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Título: Año Nuevo Personaje: Severus Snape Tipo: Romántico
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La celebración de año nuevo sería aquella noche. Todos los profesores de Hogwarts y los pocos alumnos que se quedaban en el Castillo en aquella fechas son siempre invitados a la tradicional cena-baile para despedir año viejo.
Aquella noche no fue la excepción por lo que asistiría sin siquiera pensar lo contrario. Pero esta vez estaba nerviosa pues el profesor Snape volvería después de un tiempo.
La guerra había acabado y con ello aquel murciélago de las Mazmorras había quedado mal herido, pero nada que un par de años en San Mungo no pueda arreglar. Y para sorpresa de todos justo aquella noche se presentaría.
¡Vaya forma de iniciar el año!
Albus se había encargado de darme la noticia en persona y sus últimas palabras antes de salir de mi habitación fueron: -Tómalo con calma-
Pero para nada estaba clamada. De igual manera comencé a arreglarme bastante temprano como una chiquilla ansiosa, sin embargo terminé justo a tiempo.
Me puse un vestido negro con la espalda descubierta, medias y unos zapatos a juego. Decidí que recogería mi cabello pues ahora estaba más largo y aquello le daría un toque fresco a mi rostro.
Al mirarme en el espejo pude darme cuenta que realmente lucía nerviosa. Suspiré por última vez y salí finalmente de mis aposentos.
La entrada al Salón del cuarto piso, donde la fiesta se está llevando a cabo, estaba frente a mí así que no esperé ni un segundo más y simplemente entré.
El ambiente era agradable, había luces por todas partes, algunas mesas en los extremos, una sección de bebidas y la deslumbrante pista al centro. Amaba ese lugar pues las paredes claras y los grandes ventanales le daban un toque totalmente diferente al castillo.
Caminé tratando de lucir bastante segura hacia él área de las bebidas, necesitaba algo fuerte que pudiera bajar mi nerviosismo.
-¿Cómo ha estado profesora?- preguntó aquella oscura voz de seda detrás de mí. Pude sentir su cercanía sin siquiera mirarlo. No esperaba que se acercara tan rápido.
-Mejor que usted- respondí mientras me alargaba a tomar un vaso.
-Permítame- susurró y alcanzó lo que buscaba para después servirme un buen trago de Wiskey Invernal. Él sabía lo mucho que me gustaba.
-Le agradezco- sonreí y por primera vez en mucho tiempo me atreví a mirar aquellos profundos ojos. Un escalofrío no tardó en recorrer mi columna, aunque al parecer él ni siquiera se inmutó.
El silencio se hizo presente, ¿qué se supone que le diría después de lo ocurrido?
-Oh, no _____, no deberías decir nada- acarició mi mejilla empeorando los latidos de mi corazón.
Desvié mi mirada topándome con un par de curiosos estudiantes que nos observaban con detenimiento. Apuesto a que se preguntaban: ¿qué hacía aquel Murciélago con la encantadora profesora de adivinación?, ¡si tan sólo supieran!
-¿Bailarás conmigo?- preguntó dejando la formalidad de lado, tomándome por sorpresa. Dudé por algunos segundos. -Vamos, por los viejos tiempos- sonrió ligeramente convenciéndome por completo.
Tomé su mano y ambos avanzamos hacia la pista. No había demasiadas personas por lo que seguramente seriamos la atracción principal.
Las miradas no tardaron en llegar, la mayoría expresando sorpresa a excepción de Albus quien nos sonreía desde una mesa no muy lejos, había interrumpido su charla con Minerva por aquel simple gesto.
Su mano tomó la mía y con la otra me sostuvo firmemente por la espalda. La música sonaba al fondo en todo momento facilitando la tarea de sumergirnos en nuestro propio mundo.
Sus movimientos comenzaron lentamente, no fue difícil para mí seguir sus pasos con precisión. Nos balanceamos de un lado a otro sin romper aquel contacto visual a excepción de los momentos donde me hacía girar lentamente sobre mi lugar.
-Si supieras cuánto te extrañé- murmuró de pronto.
-Creí que estarías enfadado conmigo- comenté bastante confundida.
-No lo estoy, jamás lo estuve- suspiró con pesadez. -Considerando lo que yo era en ese entonces, comprendo totalmente el que hayas reaccionado de aquella manera- dijo haciéndome sonrojar.
Y es que nuestra relación al inicio no había sido sencilla. Cuando llegué a Hogwarts a principios de 1996, aquel oscuro hombre me pareció fascinante y empezamos a intimar con el tiempo, pero a finales del mismo año se supo que había sido un simple infiltrado de quién ya-no-existe-más.
Aquello me hizo odiarlo, sin embargo el final y su verdadero propósito no tardaron en ser revelados. Desde ese entonces no nos habíamos vuelto a ver.
-Debes saber que mis sentimientos aún no han cambiado- me miró directamente con ese aire de grandeza que tanto adoraba.
-Debes saber que los míos tampoco- confesé con una chispa de deseo.
Y algo en su mirada cambio, supe entonces que hablaba con la verdad. Pasé mis manos detrás de su cuello y él sonrió ante el acto. La música había cambiado y ahora bailábamos con más sensualidad hasta el punto en el que levanté una pierna y lo envolví suavemente, Severus no tardó en tomarme con firmeza.
Probablemente más tarde Dumbledore nos diría algo respecto al tremendo momento que estábamos armando, sin embargo no nos importó el hecho de que nos mirasen, y todo mejoró cuando las campanadas comenzaron a sonar haciéndonos acercar cada vez más.
Ninguno apartó la vista del otro durante aquellos últimos segundos.
-Feliz año nuevo ____- susurró y terminó de acortar la distancia. Juntándonos en aquel beso que tanto había esperado.
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