.·:*¨༺NO PUEDO DEJARTE DE AMAR༻¨*:·.

CAPÍTULO 1: VOLTERRA

RENESMEE POV:

Mis ojos recorrían a mi familia con admiración y una pizca de envidia. Todos ellos irradiaban felicidad y amor en sus relaciones. Jasper soportaba las interminables sesiones de compras con Alice, mientras Emmett hacía frente a las extravagancias de Rosalie, y viceversa. Mis abuelos, por su parte, se paseaban tomados de la mano, como dos adolescentes enamorados, mientras que papá y mamá parecían cada día más unidos, como si cada mirada fuese la primera vez que se veían.

Observarlos me hacía reflexionar sobre mi propia vida amorosa, o la falta de ella. ¿Cuándo sería mi turno de experimentar ese tipo de amor? ¿O acaso estaba destinada a permanecer sola para siempre? Mi breve experiencia con Jacob me había dejado marcada, después de descubrirlo besando a Leah. Aquello había destrozado mi corazón y me había hecho jurar que nunca más me enamoraría y que no volvería a confiar en los hombres.

—Nessie, baja a desayunar —escuché la voz de mamá llamándome.

—Ya voy —respondí mientras me apresuraba a bajar las escaleras y saludaba a todos antes de sentarme a desayunar—. ¿Qué es lo que me tenían que decir?

—Princesa, tenemos que hacer un viaje —anunció papá.

—¿A dónde? —pregunté curiosa.

—A Volterra —respondió abuelo—. Aro nos ha invitado a pasar unas semanas en su castillo. Quiere ver tu desarrollo en todo este tiempo.

—¡¿Volterra?! —exclamé sorprendida.

—No te preocupes, iremos todos —añadió abuela—. Además, será una oportunidad para ti, ir a visitar un lugar nuevo.

—Entonces, ¿cuándo nos vamos? —pregunté resignada.

—En unas horas. Ya hemos preparado todo —dijo tía Alice—. Solo termina de desayunar y nos iremos al aeropuerto.

Terminé mi desayuno rápidamente y nos dirigimos al aeropuerto. Durante el vuelo, todos se mantenían en parejas, menos yo. Me sumergí en la música, la lectura y eventualmente me quedé dormida. Al llegar a Volterra, recogimos nuestras maletas y salimos del aeropuerto.

—Los Vulturis quieren que vayamos caminando al castillo con todas nuestras maletas —mencionó Emmett con sarcasmo.

—Emmett, relájate. He alquilado una camioneta —dijo abuelo tratando de calmarlo.

—Sí, Emmett, relájate un poco —añadí burlonamente.

—Calla, monstruo —respondió Emmett.

—Deja de llamarme así —dije molesta.

—Pero sí, tu nombre es como el del monstruo del lago Ness —dijo burlándose.

—Te advierto, tío, que te voy a golpear —murmuré enfurruñada.

—¿Oh, en serio? Ven y atrévete, querida sobrina —dijo con desafío burlón.

—Ya es suficiente —intervino mi abuela—. Emmett, deja de llamar monstruo a Nessie, y tú, Nessie, deja de amenazar a Emmett —dijo seriamente. Subimos a la camioneta y nos dirigimos al castillo, donde fuimos recibidos por una chica y un chico.

—Veo que han llegado —comentó el chico.

—¿Acaso no ves que estamos aquí? —replicó Emmett, provocando risas por lo bajo.

—Jane, Demetri, qué bueno verlos —saludó abuelo.

—Lo mismo digo —respondió Jane—. Vamos, los maestros los están esperando.—Nos dirigimos al salón, donde papá me llevaba de la mano. Al llegar, mis tíos y papá se colocaron delante de mí, ocultándome de la vista de los demás.