Capitulo 1

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Cuando despierto aún es de noche, miro hacia el lado y me doy cuenta de que la cama está vacía. Es en ese momento que siento el ruido del vidrio quebrándose contra el suelo, me levanto rápidamente y me dirijo a la cocina un poco angustiada porque creo saber lo que pasa -otra vez no- pienso mientras bajo las escaleras. Cuando llego a la planta baja dirijo mis pasos con cuidado por los vidrios rotos, fuerzo un poco mis ojos y entonces lo veo... oculto entre la oscuridad. Peeta esta hincado en el suelo, con las manos sobre su cara, siento que se me encoge el corazón, ya es la tercera vez esta semana.

Lo único que se me ocurre hacer es acercarme despacio para no alterarlo y arrodillarme frente a él, tomo sus manos y lentamente las bajo para que así pueda mirarme, cuando lo hace no puedo evitar sentir dolor, el mismo sentimiento que reflejan sus ojos. Un dolor agudo golpeando en el centro del pecho.

-¿Peeta, que pasa? - pregunto preocupada. Puedo sentir el temblor de sus manos y la tensión de su cuerpo.
-Nada, no es nada, solo quería un vaso de agua. Lo siento.
-Esto no es nada. Peeta... - digo levantando su cara para que me mire a los ojos- ¿están volviendo, no es cierto?
- ¡No!-sus palabras son enfáticas e histéricas, casi desesperadas. Pero solo necesito mirarlo a los ojos para saber que es todo lo contrario. Esas malditas alucinaciones, flashbacks de un pasado que se niega a dejarnos en paz por las que lo intentemos, que lo alejan de mí, nunca han podido marcharse, a pesar de que todo lo que un día nos atormentó ha quedado atrás, o al menos gran parte de ello, de que hemos trabajado con fuerza por un futuro y hemos avanzado. Hemos hecho un trabajo bastante bueno con eso, después de todo este tiempo hemos aprendido a nunca esconder las heridas del otro por eso me sorprende tanto. En ese momento un pensamiento inunda mi mente.
- Dime que no es porque él está aquí... - digo con la voz llena de ansiedad- ¿es eso lo que te tiene intranquilo?
-¿Katniss, es que no lo ves?, todo esto es demasiado, ni siquiera sabemos a qué demonios vino- su voz ahora no tiene nada del tono rudo y molesto de hace unos segundos, es suave...vulnerable. No es necesario que me diga a qué se refiere.
- Peeta...han pasado años, que él haya vuelto, o que viniese de visita no tiene nada que ver con nosotros. Creo que si no nos lo hubiésemos topado en la estación del tren hace un rato, él ni siquiera hubiese venido a esta casa, esto no es por ti ni por mí, este también era su hogar. Nosotros volvimos, pero el no, el perdió su hogar.
- Tal vez tienes razón pero...aunque pasen años el siempre sentirá algo por ti. Sabes que todo esto es más grande que yo, sabes que no puedo evitarlo -dice cabizbajo. Y sé que es cierto, sé que el culpable de todo lo que lo atormenta, y que tiene el mismo efecto en mí no es Peeta ni mucho menos, no es nada más que el maldito Snow, el villano tiránico que a pesar de que murió, y de que ya no nos encontramos en peligro, de que su gobierno del terror fue derrocado, nunca dejará de recordarnos todo lo que pasamos, lo que sufrimos, lo que perdimos y que nunca recuperaremos.
- Eso no es cierto, eso quedo en el pasado hace años, y sé que tú no tienes la culpa de lo que te pasa, pero también sé que me tienes a mí, así como yo te tengo a ti al despertar de las pesadillas y que podremos superarlo- digo entrelazando sus manos con las mías nuevamente- Lo haremos.
-Solo quiero que vivamos en paz y olvidemos todo esto- me dice mirándome a los ojos.

Y es ahí, mirando una vez más dentro de sus ojos azules, ahí es cuando una vez más me doy cuenta de que nunca seremos capaces de olvidar todo el daño que el capitolio nos hizo, de que probabl nunca lograremos repararnos  de todo el daño que el Capitolio nos hizo, pero si podemos hacer un esfuerzo, si podemos apoyarnos e intentar vivir nuestra vida al margen de todo lo que alguna vez fueron los juegos, sobrevivir y más que eso de vivir. Crear una vida de la cual todos quienes no nos pudieron acompañar estén orgullosos, ser un buen legado, esto es lo que todos intentamos.

No quiero atormentar más a Peeta con todo esto, quiero que olvidemos por un momento y avancemos hacia un futuro mas brillante y prometedor, así que poso mi frente sobre la de él, siento mi piel seca contra su sudor y con todo el amor que tengo para él le susurro...

- Me amas, ¿Real o no Real?- Peeta abre mucho los ojos, sorprendido por el uso de su antigua terapia, algo que se volvió nuestro, mi corazón se derrite y siento el calor extenderse por mi cuerpo cuando su boca me muestra una media sonrisa y responde bajito antes de sellar sus labios con los míos.

-Real

Real (Una Historia Pre-Epílogo)Where stories live. Discover now