"THIS IS ONLY THE BEGINNING"
Narras Tú:
Luego de aquel momento perfecto, recibí demasiadas felicitaciones. Me sentía querida, completa… satisfecha. Escuchaba comentarios como: “Ha sido una hermosa boda. Les deseo lo mejor.” “Hacen una linda pareja. Que Dios los bendiga.” “No saben lo felices que fui cuando se dijeron tantas hermosas palabras.” “¡Felicidades! Fue una hermosa boda.” “¡Disfruten de su amor! Sean felices por siempre.” y muchos más que hicieron de este día más perfecto de lo que fue.
Y con comentarios así, termino esa hermosa tarde de abril. Niall me cargo en sus brazos, como a un bebé. Entramos a la limosina y nos dirigimos a nuestra humilde casa. En unos días sería la luna de miel y deberíamos empacar todo, ¿no? Entonces decidí dejar que me tomaran hermosas fotografías en el recorrido de la iglesia a la casa. Estaba feliz, pero exhausta. La limosina se detuvo indicando que habíamos llegado. Lo que automáticamente me hizo abrir la puerta para bajar de ella. Bajé con paciencia y me adentré en mi dulce hogar. Me dirigí a mi habitación para darme un merecido baño. Niall se encargaría de bajar regalos con el chofer y todas esas cosas de más.
Entonces comencé a bajar el cierre del hermoso vestido blanco. Dejé caerlo al suelo y lo colgué para que no se estrujara. Quité mis zapatos, prendas y accesorios. Me adentré en la tina y terminé de quitar lo que me quedaba de ropa. Abrí el grifo, poniendo el agua en una temperatura relajante y esperé a que llenara. Eché un poco de espuma y sales aromáticas para mi cuerpo. Ahora si podría descargar toda tensión que se había acumulado en mi estresado cuerpo. Me acosté dejando que el agua caliente entrara por mis poros, y luego cerré mis ojos, dejándome vencer por el cansancio, pero no quedándome dormida.
Pasaron unos veinte minutos hasta que decidí levantarme y ayudar al rubio. Luego empacaríamos y dormiríamos unas cuantas noches para luego celebrar nuestra luna de miel. Esto si sería perfecto.
Entonces me levanté y limpié cada parte de mi cuerpo, removiendo la espuma y el sucio que descansaba en él. Cerré el grifo y con una toalla seca, envolví mi cuerpo en ella. En otra más pequeña, envolví mi cabello y luego de estar un poco más seca, salí de allí.
Desenrollé la toalla de mi cuerpo para estar un poco más cómoda y buscar algo de ropa que ponerme; pero alguien me interrumpió el momento y del susto, dejé caer la toalla al suelo.
-¿______? –Vi como la puerta se abría. –Oh, lo- lo siento. No sabía que te estabas bañando. –Hizo el gesto de irse, pero lo detuve.
-No tienes que irte. ¿Qué necesitabas? –Dije amable con una sonrisa. Desnuda frente a él.
-Uhm, na- nada. –Cerró sus ojos con fuerza y apretó sus puños.
-¿Te sucede algo? –Comencé a caminar hacia él.
-Sí. –Contestó. –Pasa que no deberías estar así frente a mí.
-Niall, acabamos de casarnos. –Sonreí y me sonrió de vuelta. Entonces agarré sus mejillas y le plantee un beso. Me alejé y lo miré a los ojos.
-Sí, pero no soy responsable de mis acciones. –Puso una mano en mi espalda y de un tirón me acercó a su cuerpo. Dándome su calor y haciéndome sentir en el vientre, su miembro duro. Lo que me hizo soltar un ahogado gemido.
-Entonces iré a ponerme algo de ropa. –Dije zafándome de su agarre. Me voltee y sentí como una mano tomó mi brazo y me volteo otra vez.
-Lo siento, señorita. Es muy tarde para eso. –Me acerco nuevamente a su cuerpo, pero dándome un apasionado y fuerte beso. Lleno de deseo y pasión. Sentí su erección nuevamente en mi vientre. Lo que produjo que gimiera otra vez y cortara el beso. Comencé a retroceder. Comencé a acercarme a la cama. Luego de chocar con ella, comencé a recostarme sin soltarlo. Lo besé nuevamente. Dejándole saber que estaba hambrienta de él. Deseosa de su cuerpo. Pidiendo a gritos dentro de mí que me hiciera de él una vez más. Interrumpió el beso para besar mi cuello, lamió el lóbulo de mi oreja y luego dio leves mordiscos en él. Haciendo que gimiera y mis caderas, inconscientemente, se arquearan.
-¿Listo para hacerme tuya una vez más, Horan? –Pregunté jadeante.
-¿Lista para que los vecinos se aprendan mi nombre, querida? –Sonrió orgulloso y yo hice lo mismo. Haciéndole saber que no había problema conmigo.
-Eso pensé. –Contestó y de un giro quedé encima de él. Quedándome completamente con el control de su cuerpo.
FIN.