Capítulo 42

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A sus sólo cinco años de edad, Jimin era la cosa más tierna y un pequeño rayo de sol para su madre y tías. Nunca faltaba un familiar que no llegará (aunque sea tarde) a su cumpleaños para darle un regalo que el menor apreciaba con suma alegría, y eos llenaba los corazones de los adultos.

La familia Park era unas de las más conocidas en el vecindario suyo o vecino por la alegría que se contagiaba con cada integrante de esta. Sin embargo, era más conocida por la persona la cual era el sol para todos. El abuelo de Jimin.

Todos amaban cada parte del señor, desde su carisma hasta lo terco que podía ser cuando no querían darle la razón, pero eso no era excusa para no amarlo. Ah... la bella mujer con la que se casó era tan parecido a él en actitud, una pareja bastante perfecta. Lástima era que la historia de hoy no lo parezca tanto. Pero eso no es algo el cual haiga causado la muerte de señor, claro que no. Más bien fue algo natural.

El abuelo Park era los ojos de su hijo JaeBum (padre de Jimin), y el señor tenía ojos para su adorado nieto, hijo y nuera, pero más por su nieto. Ah...aun recuerda el joven rubio cuando su madre le contaba que su abuelo siempre dejaba un peluche de conejo blanco con detalles rosas en la habitación de visita especialmente para el. El menor solía dejarlo ahí haciendo que el mayor pensara que no le gustará las primeras veces donde el menor sabía de sus acciones (Tres años). Pero se dio cuenta que cuando llegaban de visita el conejo jamás salía de los brazos de su hermoso nieto, nunca lo soltaba, mas bien era un tesoro lleno de amor para Jimin, y su abuelo comprendió que lo dejaba ahí por miedo a perderlo o dañarlo, cosa que le daba gran ternura.

JaeBum amaba ver a su hijo y padre convivir juntos siempre. Parecia como si se viera a él de niño pero con la diferencia que aquella relación era mas adorable y cálida de la que una vez vivió con el señor de tercera edad. Lo que más disfrutaba era que exactamente a las tres de la tarde, después de una deliciosa comida hecha por su madre y esposa, era ver a su hijo en los brazos de su padre quien acomodaba el conejo de los brazos del menor mientras esté dormía para al final ponerlo en su regazo recostado su cabeza en su pecho para acariciar los suaves cabellos negros que poseía el menor en ese tiempo. Adoraba enserio eso, el aura tan llena de vida, calidez y ternura en las dos personas que amaba donde una era su luz de vida y camino. Fue el primer año donde vivió los momentos llenos de alegría de parte de toda su familia y más dónde estaba su padre, madre, esposa e hijo cuando visitaban al anciano. Sin duda no queria ninguno cambiar eso.

Pero la felicidad jamas era por siempre. Porque hasta donde esta la alegría, debe de estar un punto donde marca lo malo de todo. Ese es el pasado.

Las generaciones que pasaron jamás fueron así. La familia Park ha vivido desde tragedias amorosas, enfermedades incurables hasta las más dolorosa pérdida familiar que pudieron haber tenido. Y eso fue lo que causó el terror en la vida actual de Jimin. El comprendió que a pesar de los grandes esfuerzos que de jamás para cambiar el pasado, porque eso es y será así. Pasado. No encontrando jamás el lugar donde todo fue escrito. Ese el tiempo. No tiene forma a nada. Es inexistente y por es no puedes cambiar. Si, puedes pensar en el tiempo futuro, puedes pensar bien las cosas porque tienes tiempo, pero pensar en el atrás es algo que no se puede curar ni remediar. No hay ni existirá la forma de que todo sea perfecto como lo era en algún tiempo porque la felicidad infinita es algo inexistente para el ser humano, seria algo aburrido tener la ida perfecta siempre sin cometer errores porque sabes que luego faltara algo... y por más que quiera intentarlo jamás lo harás ¿Por qué? Así es la ida perfecta. Abrumadora y repetitiva.

Jimin aprendió de joven el mostrarse sumiso ante las personas gracias al carácter que tomó su padre después de la gran pérdida. Y descubrió que a pesar de curar las heridas de su madre consecuencia de los golpes, jamás para curar las del corazón. Porque el corazón es una parte frágil que debes saberla tratar de manera adecuada. Pero puedes cerrar la herida, pero la cicatriz permanecerá como la marca de lo que alguna vez fue. Ni cremas ni nada podrá hacerla desaparecer por completo, porque de eso se trata la cicatriz, de ser inmortal aunque sea cubierta. Es algo que no se puede remediar... pero al final solo será algo que paso y quedara en el pasado. Algo que Jimin aún debe aprender. Y parece que lo va logrando.

YoonGi acariciaba su cintura de una manera tierna pero a la vez comprensiva. Mientas, que el rubio se ocultaba en el cuello del mayor inhalando del olor a chocolate con menta que poseía el pelinegro. Las lagrimas habían sido secadas y ya no habían nacido más, algo que parecía llenar de tranquilidad la atmósfera entre ellos que estaban en su pequeña burbuja de pensamientos.
-¿Te sientes más tranquilo?

Asintió. Su sonrojo había hecho presencia cuando sintió como la mano disponible del mayor tomaba la suya para entrelazarlas tranyendole una paz.

-Tengo...sueño...-murmuró acomodándose para quedar más cómodo.

-Quieres dormir conmigo como la otra vez ¿no? -El menor solto un sonrisa que YoonGi noto y negó divertido.-. Eres algo Park Ji Min... algo bastante curioso. Me gusta.

-A mi me gusta usted hyung.

Se sonrojó.

-Cállate.

El rubio solto un risas. Era hermoso como aquel momento lleno de nostalgia se había convertido en una tranquilidad bastante notoria entre ambos jóvenes que decidieron no tomarle más importancia al asunto. Sin darse cuenta que eso aumentaba cada vez más la cercanía. Y no era entre ellos... si no en sus corazones.
Eran solo dos jóvenes quienes fueron atrapados por el corazón del otro y se sumergieron en el de la forma más inconsciente posible.

》Mi adorable maldición《  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora