Uno
Me subí a mi auto y seguido de cerrar la puerta me fijé en el reflejo de mis ojos que podía verlos en el retrovisor. Até mi cabello en una coleta y saqué unos mechones de los lados aflojándola un poco. Agarré mi cartera que se encontraba en el asiento del copiloto y busqué las llaves del auto.
-Desde cuando guardo tantas cosas en un bolso tan...pequeño- hablé entre dientes, un suspiro de alivio salió de mis labios cuando al fin encontré las llaves.
Me acomodé en mi asiento y las introduje en el lugar correspondiente girándolas.
Una vibración llamó mi atención en mis piernas, tomé el iphone en una mano mientras que con la otra tomaba el volante.
El nombre de Anna destilaba de él. Puse los ojos en blanco y lo dejé a un lado.
-Ya sé que es tarde Anna. No es necesario que me lo recuerdes- hablé para mi misma.
Eran las 9:00 de la mañana de un cálido día en Los Ángeles, y es que ayer me desvelé toda la noche aprendiéndome un diálogo para mi casting de hoy. El casting iniciaba a las 8:30, no creo que sean tan puntuales, ¿verdad?
Pisé el acelerador cuando el semáforo se puso en verde y me estacioné frente a Starbucks. Me bajé del auto y al abrir la puerta Sam me miró y me brindó una enorme sonrisa.
-¡Alice! ¡Qué alegría verte por aquí! ya no vienes tan seguido como antes- dijo en tono de reprobación.
-Hoy con mayor razón necesito algo que me mantenga despierta, Sam. No he dormido absolutamente nada...y tengo un asunto que atender y para colmo- mi celular empezó a vibrar en mi mano, bufé -...y para colmo Anna no deja de llamarme.
Sam rió.
-Sabes que eres la mejor actriz que haya conocido y que puedes obtener cualquier papel que quieras.
-Solo lo dices por ser educado, sabes que amo actuar pero cuando me toca vivir esto...quiero dejarlo.
-Tú puedes con esto y con más. ¿Te doy el de siempre?
Sonreí y asentí. Me senté esperar mi pedido y desbloqueé mi celular.
5 llamadas perdidas de Anna.
Suspiré y presioné el símbolo de marcar. Uno, dos, tres y cuatro tonos. Atendida.
-¡Alice Johnson puedes decirme donde demonios estás!- habló Anna, mi representante de 40 años, que me habla como si fuera mi madre.
-Voy en camino, solo me he detenido para comprar un café y luego salgo para allá...- excusé mientras veía a través de la vitrina como las personas caminaban con tranquilidad, excepto yo.
-8:30 Alice, el casting iniciaba a las 8:30 ¿qué hora crees que es ahora?
-Voy, te juro que no me tardo nada. No creo que hayan sido tan puntuales.
-¡Pues si!- gritó. Cerré los ojos y suspiré. Anna comenzó a susurrar por lo que tuve que presionar más mi celular para lograr escucharla -.¿Y sabes quién fue más puntual que todos nosotros?
-¿Quién?- pregunté frunciendo el ceño.
-Tu co-estrella, el...
-El idiota que no quiso presentarse desde antes.- dije terminando la frase que ella misma había dicho -De veras Anna, llego pronto. Lo prometo.
Y corté.
En eso, Sam salió con el café en sus manos, sonreí y saqué el dinero para pagarle. Lo dejé en la mesa y lo tomé en mis manos lo más rápido que pude.