❄Intro❄

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21 de Diciembre
11:28pm

El invierno recién empezaba. Las calles eran iluminadas simplemente por las farolas en las banquetas ya que había ausencia de carro alguno.

Min YoonGi; un doctor que trabajaba el día completo y parte de la noche en un hospital particular de Seúl, salía de su ya nombrado empleo. Agotado por lo pesado que era tener ese horario desde las 12am hasta las 11:30pm.
Caminaba por la cera fuera del hospital, con dirección a la típica parada donde siempre tomaba el bus.

No era la mejor época para Min, su mamá había fallecido unos meses atrás, la única familia que tenía y la persona que más amaba en el mundo.
Su único amigo, su mejor amigo, tuvo que irse de la ciudad por problemas, de igual forma, por su mamá y ni uno de los dos tenía tiempo para visitar al otro; lo comprendía.
Lo único que tenía para no sentirse tan mal era la atención constante que requería su trabajo, pero incluso eso empezaba a ser una carga.

Tras unos minutos de espera llegó aquel autobús, tranquilamente lo abordó y pagó. Al examinar con la mirada cada rincón dentro de éste notó que estaba prácticamente vacío así que tomó el primer lugar que captó su atención.

"¡Espere, espere, no avance!"

Escuchó de una voz algo débil, fuera del transporte.
Volteó hacia la puerta y una figura joven entró por esta. Se veía ajetreado y su respiración era agitada.
Lo siguió con la mirada y en un corto movimiento de ojos, el contrario, le devolvió el mirar por un par de segundos. Apenado, por haber sido visto, apartó la mirada.

El chico de cabellos castaños tomó asiento de el otro lado del bus, justo en la otra orilla de donde se situaba YoonGi. Éste último miraba discretamente a aquel chico de rostro agotado, por alguna razón, no pudo evitarlo.

Todo iba bien; era tranquilo el ambiente y, a YoonGi, le empezaba a ganar el sueño. Se acomodó recargado en el asiento de adelante, sin querer, de esa forma lograba seguir viendo al chico; aunque no lo pareciese, era lo más cómodo para él.
Estaba por cerrar los ojos cuando pudo visualizar, por la ventana a un lado del tan mencionado castaño, unas luces blancas que cada vez se hacían más potentes.
Un estruendoso claxon resonó en sus oídos y, de un momento a otro, el autobús ya estaba volcado sobre el frío asfalto.

Winter Bird [Y.K] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora