Mi Chico {Fred & Tú} #O1 ✔️

16. Juguemos

—¿Mi idiota...? —pregunté confundida, mis mejillas comenzaron a calentarse de nuevo y él soltó una risa.

—Claro, necesitas uno, ¿no?

—No eres un idiota... eres un pervertido.

—Entonces déjame ser tu pervertido, ya que ahora lo pienso mejor, el idiota aquí es Alfie... —dijo y achine mis ojos fulminándolo con la mirada. Él me dio una pequeña sonrisa, el silenció ahora era lo que me molestaba.

—Bueno... necesito dormir ya —dije incómoda, él frunció su entrecejo negando con la cabeza.

—No, dijiste que te quedarías leyendo. ¿En dónde quedaron tus planes?

—Ese libro... No es la clase de libro que suelo leer, prefiero dormir Fred.

—Vamos, ese libro es interesante aún así si le quitamos las escenas porno —rió—. Te ayudaré a leerlo y cuando tengas sueño lo dejaremos.

—P-pero...

—Nada —me interrumpió—, leer es divertido —dijo con mi voz, reí al escucharlo tratar de imitarme, abrió el libro y se acomodó a mi lado. Solté un suspiro acomodándome también y dejé que Fred me guiara en la historia mientras leía en voz alta. Lo escuchaba atenta, su voz era relajante ahora... se sentía bien que leyera para mí.

Me recordó a mí cuando era pequeña, la única vez que me leyeron un cuento antes de dormir fue hace mucho y recuerdo que fue de mala gana... Sin embargo, estaba tan emocionada por sentir esa sensación de que alguien me quería y demostrara cariño era tan grande que no me importó.

Ahora él está leyendo... Para mí y porque quiere hacerlo.

Incuso las partes obscenas se escuchaban normales y relajantes cuando las decía él.

Estaba enferma... Sí.

Mientras él seguía hablando, mis párpados comenzaron a pesarme. Posee mi cabeza sobre su hombro y cerré los ojos aún escuchando su voz.

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—Escuchaba murmuros en tu habitación, te escuchabas rara leyendo. Y más por el hecho de que lo hacías en voz alta.

—Y-yo quería leer de diferente manera. Y... ¿se escuchaba bien mi voz? —pregunté, tenía la esperanza de que Alfie sólo hubiera escuchado algo distorsionada la voz de Fred y la haya confundido.

—No se escuchaba bien, solo los murmuros y tu voz algo ronca.

Solté un suspiró de alivió.

Alfie se levantó del sofá y se dirigió hacía los estantes, comenzó a deslizar su dedo por todos los libros como si los estuviera examinando y al final sacó uno de entre los muchos que se encontraban ahí.

Se dirigió hacía mi de nuevo y me extendió el libro.

—¿Y esto? —pregunté, lo tomé dudosa mientras sólo examinaba. Pareciera ser un libro normal.

—Es uno de los pocos libros que sé que te podrían gustar, sólo echale un vistazo y si no te gusta podemos ir a la biblioteca que está aquí cerca, sería más entretenido, ¿no crees?