Del otro lado de la puerta - L.S.

DETRÁS DE LA PUERTA - l.s.

-¡Papá! ¡Se me hace tarde!- gritó la pequeña Beau de tan sólo 9 años, tomando su mochila y acomodando sus rizos- ¡No quiero que el profesor Tomlinson me regañe de nuevo frente a toda la clase!

-Amor, el profesor no te va a decir nada, y si lo hace yo hablaré con él a solas, no está bien que te rete por llegar tarde ya que muchos niños lo hacen y no les dice nada, ¿no?- preguntó Harry, aunque el sabía que lo de la "charla a solas" no era solo eso... sino que algo más.

-No, a los demás niños no les dice nada, todo es a mí- respondió su hija, mientras que se cruzaba de brazos y miraba su reloj- ¿vamos o no?

-Si cariño- dijo Styles con una sonrisa de oreja a oreja y unos hoyuelos perfectamente marcados.

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Se hicieron las 8:45 de la mañana, y Beau Styles aún no llegaba, siendo que el horario de entrada era 15 minutos antes.

-Bueno niños, como recordarán, hoy tenemos una lección oral del tema de la clase pasada; las partes de las plantas. Así que tienen 10 minutos para repasar y luego los comenzaré a llamar según orden de lista- ordenó Louis, el maestro de ciencias, cuando de repente la puerta se abrió y entró Beau- ¡Styles! ¡Otra vez tarde! ¿Acaso quieres que llame a tu padre por quinta vez en el semestre?

-¿Por qué siempre a mi?- la niña comenzó a temblar por haberle hecho frente a su profesor, cosa que no debió haber hecho nunca, y sus verdes ojitos empezaron a cristalizarse- ¿Por que siempre tiene que llamar a mi papá y no a los de mis demás compañeros?

Tomlinson se quedó inmovil, hasta que con autoridad, se paró y soltó:

-Al despacho señorita. En unos momentos llamaré a tu padre, es una falta de respeto gigante- gritó Louis, señalando la puerta- ¡Que vayas al despacho ahora mismo!

Beau abrió la puerta del salón de clases y se fue corriendo, mientras limpiaba sus lágrimas.

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-Papi, yo te juro que no hice nada para que te llamaran, ¡él me odia!

-Tranquila mi amor, yo hablaré con él para que ya no te regañe, ¿quieres?- Styles trató de consolar a su hija sobándole la espalda, quien no dejaba de llorar desconsoladamente.

La razón por la que ella odiaba que el profesor la retara no era por que tuvieran que llamar a su papá, ya que él siempre la comprendía y nunca se enojaba. La verdad era que sus compañeros de clase luego de ver que la llevaban al despacho, dejaban de juntarse con ella y de incluirla en los trabajos grupales, porque la veían problemática.

-Señor Styles, pase por favor- se oyó entre medio de los llantos de la pequeña, la voz del ojiazul proveniente de una sala de clases desocupada, para poder charlar mejor. O eso creía Beau.

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¡Harry!- gritó Louis, desde el otro lado de la puerta. Ya llevaban más de una hora allí adentro y lo único que escuchaba Beau eran esos regaños del maestro a su papá y a veces, al revés.

Nunca le ha querido preguntar el por qué de sus peleas. Simplemente no tiene la valentía para hacerlo. Pero en uno de estos días, lo hará.

Después de un largo rato de aguantar esos gritos dentro de la sala sin poder hacer nada, las luces se apagaron, ya que el colegio estaba cerrando. Claramente había un poco de luz natural que entraba por las ventanas, puesto que aún era de día.