Ni oficio ni beneficio.

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Era la primera vez que Louis sostenía un arma. Era pequeña, si; lo sabía. Pero en ese momento precisaba de ella, a veces solía pensar que todo sería diferente si él no hubiera decidido escaparse con Jenko aquella noche de verano.

Louis tenía viviendo con Jenko aproximadamente un año y medio. Había dejado la universidad a los 21 y desde entonces su vida se había convertido en un sube y baja de emociones, adrenalina, drogas y sexo. Jenko lo convenció de salir de su casa a la edad de 20 y escaparse con él.

Vaya, de lo que es posible el amor.

Jenko no tenía oficio ni beneficio, a veces robaba pequeños supermercados. A veces le tocaba estar con otros hombres por unos dólares. A veces no llegaba a dormir con Louis. A veces le había ido tan mal que descargaba todo su enojo contra su compañero.
Aún con todos los maltratos, cada vez que Jenko salía a ejercerse como criminal Louis le despedía con lo que llamaban ambos el 'Ritual de buena suerte'; que consistía básicamente en tener sexo, sin palabras lindas de amor, sin besos, ni nada que implicara algún sentimiento puro.

Exactamente Louis no sabía porque seguía con él.

Lástima, quizá. Necesidad, probablemente.

En ocasiones, Jenko le conseguía trabajo a Louis. Ésta fué una de ellas.
Era especial ya que era probablemente una de las más complicadas, involucraba mayor seguridad y el uso de fuerza bruta. La cuál sólo vivía dentro de Jenko.

Bien, el trabajo dentro de la cabeza de Jenko parecío sencillo: Entrar, obtener el dinero de las cajeras, matar a quién se cruzase en su camino e huir de la ciudad, seguir robando, mantenerse escondido y seguir abusando del menor.

Criminals Wear Black Suits Donde viven las historias. Descúbrelo ahora