Capítulo 1: Merlina.

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Hola, soy Merlina, quizás es raro escuchar ese nombre, la mayoría siempre se burla de mi, poniéndome apodos molestos como "Merluza" por ejemplo.

Me gustaría contarles una historia, mi historia, en la cual termina de manera inesperada y trágica, muchas lágrimas y lamentaciones, provoqué tantas decepciones... y no es por justificarme pero quiero contarles todo desde el principio.

Mi abuela al enterarse que mi madre estaba embarazada de mi, intentó convencerla para abortarme, sugerencia que fue horrible para ella y la llevó a distanciarse.

Aquí viene lo trágico,  mi madre... falleció cuando yo nací y no pudo conocerme, ni verme, ni tocarme, yo tampoco pude sentir su calor de madre, ni tampoco pude escuchar sus consejos. Fui criada por mi abuela los primeros años, mi padre había desaparecido completamente y nunca supe nada de él. Mi abuela no tardó mucho en llenarme la cabeza con sus porquerías de que yo tenía la culpa de que mamá muriera y que mi padre se había ido porque tampoco me quería además de que ella no me quería.

Por suerte tenía a mi padrino, mi madrina y mi tío que siempre estaban para mí, ellos me dieron dones. Mi padrino me dió el don de la valentía, mi madrina el don de lo esotérico y además de agudizar mi intuición femenina y mi tío me dió amor de padre, me aconsejaba y trataba como una hija. Ellos contrarrestan las ideas estupidas de mi abuela.

Mi infancia tuvo tintes dulces y amargos, sufrí bullying por 7 años, asi que imaginaran como soy, ¿verdad?. Llegué a la edad de los 12 años, la secundaria comenzaba, y creí que sería una nueva etapa donde podría cambiar mi actitud tan callada y torpe. Pero se equivocan, pasé un mal año donde me amenazaban en el baño con cortarme la cara. Dejé esa escuela horrible para entrar en otra donde ahora sí cambiaría finalmente.

En este nuevo lugar hice algo que no me esperaba, me convertí en alguien respetada, con la que nadie podía meterse. Todo comenzó cuando una chica me trababa muy mal, me tiraba del cabello, ponía chicle en mi asiento, lo típico de esas películas americanas. Ya estaba muy cansada de esos abusos así que la tomé desprevenida en el baño y la golpeé muy fuerte en la cara, pero la profesora de literatura me vió y me suspendió de la escuela por 3 días. Pero dejaron de molestarme, mi actitud fue más extrovertida y fresca.

Cuando estaba a punto de cumplir los 15 mi padre se apareció en la puerta como si nada, con su nueva mujer e hijos. No sabía que decir ni como reaccionar, la vida nunca me había sorprendido tanto como en ese momento.

MercuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora