Cap.#2 No se puede ser un hombre honesto

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-No se puede ser un hombre honesto , de verdad , con toda la fuerza que este término implica , si no se es respetuoso. El hombre se respeta con los ojos cerrados , cree. Nosotros , con nuestross ojos muy abiertos sobre el mundo, que vivimos aquí, en este palacio de justiciaque es la cloaca de la sociedad, donde viene a para todas la infamias , nosotros que somos confidentes de todas las vergüenzas, los  defensores consagrado de todas las miserias humanas, el sostén, por no decir los defensores de todos los bribones y de todos los desvergonzados ,desde los principes  hasta los vagabundos de los arrabales , nosotros que acogemos  con indulgencia , con cimplancencia, con una benevolencia sonriente a todos los culpables  para defenderlos delante de ustedes , nosotros que , si amamos verdaderamente nuestro oficio, armonizamos nuestra simpatía de abogado con la dimensión del crimen, nosotros ya no podemos tener el alma respetuosa. Vemos demasiado este río de corrupción que fluye de lo mas poderoso a los ultimos pordioseros , sabemos muy bien cómo ocurre todo , cómo todo se da , cómo todo se vende. Plazas, funciones, honores, brutalmente a cambio de de un poco de  oro , hábilmente,a cambio de títulos y de oteles de reparto en las empresas industriales, o simplemente por un beso de mujer. Nuestro deber y nuestra profesión nosf uerza-No se puede ser un hombre honesto , de verdad , con toda la fuerza que este término implica , si no se es respetuoso. El hombre se respeta con los ojos cerrados , cree. Nosotros , con nuestross ojos muy abiertos sobre el mundo, que vivimos aquí, en este palacio de justiciaque es la cloaca de la sociedad, donde viene a para todas la infamias , nosotros que somos confidentes de todas las vergüenzas, los  defensores consagrado de todas las miserias humanas, el sostén, por no decir los defensores de todos los bribones y de todos los desvergonzados ,desde los principes  hasta los vagabundos de los arrabales , nosotros que acogemos  con indulgencia , con cimplancencia, con una benevolencia sonriente a todos los culpables  para defenderlos delante de ustedes , nosotros que , si amamos verdaderamente nuestro oficio, armonizamos nuestra simpatía de abogado con la dimensión del crimen, nosotros ya no podemos tener el alma respetuosa. Vemos demasiado este río de corrupción que fluye de lo mas poderoso a los ultimos pordioseros , sabemos muy bien cómo ocurre todo , cómo todo se da , cómo todo se vende. Plazas, funciones, honores, brutalmente a cambio de de un poco de  oro , hábilmente,a cambio de títulos y de oteles de reparto en las empresas industriales, o simplemente por un beso de mujer. Nuestro deber y nuestra profesión nos fuerzan a no ignorar nada , a desconfiar de todo el mundo , ya que todo el mundo es sospecho, y quedamos sorprendido cuando nos encontramos enfrente de un hombre que tiene , como el asesino sentado delante de ustedes, la religion drl respeto tan arraigada cono para llegar a convertirse mártir.

Nosotros, señores hacemos uso del honor igual que el del aseo personal , por repugnacia a la bajeza , por un sentimiento de dignadad personal y de orgullo; pero no llevamos al fondo  del corazón la fe ciega, innata, brutal, cono este hombre.

Déjeme contarle su vida.

Fue educado, como se educaba antaño a los niños, dividiendo en dos clases de todos los actos humanos: lo que esta bien y lo que esta mal. Se le enseñó el bien,  con una autoridad tan irresistible, que se le hizo distinguir del mal como se distingue el dia de la noche. Su padre no pertenecía a esa raza de espíritus superiores que, mirando desde lo alto, ven los orígenes de las creencias y reconocen las necesidades sociales de donde nacen estaa distinciones

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