Capitulo 3.

96 2 0
                                    

Abro los ojos, y allí sentado junto a mi, se encontraba Louis. Sus manos cubrían una enorme taza blanca, que con unos segundos, no tarde mucho en reconocer su contenido.

-Buenos días princesa..-Dice con una agradable sonrisa en su rostro. Sus ojos verdes-azulados se iluminaron junto con esta.

-Buenos días Lou.. y sabes, prefiero que no me digas princesa..-Le respondí acomodándome en la bañera, claro, sin que se me vea nada.

-Cla.. claro, lo siento Amie.-Responde algo apenado. Baja su cabeza y mira la taza.-Te he traído esto. Es algo para que desayunes..-Extiende brazos y me pasa la blanca taza. Vuelvo a acomodarme y la tomo en mis manos, mojando sin querer las suyas.

-Gracias Louis..-Le dije en un tono amable. El se seco un poco las manos en su pantalón negro y luego me miro. Yo solo de dedique a beberme el chocolate que había allí dentro.

-Sabes.. ¿Que piensas que dira tu hermano?-Pregunta derrepente.

-La verdad, no lo se. Y espero que no lo sepa.. 

-Pero..

-Si Louis..-Dije interrumpiéndolo.- se que es mi hermano, pero no es tan fácil contarle lo que paso. Ni siquiera yo se lo que paso.. Fue algo.. inesperado. Algo me lo impidió, algo se apodero de mi en ese momento.-Le comente negando con la cabeza y volviendo mis ojos a los suyos. El me miraba algo apenado, habían pasado demasiadas cosas en estos últimos años. Teníamos que escapar, y pudimos perdernos en Londres, ya que, a los 200 años, deberán matar a uno de nosotros tres. 

-Espero que no sea algo malo. Que ese rubio, no le ande de bocón a los demás..-Gruño el.

-Eso espero Lou. Y es mejor que lo haga, porque no le va a convenir que este metido en esto. Para nada..

-Todos lo saben Amie..-Pasa una de sus manos por su cabello.-Cámbiate así luego te puedes despejar un rato. Iremos a un campo que encontré. Es hermoso..-Asiento con la cabeza y el se levanta de donde estaba, para ir hacia la puerta y salir de la habitación.

 Salí de la bañera y enrolle mi cabello en una toalla grande, para, luego de secarme, colocarme la ropa interior. Salí del baño, para ir directamente a mi armario y elegir la ropa. Me puse una camisa a cuadros roja con negro, unos jeans azules rotos en las rodillas, una especie de borsegos con taco y acordonados negros, mi Iphon blanco y por ultimo, un sombrero fedora negro.

 Termine de cambiarme, y como un imán me diriji a la mesita de luz blanca. Allí, en el primer cajón, tenia guardada mi primer arma. Como siempre, antes de salir, la estudie para luego meterla dentro de mi bota.

Es secreto. |DETENIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora