Amy Larter, una chica de dieciséis años. Su piel es pálida, su largo cabello es lacio y de color negro, el cual cubre sus ojos, sus hermosos ojos color verde esmeralda. Es delgada, y en pocas palabras de bonito cuerpo.
Amy vive en Iowa, Estados Unidos. Su madre, Katy, trabaja todo el día en una empresa mundialmente conocida, casi nunca está en la casa, no la trata muy bien. Su padre las abandonó tres años después del nacimiento de Amy.
Narrando: Amy
Despierto a las 8 a.m., como es costumbre mía. Mi madre se va a trabajar dos horas antes, así que prácticamente todo el día estoy sola. Decido darme una ducha, cuando termino, me coloco ropa interior, y jeans negros, una blusa de Black Veil Brides, y mis tenis converse negras. Acomodo mi cabello como a mí me gusta, me coloco delineador y rímel, y retoco mis ojos con sombra negra. Bajo a desayunar y termino de alistarme para ir a la preparatoria.
Para mi suerte, las clases fueron casi eternas; me dirigía a la salida después de guardar mis libros en el casillero, cuando Mitzy, la chica mimada y consentida se me acercó. — Oh, ¿Amiga, eres emo? — Su voz me molesta, nunca puede cerrar la boca. — ¿Y tú eres puta? — En serio molesta, espero quitármela de encima, no estoy de buen humor.
— Querida, siempre tan ocurrente, aquí la idiota es otra, ¿no crees? — Decido ignorarla y la evito, me hace enojar su sola presencia, y creo que el sentimiento es mutuo; al caminar por un costado de ella, me toma de la camiseta y me estrella contra uno de los casilleros del otro lado del pasillo. — Escúchame bien, imbécil, respétame, de lo contrario, puede irte muy mal, ¿Entiendes? — me miró con aires de superioridad.
— Déjame en paz, Mitzy, ¿qué carajo te he hecho? — Dije tratando de contener mi enojo. — Existir, eres una basura, igual que todos los que estudian en esta pocilga. — Maldita perra — ¿Entonces, por qué sigues aquí? — Pregunte retándola, en cierto modo, es divertido retar a una tonta.
Me dio una bofetada, ahora sí estoy enojada. La tomé del cuello y le di un puñetazo en la cara, rompiéndole el labio, ella se queja con una voz insoportable. Entonces, James, el rector, sale de su oficina y yo suelto a Mitzy.
— Señoritas, ¿Qué sucede aquí? — Pregunta con disgusto, da un vistazo a Mitzy y luego me mira a mí. — A mi oficina, ahora. Usted, se puede ir. — Dice demasiado serio.
Cuando salgo de su oficina, decido marcharme a mi casa, hoy no ha sido un buen día. Al llegar, me percato de que no hay nadie, camino hacia el comedor, donde hay una nota:
"Hoy no llegaré a la casa, no hagas destrozos y quiero la cena lista para mañana, de lo contrario te vas a arrepentir, niña idiota."Otra maldita nota de mi madre, odio cuando hace eso.
Subí a mi habitación, saqué los auriculares, me los coloqué y empecé a escuchar uno de mis álbumes favoritos de Slipknot, All Hope Is Gone; entonces me quedé dormida.
Desperté a las 3:00 a.m. con frío, me senté en la cama y me percaté de que la ventana estaba abierta, me levanté a cerrarla y sentí algo afilado en mi cuello. — Ve a dormir, hermosa... — Una voz masculina, calmada y algo tenebrosa me alertó, pero no me moví para nada.
— Adelante, hazlo, no tengo miedo. — lo reté, porque en realidad no le tengo miedo. Quitó el objeto de mi garganta y retrocedió.
— ¿No me matarás? - Admito que eso me sorprende un poco.
— ¿De qué sirve si no suplicarás por tu vida? — Dijo irónicamente. Volteé y me acerqué un poco a él, tiene cabello negro, largo y en un corte juvenil, su piel es muy blanca, literalmente es blanca, sus ojos azules, pero tiene algo en los contornos; su boca, oh Dios, tiene una sonrisa literalmente enorme, como una cortada. — ¿Quién eres? — le pregunté mirándolo a los ojos. — Me llamo Jeff, pero me conocen como Jeff el asesino. — Su tono de voz es tranquilo, pero sombrío. Seguíamos mirándonos a los ojos, esos ojos tan profundos, carentes de emoción.
