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–¿Dónde estoy? –desperté adolorido. Mi cabeza dolía tanto que creía que en cualquier momento podría explotar.

–Oh, ya despertaste, no te levantes estas herido, no sé donde estamos pero nos han raptado –la miré detenidamente estaba con los ojos llorosos. Apenas la podía ver con la poca luz que entraba de la ventana de la camioneta, supongo que estamos en una, ella tenia unas ojeras inmensas pero aún así se veía muy atractiva.

–Estamos moviéndonos –intenté levantarme pero era inútil, me quejé y ella me volvió a recostar.

–Sí, estamos en una camioneta, por favor te pido que no te muevas mucho. Aún te sangra el labio. –me lo limpio con su camisa. Que amable de su parte, hace tiempo nadie me trataba así, me sentí conmovido.

–¿Ya cuanto tiempo llevamos aquí? –me encontraba demasiado confundido y aún estaba aturdido por los golpes que me dieron cuando intenté defenderme. Recordaba muy poco el incidente eran sólo imágenes borrosas.

–Creo que van cuatro o cinco hor... –antes de que terminara de hablar abrieron las puertas con brusquedad.

Creo que nos encontramos en un bosque se podía oler en el ambiente a pasto después de haber llovido, se sentía húmedo. Es de noche al parecer, una noche fría y oscura, sin la compañía de la luna ni estrellas estaba nublado, muy nublado y eso me ponía triste.

–Será mejor que se mantengan en silencio si quieren seguir con vida –nos advirtió, el otro tipo más alto cargó a la chica de antes.

Ella gritó por ayuda pero fue inútil el tipo más alto le pegó en el estómago.

–Cállate ramera –le dijo el más bajo.

Que hijos de puta, tratando así a una indefensa chica...

–¡Soy un chico! –¿Qué? ¿Un chico? nunca me lo hubiera imaginado, si se ve tan femenino y tan frágil, viste una camisa blanca, pantaloncillos cortos y usa gafas. Iba tratar de defenderlo pero el sujeto me coloco un pañuelo en el rostro y ya no recuerdo nada más.


–Ah que dolor de cabeza –me quejé, y es que sabía que los dolores de cabeza no iban a terminar estando en semejante situación.

¿Dónde estoy nuevamente? ¿En una celda? Vaya mierda.

–Ya era hora de que despertaras. –Era una señora no muy vieja pero con notables arrugas en el rostro y grandes ojeras, era alta y vestía de negro, su cabello era corto y rojo.

-¿Donde estoy? –temí preguntar ya que de la señora desprendía un aura intimidante.

–No lo sé y si lo supiera no te lo diría, porque me matarían.

–Tengo que salir por favor sáqueme de aquí.

–No lo haré tengo ordenes de encargarme de ti. –me miró con repulsión.

–¡¿Qué?! ¿C-cómo que encargarse d-de mi? –ella me sonrió de una forma espeluznante cual bruja de cuento, me saco de la celda con brusquedad, y es que todos te trataban sin ni una pizca de delicadeza.

–Te venderán, lo siento pero tengo que cumplir con mi trabajo, ahora te pido que guardes silencio y me dejes trabajar, tengo que terminar contigo antes de que ella despierte.

–¡No puede hacer esto!  –estaba comenzando a alterarme. Forcejeo en un vago intento de escapar de sus garras de bruja. Pero no había a donde huir.

–Si te niegas hay dos hombres allá afuera que se encargaran de ti –señalo la puerta amenazante.

Seria mala idea salir ahora, si salgo por esa puerta probablemente esos dos tipos me maten, no puedo hacer nada porque deben ser más fuertes que yo, habrá que esperar alguna oportunidad para salir de aquí, no dejaré escapar ni una sola oportunidad por más mínima que sea por ahora tendré que cooperar.

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2017 ⏰

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