carro particular que estaba a un lado del autobús.

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Oa🤣.
Lo siento, en verdad tardé mil años en actualizar.

PERO YA ESTOY EN MI EGUNDO PARCIAL Y NO QUIERO QUE ENTREGUEN BOLETAS, AIUDA.

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