— ¿Y, ahora qué pretendes hacer? — Él comenzó a caminar alrededor de mí, como si me estuviera acechando, mirándome con detalle, de arriba hacia abajo, deteniéndose a veces en ciertas partes, se detuvo, sentía su mirada en mi cuello, tomó un mechón de mi cabello y lo apartó de mi cuello.
— Eres muy linda, ¿qué te parece si nos divertimos unas horas? — Su tono de voz me hizo estremecer, sin embargo, no me moví para nada, no sabía qué hacer.
— No, no, por favor. — Mierda, lo que le gusta es que le implore piedad. — Lo siento nena, pero tranquila, te gustará.
Acto seguido, Jeff comenzó a besar mi cuello, y poco a poco se acercaba más a mí, tomándome de la cintura, mi corazón latía con fuerza, estaba muy asustada. Para cuando reaccioné, me encontraba en mi cama semidesnuda, con Jeff encima de mí, pasando sus manos por todo mi cuerpo. Quise apartarlo de mí, pero me apretaba contra él. Maldición, es tan fuerte, me quitó lo que me quedaba de ropa, besó mi cuello de nuevo y esta vez fue bajando sus labios, cada vez más abajo.
Mi mente volvió a quedar en blanco. Para ser sincera, esto me está gustando, pero está mal, esto está muy mal.
Tocó mis piernas, y mi parte íntima, besó cada parte de mi cuerpo. En menos de dos minutos, estábamos completamente desnudos en mi cama, sin barreras, sin nadie que arruinara el momento o me salvara de una violación consensuada.
En un abrir y cerrar de ojos, ocurrió. En ese momento grité adolorida, maldición, incluso las piernas me dolían, él sólo me miraba a los ojos. Besó mis labios con dulzura. Maldita sea, es una mezcla de sensaciones, y a pesar de haberse quedado quieto, sentía mucho dolor.
Unos instantes después, comenzó a entrar y salir de mí, muy lentamente, el dolor seguía, ¡maldición! ¡Cómo dolía! Minutos después, el dolor desapareció, mi mente estaba en shock, Jeff besaba mi cuello y acariciaba mi cuerpo, mientras me embestía lento.
Un buen rato después, salió de mí, y giró mi cuerpo, me tomó de la cintura e hizo que quedara a gatas, de nuevo y suavemente introdujo su miembro en mí, esta vez el dolor había desaparecido, sólo pensaba en el placer que esto causaba, en mi instinto animal. Eran aproximadamente las 4 de la mañana, cuando aún seguíamos en pleno acto sexual...
Al terminar yo, él lo hizo segundos después, me encontraba completamente cansada. Jeff se recostó a mi lado y yo me tumbé sin energía, después de unos instantes volví a quedarme dormida.
Desperté en la mañana con mi pijama puesto, un aroma a sábanas limpias y un pequeño peso en mi cintura, era el brazo de Jeff. Quise moverme pero solo conseguí despertarlo. - Hola hermosa. - Hola. - ¿Te gustó lo de anoche? - Joder, qué cínico. - ¿Eso importa? - Dije en un tono serio, tal vez de mal humor.
Me levanté de inmediato pero me doblé al sentir dolor entre mis piernas, maldición. - Eres un imbécil, Jeffrey. - Caminé hacia el baño mientras sentía su mirada y me encerré allí, me miré en el espejo del lavamanos, tengo marcas en el cuello, en los hombros y un poco más abajo, mi cabello está muy revuelto, y tengo ojeras. Seguí mirándome y recordé que no traía nada puesto. Llené de agua caliente la bañera y me metí dentro, fue algo muy relajante.
Cuando salí, Jeff ya no estaba, no sé a dónde pudo ir. Aproveché para mirar la hora, ¡mierda! ¡Son las 10! ¡Maldito seas, Jeffrey! Me vestí de inmediato con una blusa morada y jeans azules, me coloqué mis pantuflas y bajé a desayunar.
Jeff ya no estaba, así que me relajé, me preparé un plato de cereal y comencé a recapitular, recordé cada segundo de lo que sucedió anoche. Desde que desperté en la madrugada, cuando apareció Jeff, ese asesino de piel completamente blanca... Seguí recordando, cuando tuvimos sexo... ¡Joder! Dentro de tres días debe tocarme la regla, espero que no crezca nada dentro de mí.
...CONTINUARÁ...

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My Sweet Murderer [La Bella Y La Bestia]
ФанфикEsta será la versión, digamos, definitiva, de mi libro "La Bella Y La Bestia (Jeff the killer y tú) totalmente mía, espero que les guste, si tienen sugerencias, díganmelas :3 Y me refiero a versión definitiva ya que estoy tomando la decisión de impr...