Quién soy yo, no soy nada más que un recuerdo de quien alguna vez fui,
soy un recuerdo de aquel despreocupado niño que jugaba y reía.
Quién un día con ternura y dulzura se enamoró de ti
para volver lleno de tristeza dolor y amargura
obligado a crecer para tus recuerdos borrar
obligado a olvidar para dejar de llorar.
Tus recuerdos no he olvidado mas bien te he ignorado
hay días en los que te deseo recordar y otros olvidar
en mi vida has de jugar un papel que no te puedo quitar
al tu existencia negar a mi mismo me he de negar.
Si mis sueños deseo alcanzar contigo me he de reconciliar
si mi ser no quiero oscurecer en ti debo volver a creer
si la paz he de conseguir contigo he de vivir
conmigo has de vivir para juntos al fin morir
Noches de invierno
En esta noche me llama la fría y pálida dama
en su llanto siento un dulce y triste lamento
en mi cama, ella me llama
su dulce aliento, me mantiene atento.
En su frió regazo apoyo mi brazo
y en esta vida que odiaba hoy todo acababa
en un frío abrazo me enviaba al ocaso
en donde encontraba lo que tanto buscaba.
En paz estaba y mi cuerpo abandonaba
después de tanto luchar al fin era hora de descansar
la pálida dama que hoy me mataba al mismo tiempo me liberaba
me liberaba del amar, del odiar, del llorar, para por fin descansar.
Mi alma encadenada por fin liberada
por el cosmos viajaba buscando a quien amaba
nunca más atada nunca mas encadenada
por el cosmos encontraba a quien amaba.