La aparente búsqueda de algo que ni yo conozco

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Siempre he disfrutado los sentidos. Aquello que nos permiten percatarnos de lo que nos rodea. Todo lo bello que podemos encontrar es gracias a los sentidos (no estoy dispuesto a discutir sobre otras ideologías que lo relacionen con la mente) Me encanta la música, adoro la comida, me maravillan ver paisajes o pinturas, pero sobre todo, me fascinan los olores. Mi madre cocinaba un pay de manzanas, el mejor del mundo, aunque lo que mas me gustara hacer en si no fuera comerlo, en vez de eso, antes de que llegáramos al postre, me colaba en la cocina, maravillado con aquel olor. Sí, probablemente eso sea lo que sucedió... pero que estoy diciendo?

Cuando llego a la casa, después de un día de trabajo común y corriente, después de haberme quitado los zapatos , camino lentamente al refrigerador, buscando alguna pequeña sobra de la comida china de ayer. Aunque no tengo mucha hambre que digamos, es la tercera vez que ceno comida china y puedo sentir cierto desagrado en forma de un sabor dulce que ha prevalecido en mi boca, como consecuencia de aquella dieta. Decido acomodarme en el sillón, que, sin ninguna razón en especifico, he movido a la ventana que da a un callejón, donde los contenedores de basura se han quedado olvidados por el servicio de recolección, mientras que una entrada al alcantarillado se ha quedado sin su tapa (Quien se robaría una tapa de alcantarilla y para que rayos?) por ende , a través de mi ventana podemos observar,(y sobre todo, oler) algo equivalente a un insulto en cualquier lenguaje humano. El olor, en el cual se mezclan desechos del salón de belleza de atrás (cuyo aroma a químicos me hace pensar que la gente que acude ahí es mas tonta que la gente común), basura hogareña (regalo de los vecinos del edificio), uno que otro gato o perro muerto (cuyos cadáveres se parecen tanto entre sí ), como si fuera un monumento, como si fuera alguna instalación de arte moderno, una especie de homenaje a la humanidad como la principal criatura rastrera que anda por la Tierra. Sin embargo el espectáculo me llega a parecer hasta cierto punto interesante u conmovedor. Me llega a recordar la triste pero solemne convivencia de los cadáveres en la morgue, donde todos alguna vez habremos de llegar. Pero no importa nada de eso.

Últimamente me he percatado de el aumento de animales rastreros en mi casa, ya saben, cucarachas, ratones, algunos gusanos que no había visto antes, pero sobre todo, ratas. Como no hay nadie que viva conmigo, y no suelo tener muchos comestibles en la casa, no me preocupa mucho, mas aparte que, si bien puedo llegar a sentir algo de asco, es algo que muy difícilmente me pasa, así que cuando encuentro alguno de aquellos bicharracos arrastrándose por ahí, no reacciono de manera violenta (al menos no inmediatamente) Y últimamente admitiré que he sentido cierto interés por ese lugar (Hablando de la alcantarilla). Algo en la atmósfera de ese lugar es inquietantemente llamativa. Hay veces, que me despierto a media noche, por que juro sentir algo que me llama desde ahí.

Hoy es una noche especial, se supone que debería celebrar con una gran cena, aunque sea solo una persona, pero no tengo ganas de nada así. El edificio a estas horas esta completamente dormido, a excepción mía, claro está. Hoy decidí no cepillarme los dientes, cuando me observo en el espejo admiro mi rostro, y pienso que adoro los espejos en muchos sentidos. Decido irme a la cama. Aunque por alguna razón siento desagradable el olor de las sábanas recién lavadas. Algo incomodo, aunque realmente no le doy mucha importancia. Y, como muchas otras noches, me cuesta algo conciliar el sueño. Empiezo a divagar , perdiéndome en la inmensidad que representan los pensamientos de una persona cualquiera, y sin embargo no puedo evitar esa sensación de que algo me esta llamando desde aquella alcantarilla, así que me decido por fin y salgo de la casa sin pensarlo dos veces. Al salir a la calle, y, sobre todo, al acercarme lentamente a esa cloaca empiezo a pensar por que estoy haciendo. Es que puedo jurar, puedo prometer que algo quiere que vaya. Sin embargo , no me había percatado de que la entrada era mas grande de lo que pensé, y antes de darme cuenta caigo dentro. Eso fue algo extraño, como si me hubieran empujado, aunque podría bien jurar que estaba completamente solo en aquel callejón . Me levanto y me sacudo lo que sea que se me haya pegado (siento que me conviene no preguntarme que fue) y sin siquiera sobarme, empiezo a caminar, sin precisamente ninguna dirección en mente. Esto es una especie de logro para mí, siempre he sido miedoso en todos los aspectos de mi vida, y, estar recorriendo una alcantarilla como si fuera el patio de alguna casa, indudablemente es algo grave. El lugar es bastante agradable, no hay muchos ruidos, ni vecinos molestos, y, aunque está oscuro no me siento con miedo. Mas sin embargo sigo sin encontrar lo que sea que estaba buscando cuando entré en aquel agujero inmundo. Es algo que no puedo describir, es como si todo el lugar estuviera esperándome con los brazos abiertos. Incluso llego a pensar en que los animalejos me dirán "Al fin regresaste" y les respondería "Al fin regresé". Incluso, podía sentir como una parte de mí se quedaba en ese lugar.

El tiempo vuela cuando uno se divierte, no es así? Cuando salí por fin, después de vagar por las alcantarillas, ya era de día. Fue horrible tener que asomar la cabeza y ser golpeado por la luz del sol. Me levanto lentamente y me arrastro fuera de la alcantarilla. Esto es extraño, apenas puedo ver bien, pero realmente no siento la necesidad. Me desencorvo, y con trabajo logro abrir la puerta, camino lentamente por mi departamento, sintiendo como si estuviera en otro mundo, lleno de sonidos, figuras, pero sobre todo, olores, olores sin igual, los mas fuertes y emocionantes que jamás había sentido. Siseo por la pequeña sala, y escucho un ruido en el pasillo de la puerta : La casera, entregando el correo de las mañanas, perezosamente me acerco y abro la puerta. La casera comienza a gritar sin aviso alguno, y sale corriendo. No comprendo que pasa realmente pero no le doy mucha importancia. Regreso a mi sala, y me meto en la alacena que está abajo del refrigerador. Estoy buscando algo de comer, aunque lo que encuentro no es de mi agrado. Decido salir a comprar algo a la tienda que está a unas esquinas de mi casa, pero apenas cruzo el umbral de mi puerta, todos mis vecinos huyen aterrados.

 Por alguna razón que no comprendo bien decidí no salir y dormir. Nunca me había sentido tan cansado. En la noche, cuando me levante, un grupo enardecido de gente estaba afuera de mi apartamento. Entraron sin previo aviso, gritando, con linternas y armas en las manos. Decido salir, ya que me molesta todo el ruido. La ventana sigue abierta, así que , sin mas , salgo del edificio y entro en la alcantarilla. 

Ahora esta mas tranquilo, este lugar definitivamente me agrada

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2018 ⏰

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Olor a queso rancioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora